Para hacer el queso se calentaba, ''berotu'', la leche en un caldero, ''bertza'', se añadía el cuajo para que la leche cuajara, y se escurría con un colador. A continuación, se introducía en un molde, ''gerlanda'', de madera presionando con fuerza para desechar el suero de la leche, ''gaxura''; se dejaba secar y después se exponía al fuego para favorecer la formación de la corteza, ''axala''.