En épocas pasadas, durante el tiempo que duraba la cuaresma, los jóvenes convertían inocentes juegos infantiles en mixtos, lo que les permitía participar junto con miembros del otro sexo. En ellos más que el galanteo aflora- ba la picardía. Estos juegos se desarrollaban habitualmente en cuaresma porque durante este periodo estaba prohibido el baile.
Uno de estos juegos era el conocido en algunas localidades alavesas como "El calderón"[1]. En Gamboa (A) señalan que durante la cuaresma, cuando estaban prohibidos los bailes y las manifestaciones de excesiva algarabía, los mozos y mozas jugaban "Al calderón".
En Gatzaga (G) los juegos de emparejamiento también tenían lugar sobre todo durante la cuaresma, ya que a lo largo de este tiempo litúrgico se suspendían los bailes por respeto. Uno de estos juegos era el txirikill-jokua o juego de la "Toña".
Otro era Andre Joxepa Tronpeta (Señora Josefa Trompeta) que aunque fuese primordialmente de niñas, lo practicaban también los mayores. Se jugaba durante la cuaresma y lo hacían los más atrevidos en lugares un tanto retirados y al atardecer. Se formaba un corro mixto de número par, con igual número de chicos que de chicas; dentro del corro que giraba cantando una canción quedaba un solo
joven. Terminada la canción se formaban rápidamente las parejas y quien quedase sin ella debía colocarse en el centro del nuevo corro para dar comienzo a otro juego. La letra era como sigue:
- Andre Joxepa Tronpeta,
- Kristoren soga jarri.
- Jarri belaunbiko,
- adora Jesukristo.
- Zein da baserririk onena?
- Aitatxo, amatxo,
- urra, urra pipitxo.
- (Señora Josefa Trompeta / pon la soga de Cristo / Arrodíllate, / adora a Jesucristo. / ¿Cuál es el mejor caserío? / Papá, mamá, / urra urra, pipitxo).
Para hacerse idea del juego y de su "perversidad" es preciso añadir que al formarse las parejas éstas se tomaban de las manos girando alegremente; sin embargo, hay quien confiesa que con frecuencia solía haber algo más que un inocente girar y llegaban hasta el abrazo... "Ori pekatua zan baiña ein eittezen" (eso era pecado, pero se hacía).
En esta misma localidad el Domingo de Ramos, después del canto de las vísperas, jugaban a lapiko-apurketa y en la fiesta del peinado del lino, liñu-igurtzia, a abarketa zaarka[2].
En Gamboa (A) otro juego que hacía referencia a las relaciones de pareja y a la soltería era el juego de corro denominado la "marmarisola". Jugaban chicos y chicas. Desde el centro del corro un chico o chica se dirigía a una chica o chico y le preguntaba: "¿Te quieres casar?". Si la respuesta era negativa pasaba a preguntárselo a otro, siempre del sexo opuesto, hasta obtener una contestación afirmativa. Entonces le volvía a preguntar: "¿Con quién?". El preguntado respondía diciendo: "Me quiero casar con un(a) muchacha/o de este lugar que sepa cosen que sepa bordar, que sepa la tabla de multiplicar". A continuación pasaban a formar pareja y así sucesivamente con otros componentes del juego hasta que quedaba alguien sin pareja al cual se le cantaba: "Qué haces ahí chico/a viejo/a, que no te casas, que te estás arrugando como las pasas".
En los pueblos de la comarca de Bernedo (A) también se jugaba a la "marmarisola" todos los domingos y festivos mientras durase el buen tiempo. Era un juego de corro que se ejecutaba en las eras, después del rosario. Se cantaban letrillas a las parejas que el grupo elegía, haciéndoles salir al centro. Estas letrillas de contenido humorístico y pícaro planteaban una posible boda entre ellos. Otras veces los trataban como si ya estuviesen casados. Las parejas organizadas por el grupo iban turnándose. Durante la cuaresma se sustituía este juego por el del "Pilocho". En la actualidad no se practica ni uno ni otro.
En Apodaca (A) entonaban igualmente la "Marisola". Puestos los chicos y chicas en corro cantaban:
- "A la marisola, esta es la geringollosa del baile.
- Que la acompañe, que la acompañe,
- que la quiero ver bailar y saltar,
- saltar, brincar y dar vueltas al aire.
- Esta es la geringollosa del baile".
Cuando repetían que "la acompañe", quien al principio del juego se había quedado en el centro del corro sacaba a una chica o a un chico al medio a bailar.
En esta localidad alavesa en las romerías y fiestas era costumbre bailar al corro. Una de las canciones era la que dice: "¿Qué haces ahí, pollo viejo, que no te casas?, que te estás arrugando como las pasas..." Esta misma canción servía para formar parejas en Viana (N). Se colocaban chicos y chicas en dos filas mirándose entre sí e iban escogiendo pareja mientras cantaban.
En Moreda (A) la víspera del día de Reyes se reunía una cuadrilla de mozos y confeccionaban papeletas con el nombre de los solteros, fueran hombres o mujeres, jóvenes o de edad (entraban hasta los de sesenta años). Se distribuían en montones diferentes según el sexo y a continuación se emparejaban juntando un papelillo de cada grupo. El azar hacía que a veces las parejas resultaran de lo más variopintas. Dicen que incluso se formaban parejas adrede, buscando uniones irrisorias. La mañana del día de Reyes acudían a misa y a la salida, a las puertas de la iglesia, varios de ellos arrojaban los papelillos doblados y retorcidos al aire para que cayesen sobre las losas del cementerio. Los solteros, mujeres y hombres, los recogían y comenzaba la risa y la juerga y también las caras largas. Las parejas se daban la mano y la enhorabuena diciendo: "Hoy somos novios y pareja". Entablaban conversación llamando "reina por un día" a la chica que les hubiera tocado en suerte. Por la tarde-noche se hacía baile público tocando la banda de música local. Todas las parejas nombradas para el día echaban un baile de compromiso y después proseguían con la fórmula de "favor" a la hora de pedirlo. Esta costumbre se perdió hacia los años setenta.
En Allo (N) practicaban el mismo juego descrito en Moreda. Se reunían los jóvenes la tarde de la víspera de Reyes e iban tomando nota de todos los solteros y solteras de la localidad. Recortaban sus nombres y los introducían en dos bolsas, procediendo luego al sorteo de parejas, extrayendo un nombre de cada bolsa. El resultado final era copiado en una lista y expuesto públicamente en determinados puntos del pueblo. El propósito no era otro que divertirse ya que jamás salió matrimonio formal de estas listas. Esta costumbre desapareció hacia los años cuarenta.
En Aoiz (N), a principios de siglo, existió un juego que se celebraba durante las fiestas patronales de San Miguel. Consistía en colocar cuerdas cruzando la carretera de modo que de ellas pendiesen unas cintas que en su extremo inferior tenían una anilla de unos cinco centímetros de diámetro. Cada una llevaba escrito el nombre de la chica soltera del pueblo que la hubiera confeccionado. El juego se desarrollaba de tal modo que los jóvenes, también solteros, montados sobre bicicletas corrían a gran velocidad por la carretera y al pasar por debajo de las cuerdas debían insertar un palo por la anilla de la cinta. Después el muchacho era recompensado por la moza cuyo nombre figurara en la cinta con un pequeño regalo consistente casi siempre en puros o cigarros. El juego no obligaba a ningún otro tipo de relación entre los jóvenes.
En Obanos (N) a principios de los años setenta los adolescentes que iban en cuadrilla a San Guillermo (o a Arnotegui, es la misma ermita), tras la comida formaban un corro y jugaban a pasarse una cerilla encendida de unos a otros; a quien se le apagara le tocaba elegir a alguien del sexo contrario. Repetían el juego hasta que todos quedaban emparejados. Caminando juntos iban hasta el montículo que hay enfrente de la ermita donde quedan ruinas de un antiguo fuerte y regresaban hablando cada uno con su pareja.
En Zerain (G), antiguamente, mientras se realizaban trabajos en cgmún como desgranar el maíz, se organizaban juegos de emparejamiento. Se ponían en un delantal tantas mazorcas claras y oscuras como jóvenes de ambos sexos hubiera; uno a uno sacaban la mazorca que les correspondiera e iban emparejándose en función del color de las mismas. Orain dala 70 bat arte, baserrietan biltzen giñen arto-zuriketan; ordun lana egin ondoren andra baten mantalean, jartzen ziran ainbeste artaburu zuri ta beltz ta neska-mutillek eskua sartu ta banaka atera, zurie neskana ta beltza mutillena atera ezkero "pareja" eginda gelditzen zan. Jokue bezela egiten gendun.
En Lekunberri (N) los jóvenes del pueblo acudían a cada casa por turnos a desgranar las mazorcas de maíz o las alubias lo que les permitía encontrarse y charlar durante los fríos días de invierno. Mientras trabajaban se entretenían con juegos como que si a una chica le salía una mazorca roja debía dar un beso a un chico, etc. Eran actividades que en cierta medida posibilitaban la formación de nuevas parejas.