Aniversarios

Revisión del 15:23 23 abr 2020 de Admin (discusión | contribuciones)
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A raíz del fallecimiento de un miembro de la familia se hacía, aparte del funeral, un novenario de misas, bederatziurrune, de gran importancia ritual, al que asistían los miembros de la casa, otros familiares y allegados, costumbre que desapareció hacia 1970. A continuación se aportan algunos ejemplos recogidos en nuestras encuestas.

En Zeanuri (B) se ha consignado que durante tres años consecutivos se celebraba el aniversario de la muerte del familiar, llamado memorie, al año, urteagarrenean, al segundo año, bigarren urtian, y al tercer año, irugarren urtian. Además del aniversario, la casa encargaba las honras por sus difuntos, onrak, ondrak, que se celebraban después de “la memoria”, en número de una, dos o tres misas, con sus respectivos salmos y lecturas. A estos aniversarios y honras, memoriek eta ondrak, que tenían lugar en los días señalados de lunes, miércoles o viernes, sólo acudían los de casa, etxekoak, y los parientes, senidiak, incluso lejanos, además del vecino más próximo. Se trataba por tanto de una conmemoración fúnebre de ámbito familiar o consanguíneo. A partir de 1970 se suprimieron las honras, y los aniversarios se trasladaron a la misa mayor del domingo. Por ello la misa dominical está hoy día repleta de conmemoraciones de difuntos, que se suelen anunciar previamente.

En Zerain (G) señalan que los aniversarios son recordados por la familia más directa. Se da limosna para la misa. Antaño se rezaban también rosarios en sufragio por su alma. Hoy día muchos encargan por esas intenciones el rosario público que se reza en Radio Segura. El primer aniversario, urte beteko meza, se celebra el domingo siguiente a la fecha del entierro. A los seis meses se celebra de igual forma la llamada urte erdiko meza.

En Elosua (G) el aniversario, urte betetzia, se solía completar a los catorce meses del fallecimiento y durante todo ese tiempo alguna mujer de la casa, vestida de duelo, debía presidir la sepultura en la misa mayor, dar el responso y hacer la ofrenda. En Legazpi (G) la misa de aniversario, urtebetetzeko meza, la encargaba el matrimonio de la casa en memoria de sus padres. En Luzaide/Valcarlos (N) los familiares de la rama a que pertenecía el difunto pasaban aviso de los días en que se aplicaba la misa a intención propia. Tenían en cuenta, sobre todo, el día del aniversario, urteburia.

En Oñati (G) al día siguiente del funeral comenzaba el novenario de misas por el difunto que culminaba con la misa de honras a la que acudía la familia más directa. Al año se celebraba la misa de aniversario. En Beasain (G) a los antepasados se les recordaba en numerosas oraciones durante el año, y especialmente al cumplirse el aniversario de la muerte. En Bidarrai (BN) un año después del fallecimiento se celebra una misa en memoria del difunto.

En el Valle de Roncal (N) antiguamente los aniversarios se mantenían durante cinco años y se seguía llevando la tabla de cera en su cestilla redonda, kandraxarno. En Elgoibar (G) al fallecimiento de un familiar se le recordaba de manera especial durante los tres primeros años siguientes a su fallecimiento en que se sacaba una misa en su memoria el día del aniversario. En Goizueta (N) en el primer aniversario de la muerte se consideraba de rigor organizar una misa en su memoria, el segundo se celebraba con menor solemnidad.

En Agurain (A) se recordaba al difunto en el aniversario, acto al que se invitaba a los familiares, en las misas de aniversario de los años sucesivos, en las misas gregorianas y el día de su cumpleaños. En Bernedo (A) se celebra el aniversario de la muerte del difunto, conocido como cabo de año, al que acuden todos los familiares y amigos. También en Berganzo y Pipaón (A) hay constancia de la celebración de la misa de cabo de año. En Apodaca (A) encargaban misas por los difuntos en los aniversarios.

En Moreda (A) cuando muere una persona la familia encarga un novenario de misas y el cabo de año o aniversario. Las misas gregorianas han caído en desuso pero ciertas familias pudientes acostumbran dejar este tipo de encargos en sus disposiciones testamentarias.

En San Martín de Unx (N) los aniversarios de los familiares difuntos se conmemoraban con misa y el rosario en familia. Los deseos del difunto, primordialmente su última voluntad, se cumplía, sobre todo la de la madre.

En las localidades donde ha habido cofradías[1], éstas decían una misa por el cofrade difunto. Así se ha constatado en Berastegi (G), donde en el aniversario del fallecido se decía una misa llamada Pillarreko meza, organizada por la Cofradía del Pilar a la que pertenecían todas las familias que abonaban por ello una cuota anual. En Orexa (G) también se ha registrado que antiguamente existía una cofradía en la parroquia y mediante el pago de una cuota anual se sacaban dos o tres misas a favor del fallecido.


 
  1. Las Asociaciones en torno a la muerte, que reciben el nombre de Cofradías, han sido tratadas en otro volumen de esta obra. Vid. ETNIKER EUSKALERRIA, Ritos funerarios. Bilbao: 1995, pp. 595-632.