Petacas y pitilleras

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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El recipiente de uso más extendido para llevar tabaco picado ha sido la petaca. Se fabricaban en cuero o piel y más raramente era de metal: hojalata o aluminio. Constaba de dos piezas, una en la que se introducía el tabaco y otra que hacía de tapa. Las antiguas eran de cuero recio. Se abrían alzando la pieza superior. Más modernas fueron las de tipo apaisado, que tenían la ventaja de no precisar abrirlas totalmente para echar a la palma de la mano el tabaco necesario para liar el cigarrillo, aunque tenían el inconveniente de no cerrar tan bien como las anteriores.

La petaca con el tabaco se guardaba en el bolsillo del pantalón o de la chaqueta y más frecuentemente entre las vueltas del ceñidor, faja o gerriko, junto con el librillo y el mechero. A veces los utensilios para dar fuego: yesca, eslabón y pedernal, se guardaban en la boina aprovechando su ancho vuelo, al igual que las pipas pequeñas, las boquillas y los fragmentos recortados de la perfolla del maíz empleados para fumar.

Más antigua parece la costumbre de llevar el tabaco en unas bolsitas de cuero, llamadas toxa (Legazpia, Zerain-G, Iholdy-Ip) o taako blaga (Martxuta Ip), que las hacían los zapateros (Zerain-G). En Goizueta (N), la pipa y el tabaco se llevaba en una tabaquera, toxa, de piel de ardilla. También se emplearon bolsitas de tela que se introducían por dentro de la faja o se llevaban en el bolsillo.

Cuando antiguamente se adquiría el tabaco en forma de hojas enteras y plegadas, en Zeanuri (B), estas hojas que se denominaban tabakorrie, se molían sobre la palma de la mano y una vez picadas, se guardaban en cajitas de hojalata conocidas como tabakorri-ontziek, de donde se servían tanto para llenar la pipa como para liar el cigarrillo. También en Elosua-Bergara (G), el tabaco picado se guardaba en unas cajitas rectangulares de hojalata con tapa llamadas toxia, o totxa en Mondragón (G). En Gorozika (B) el nombre que recibían era pipuntzi. En Ispoure (Ip) utilizaban cofrecillos de cerámica.

Antiguos recipientes para la venta de tabaco. Ispoure (Ip). Fuente: Peio Goïty, Grupos Etniker Euskalerria.

El uso de pitilleras para guardar cigarrillos fue restringido. Estas, como las tabaqueras, consistían en una pequeña caja con tapadera. Eran de hojalata y también de cuero o badana.

En la actualidad los cigarrillos se conservan en la cajetilla en que se dispensan y a menudo se guardan en el bolsillo del pantalón o de la camisa (los hombres) o en el bolso (las mujeres). Algunos jóvenes lo hacen en el calcetín y los menos en unas carteras denominadas mariconeras. Aunque no es lo más común, algunas mujeres utilizan pitilleras de cuero u otros materiales.