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Prescripciones durante el puerperio

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Texto reemplazado: «M<sup>a</sup>» por «M.ª»
En Zeanuri (B) hasta pasados cuarenta días, ''berrogei egunerarte, ''la parturienta no acudía al templo ni para oír la misa de los domingos. No es que existieran prescripciones estrictas que le prohibieran salir de casa, pero de hecho estaba establecido que la recién parida guardara una vida recluida y sin dedicación al trabajo ordinario; eran frecuentes admoniciones como las siguientes dirigidas a la que había dado a luz: ''Oraindiño eleizara sartu barik eta... ''(Si todavía no has hecho la entrada en la iglesia...), ''Oraindiño ermakariek egin barik eta... ''(Si todavía no has celebrado el festejo ''-ermakariak-...). ''Durante este tiempo la mujer estaba considerada como enferma, ''gexotzat egoten zan andrea, ''por ello en las visitas que le hacían parientes y vecinas le llevaban obsequios considerados de gran valor alimenticio como vino quinado, gallina para hacer caldo, chocolate y galletas.
En Lekunberri (N) no podía asomarse a la ventana. Esta norma tan estricta fue recogida por Azkue a principios de siglo en Lekeitio (S) y en Arrona (G), donde las mujeres recién paridas no salían ni siquiera a la ventana hasta hacer su entrada en el templo<ref>Resurrección M<sup>a</sup> de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakinlza, ''Tomo I. Madrid, 1935, p. 342.</ref>.
En Ezkurra (N) en la década de los años treinta se decía que mientras la mujer no hubiera efectuado la entrada en la iglesia, no debía mirar por la ventana, salir de casa o coser<ref>José Miguel de BARANDIARAN. "Contribución al estudio etnográfico del Pueblo de Ezkurra. Notas iniciales" in AEF, XXXV (1988) p. 57.</ref>.
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