Para llevar la sal los pastores utilizaron antaño recipientes hechos con cuerno de vaca o de buey taponados con un corcho (Valles de Roncal y de Salazar-N). Con la sal premiaban a los animales cuando lo consideraban oportuno.
Los pastores de Isaba (N) llevaban la sal en una bolsa de piel de cabrito o de oveja al que llamaban el salero[1].
Los de Moreda (A) utilizaban para salero un cuerno que en sus extremos abiertos era tapado por un corcho y una tablita. Por el lado más estrecho se colocaba un corchico y por el ancho una tablita con agujerillos para que, al agitar, saliera la sal encerrada en el interior del cuerno. De la misma manera procedían los pastores de Urraúl Alto (N).
En Moreda utilizaban un cuerno para aceitero. Colocaban un tapón de olivo, a rosca, en la parte más estrecha del cuerno y en la ancha una tabla redonda.
- ↑ VIOLANT I SIMORRA, El Pirineo Español, op. cit., p. 398. Había ganaderos de Roncal (N) que al ganado le daban la sal en un sombrero de fieltro de los denominados «roncaleses».