Uno de los niños permanece sentado, haciendo de ama; otro recuesta la cabeza en su regazo con una de las manos apoyada sobre su espalda. Este niño desconoce el nombre asignado (de frutas, animales, etc.) de antemano al resto de los participantes que se colocan a cierta distancia. El ama llama a uno de ellos por su nombre oculto, por ejemplo: «Que venga la fresa». Este acude, pellizca en la mano del niño que tiene la cabeza reclinada y por tanto está imposibilitado de ver y vuelve a su sitio. El que ha recibido el pellizco, incorporándose y mirando al grupo debe adivinar quién ha sido.
En Galdames (B) le llaman «Yo no he sido». En Durango (B) «Quién te ha picado», porque después de que ha sido pellizcado, el ama le pregunta «¿Quien te ha picado?, tráele de la orejita y le castigaré». El que está debajo sale a buscar al niño que le ha picado y le trae de la oreja. En Bermeo (B) se desarrolla de la misma manera y le llaman «A chocolatero».
En Vitoria (A) se nos presenta con el nombre de «Juego del moscardón» y se recoge esta cancioncilla que entonaban antes de que el acurrucado saliera a adivinar quién había sido:
- — ¿Qué te ha pasan?
- — Que m'han picau.
- — ¿Quién t'ha picau?
- — Un moscardón.
- — Pues tráemelo del orejón.
En Amézaga de Zuya, Apellániz (A) y Eugi (N) un jugador se coloca de espaldas al resto y cualquiera de ellos le toca la espalda mientras todos cantan «Yo no he sido, yo no he sido». Si acierta quién le ha pegado se intercambian los papeles.