Oficio y actividad del propietario

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Caro Baroja señala que las casas de Bera (N), como muchas del dominio vasco, tienen un nombre fundacional que corresponde al más antiguo constructor o al oficio que aquél tuvo. Se dan varios tipos: con el nombre propio, el apellido, el apodo, el oficio etc., con el sufijo enea; otros con las palabras baita o –tegui, con la voz borda, etc. Otros son descriptivos, topográficos o denotan mayor o menor antigüedad[1].

En Oñati (G) hay casas cuasigremiales que realizaban labores artesanales como cestas, alpargatas, telares... y llevan la señal de dicha dedicación en su nombre, así Eunliena, de tejido; Xokeruena, de soga. En Astigarraga (G) ocurre otro tanto con algunos oficios, Seroraenea; similares datos se constatan en Bedarona (B), Elgoibar, Hondarribia (G) y Goizueta (N), Albeizarena. En Sara (L) los nombres de algunas casas responden a su destino actual o antiguo: Borda, establo o granja pastoril; Aroztegia, herrería; o al material con que fueron hechas, tales como Arretxia, casa de piedra, y Arretxola, choza de piedra.

Galtsada. Mañaria (B), 1973. Fuente: Archivo particular Javier Perea.

En Abezia, Amezaga de Zuia, Apodaca, Aprikano (Kuartango), Pipaón (A) y Améscoa (N) algunas reciben el nombre del oficio o actividad que desempeña quien vive en ella. Por ejemplo, la Casa del cura, la del maestro, médico, veterinario, pastor, herrero, zapatero, barbero, caminero, molinero, panadero, cartero, alpargatero...

En Allo (N) se han consignado Casa el Tejedor, Casa el Celador; en Aoiz (N) Casa la Carbonera, Casa el Dulero; casos similares se han constatado en Aintzioa y Orondritz, Izal y Valle de Roncal (N). En Obanos (N) puede tomar su nombre del oficio del dueño (Casa el albañil) o por su función (Casa la posada). En San Martín de Unx (N) puede darle nombre el oficio de quien vive o ha vivido en ella (Casa el pelotero); otro tanto ocurre en Sangüesa (N) (El Capador, El Pocero, El Sambabilero). En Valtierra (N) la denominación puede venir dada por el nombre, la profesión o ambas cosas (Casa de Julián el lucero, Casa Carmen la del pescao). En Viana (N), en ocasiones, se la llama por el oficio del dueño o dueña (Casa la banastera).

En Mirafuentes (N) hasta hace unas décadas también se la nombraba por el oficio del morador, pero poco a poco va perdiéndose esta costumbre; quedan unas pocas con denominaciones singulares (la Tejería). En Eugi (N), a veces, se la conoce por la actividad laboral que sus moradores hubieran llevado a cabo, así por ejemplo Arginen borda es el nombre de un caserío cuyos antepasados eran conocidos por los trabajos de cantería.


 
  1. Julio CARO BAROJA. “Las bases históricas de una economía tradicional” in CEEN, I (1969) pp. 22 y ss.