127 728
ediciones
Cambios
sin resumen de edición
Con carácter general, se puede afirmar que, hasta la década de los años cuarenta, la persona encargada de vestir al niño para el bautizo y de llevarlo hasta el baptisterio de la iglesia era la partera o comadrona. Dicen en Carranza (B) que esta función correspondía a aquélla que "lo había cogido", esto es, a la partera. El protagonismo de la partera en los bautizos lo basan en Gatzaga (G) en una razón de analogía: la que actuó en el nacimiento carnal tiene que participar activamente en el nacimiento espiritual de la criatura<ref>Pedro M<sup>a</sup>ARANEGUI, . ''Gatxaga..., Gatzaga: una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX''op. cit.San Sebastián, 1986, p. 55.</ref>. Antaño era frecuente en muchas localidades que coincidiera en la misma persona el papel de comadrona y de amortajadora.
La mujer experta en partos era llamada también "profesora" (Pamplona-N) y en euskera ''emagina ''(Sara-L; Goizueta, Otxagabia-N). En tanto no se caía el ombligo era ella la encargada de lavar y vestir al niño y a la madre; lo arreglaba también para el bautizo con las ropas que le había preparado la familia. Las parteras perdieron protagonismo en su cometido de llevar al niño a bautizar cuando la mujer empezó a dar a luz fuera del domicilio. Esta tarea recayó entonces sobre la abuela y otras mujeres de la familia o sobre la madrina.