XVIII. LA CAZA DE ALIMAÑAS
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Mucho más precarios han sido los procedimientos de asustar a los depredadores mediante el empleo de fuego o realizando fuertes ruidos. Otros recursos como el veneno han tenido por el contrario efectos devastadores.
La presencia de estos animales ha dado lugar a numerosos topónimos como los que a continuación se recogen a modo de ejemplo, todos ellos constatados en poblaciones alavesas: Pieza del Lobo (Lagrán), Portillo del Lobo (Montes de Vitoria), Cueva del Lobo y Ventana del Lobo (Apellániz), Paso de los Lobos y Loma de las Raposeras (Bujanda), Raposera (Lagrán y Markinez), Cueva del Raposo (Santa Cruz de Campezo) y Peña del Raposo (Alda)[1].
Apartados:
La captura del lobo
Las loberas
La caza del zorro
Perros asilvestrados
Depredadores menores
El oso
Contratación de alimañeros
Recompensa por los animales capturados
Apéndice: Descripción de algunas loberas
- ↑ Los datos referentes a la montaña alavesa han sido tomados de Gerardo LÓPEZ DE GUEREÑU. «La caza en la montaña alavesa» in Munibe, IX (1957) pp. 226-227, 240-250.