Perduración y declive
Sobre esta antigua actividad tejedora del pastor se constata una gran unanimidad en las encuestas. De hecho en casi todas las poblaciones y majadas situadas en la Vasconia húmeda se afirma que a principios del siglo XX los pastores se dedicaban en su tiempo libre a hilar con lana de oveja y a hacer calceta en el monte. Las mismas encuestas señalan que esta tarea artesanal fue decreciendo a lo largo de la centuria y que prácticamente se había desvanecido a mediados de siglo.
En Sara (L) eran pocos los pastores que se dedicaban a esta labor en los años cuarenta. Los pastores de Etxebarre (Z) por su parte anotan que la actividad de hilar en el monte se extinguió «después de la Gran Guerra de 1914».
En Allo (N) los informantes más ancianos señalan que los pastores se dedicaban a hilar la lana a primeros de siglo pero que desde los años veinte no realizan ningún trabajo manual ni de otra naturaleza mientras cuidan el ganado.
Según un viejo pastor de Alsasua (N) se cardaba, se hilaba y se tejía en el monte principalmente durante el mes de octubre, que era cuando menos trabajo tenían, y luego a lo largo del invierno.
En la comarca de Ultzama (N) se tiene aún vivo el recuerdo de esta labor pastoril; anotan en Eugi que la limpieza y el cardado de la lana, artilea garbitu eta orraztu, se hacía abajo en el pueblo; luego, ya en el monte, el pastor obtenía el hilo utilizando para ello el carrete de madera, txirribila.
En el Valle de Roncal (N) por los años veinte los pastores tejían medias de lana valiéndose de agujas y ganchillos fabricados por ellos mismos. En el Aralar navarro quedaba en los años cuarenta cuando menos un pastor[1] que cardaba e hilaba la lana en el monte.
Los viejos pastores de Zerain (G) que por los años cincuenta subían a los prados de Urbia y Arbelar hacían hilo de lana valiéndose del péndulo de madera, maratilla, y tejían calcetines, artille-kaltzak, con agujas de cobre en forma de ganchillos, galtza-orratzak. Esto mismo ocurría en Urbia-Oltza.
En Ezkio (G) a finales de los años veinte[2] quedaba un pastor que se dedicaba a hilar con lana de oveja.
En las recientes encuestas de Izarraitz y Ernio (G) no se precisa fecha alguna pero la vigencia de esta artesanía se proyecta a tiempos pasados: en la de Aralar-Beasain (G) se dice que se abandonó hace unas décadas.
También en Anboto-Olaeta (B) se afirma que algunos pastores cardaban, hilaban y hacían calcetines, galtzak, en sus ratos libres.
En las majadas de Gorbea pertenecientes a Zeanuri (B) en las primeras décadas del siglo XX los pastores hilaban y hacían labor de punto. Por los años ochenta vivían aún en esta localidad pastores que en su juventud habían practicado labores de cardado y de punto en el monte. Lo mismo puede decirse de los pastores de Orozko (B); en sus casas siguen hilando y tejiendo con lana de oveja si bien actualmente es una labor doméstica que realizan sobre todo las mujeres.
En las localidades vizcainas de Garai, Gerena, Berriz y Zenarruza, que bordean el monte Oiz, ha sido costumbre que los pastores en ratos libres hilaran y tejieran diversas prendas.
Por lo que a Álava se refiere, en Tierra de Ayala se recuerda que antaño fue una tarea corriente entre los pastores de Sierra Salvada hilar la lana y tejer calcetines con hilo blanco y negro. Este mismo recuerdo se constata en Agurain respecto a los pastores de Entzia y en Valderejo.
Las técnicas tradicionales del hilado de la lana así como del tejido de prendas se conservan y, aunque con menor incidencia en la economía doméstica, se emplean todavía en las familias de los pastores. De ellas proviene sustancialmente la información recogida en nuestras encuestas.