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Utensilios para aguijar el ganado

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[[File:FIGURA.png|RTENOTITLE_FIGURA]]
En Artajona (N) para las caballerías se empleaban las ''fustas ''o ''zurriagas, ''hechas con vara de fresno y un látigo en un extremo. Era más frecuente la fusta de trenza, o las que hacía el guarnicionero, con dos tiras de cuero que se iban pasando por los orificios practicados en la parte central, dibujando un tejido cordiforme. Las hechas en casa con cuero sin curtir eran poco flexibles. Se usaron también con trenzado de cuerda[[#ftn15|[15]]]<ref>José Mª JIMENO JURÍO. «Estudio del grupo doméstico de Artajona» in CEEN, II (1970) p. 418.</ref>.
En Moreda las caballerías, además de los juramentos que les lanzaba su conductor, recibían palos dados en los cuartos traseros con un zurriago, látigo o tralla cuando hacían alguna trastada o no querían trabajar. A esta forma de fustigar se recurría en la trilla para que la caballería tirara del trillo dando vueltas por encima de las mieses. En Lezaun cuando se trillaba se bajaba el ganado caballar de la sierra para que trotara sobre la parva (mies). En esas ocasiones se usaban palos con una correa en su extremo a modo de látigo. En Sangüesa era a los animales de tiro a los que se pegaba con la tralla, que solía ser lo suficientemente larga como para llegar a las caballerías sin bajarse del carro. En Mélida (N) a las caballerías se les pegaba con una vara o con un látigo. Si los animales no obedecían se podían emplear métodos expeditivos, como agarrarles de los «colgantes» para que se movieran. En Valdegovía (A) usan el látigo para castigar al animal y hacer que trabaje.
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