Con carácter general se ha recogido que en tiempos pasados el comedor era una estancia poco utilizada, sólo con motivo de las fiestas patronales, festividades solemnes y acontecimientos familiares, aunque se tenía siempre limpia y bien cuidada. Se ubicaba unas veces cerca de la cocina tanto en la planta baja como en la primera planta y otras veces cuando la cocina estaba abajo podía estar en la planta superior.
También se ha constatado que la denominación de sala o comedor se emplea, a veces, indistintamente, incluso en algunas localidades vascohablantes al comedor se le llama salea, la sala. La distinción entre ambas dependencias es posterior en el tiempo, el comedor destinado a las comidas y celebraciones y la sala, reservada a cuarto de estar como lugar de estancia y reposo. No obstante en muchos lugares una única dependencia cumplía y sigue cumpliendo ambos cometidos.
En Ereño (B) en el piso, encima del portalón se encontraba la sala, salie, destinada a ser el centro de las celebraciones familiares (fiestas, bautizos, bodas). Solía haber una mesa, sillas, armario, eskupaleta, cómoda, komodie, y arcas con ropa. En Bedarona y Gorozika (B) en los caseríos que tenían sala, el mobiliario consistía en una mesa con varias sillas, cómoda, espejo, reloj de pared y máquina de coser; en Gorozika en la sala suele haber un arca, kaixa, y un armario, eskapolota. En Orexa (G) se comía en la sala en las grandes solemnidades, disponía de una mesa grande, sillas y reloj de pared. En Lezama (B) en la sala se encontraba la cómoda donde se guardaban tanto la ropa blanca como la de los domingos; también había un aparador. Señalan que el comedor era una pieza poco corriente en las casas. Cuando lo había contaba con una mesa de estilo rústico con patas labradas, generalmente cuadrada y extensible, y sillas a juego. Un aparador con espejo sobre el que se colocan fruteros y objetos de la vajilla, de plata o alpaca, porcelanas, fuentes o candelabros. Sobre el centro de la mesa se ponía un frutero con fruta del tiempo.
En Beasain y en Hondarribia (G) la sala, salea, es más bien comedor que se usa cuando hay invitados por las fiestas o alguna otra reunión familiar, como bautizos o defunciones. Generalmente está ubicada en la planta alta y cuando la casa tiene balcón suele pertenecer a esta pieza. En el centro, la mesa con las sillas, y contra una de las paredes el armario que, a menudo, es de dos cuerpos con hueco central, donde se coloca algún retrato familiar o un florero. Hoy día también se pone en el comedor, si hay sitio, un arca, kutxa, como mueble decorativo.
En Bermeo (B), en el casco urbano, el comedor o salón es el recinto más noble de la casa, orientado al sur y amueblado con lujo. En algunas casas debido a la calidad del mobiliario esta pieza sólo se usa en grandes ocasiones. Dispone de una gran mesa, sillas, una librería, aparador o armario y sillones.
En la villa de Portugalete (B) el salón-comedor se componía, fundamentalmente, de una mesa grande, aparador, trinchante y sillas repartidas por la sala arrimadas a las paredes. En algunas casas también había sillones, mecedoras e incluso reloj de pared. Ha sido corriente colocar maceteros con plantas y centros de mesa con flores. El suelo del comedor era el único de la casa que se enceraba. El aparador se utilizaba para guardar la vajilla en la zona de las puertas y la mantelería en los cajones; en el trinchante se guardaban la cristalería y los cubiertos. El comedor era una estancia que sólo se usaba en ocasiones muy especiales como las fiestas patronales, Navidad, bodas y bautizos. Aunque apenas se utilizara se mantenía limpio como una patena, hay un informante que lo describe como “el orgullo de la familia”.
En Améscoa (N) el aposento señorial de las casas grandes era la sala. En ella tenían lugar los acontecimientos importantes de la vida de la familia, cuando concurrían gentes de viso. Aquí se celebraban las comidas de fiestas, cuando en las patronales se reunían todos los parientes. Era una pieza rectangular, con techo de vigas y yeso, enjalbegadas de cal y sin más adornos que cuadros de santos. El señorío se veía en el ajuar. Aún quedan algunas de aquellas mesas macizas y largas, de roble o de nogal, gruesas patas con molduras de adorno y a veces torneadas. Las sillas abundaban en las casas que tenían sala y solían encontrarse en esta dependencia; llevaban el asiento de paja o anea y el armazón de madera.
En Artajona (N) se ha recogido que la sala o comedor se empleaba pocas veces. Era tenida por la pieza más noble de la casa. En el centro iba una mesa y junto a las paredes, las sillas. Solía haber armarios empotrados en el muro o en los ángulos, vajilleros. En ellos se guardaba la vajilla de la mesa, cubiertos de plata, jícaras para tomar el chocolate, tazas y tazones, jarras y bandejas. En otras casas hay muebles vajilleros exentos. La ventana o balcón llevaba cortinas por la parte interior.
En Mélida (N) el comedor era un espacio cuadrado en el que había varias sillas de madera, una mesa central de madera cuadrada o redonda y el vajillero, un mueble alto de madera. Se iluminaba con una bombilla dispuesta en el centro de la habitación protegida por una sencilla tulipa de vidrio. En Bernedo (A), en la sala comedor había una mesa con varias sillas, un aparador o rinconera para guardar la vajilla y, a veces, un arca para guardar la ropa.
En Moreda (A) el mobiliario del comedor o salón era de mayor categoría que en el resto de dependencias de la casa. Tenía una mesa, sillas y un armario llamado aparador en el que se guardaba la vasija de los días de fiesta, los cubiertos de plata, si los tenían, y una buena mantelería de hilo. Aprovechando algún rincón disponía de un armario o ropero empotrado en el que se guardaba lo mejor de la casa.
En Allo (N) sólo tenían comedor las casas fuertes o medianamente acomodadas, que además eran las de mayor capacidad. Era una pieza de uso restringido que se reservaba para las celebraciones relevantes. Había una gran mesa central y varias sillas de paja o tapizadas que se colocaban adosadas a la pared. A veces conjuntaba con ellas un sofá para tres personas. Había armarios empotrados o móviles, llamados vasijeros o vajilleros, donde se guardaban los cubiertos mejores, bandejas, jarras, el juego de café, la cristalería y la mantelería. El comedor era tenido como la pieza más noble de la casa y, por tanto, su cuidado y esmero era minucioso. En esta localidad navarra la sala en las casas fuertes era el centro de la vivienda. Grande, de vuelos de ladrillo, pintada o empapelada, con espejo, retratos, muchas sillas junto a la pared, arca, mesa de roble, etc. En los balcones o ventanas, el estor para tamizar la luz. En las viviendas medias, la sala era sencilla y con alcobas a los lados. Las puertas que daban a estas alcobas, ordinariamente sin marcos de madera, de yeso, cubiertas por cortinas de punto. Su mobiliario consistía en arca o cómoda, sillas, espejo, algún retrato, rinconeras con imagen religiosa o flores de tela. Las casas pobres carecían de sala. En Lezaun (N) indican que en la sala había algún mueble un poco mejor que en el resto de la casa.
En San Martín de Unx (N) las casas más pudientes disponían de salón de estar donde el centro de atracción era el brasero de cuatro patas, cubierto por la alambrera, en cobre muy reluciente. Todas las casas disponían de mesa camilla con brasero acoplable.
En Viana (N) la sala-comedor era propia de casas de cierta importancia. Se utilizaba poco, con ocasión de las amonestaciones de boda, bodas, cumpleaños del abuelo o visitas de cierta importancia. El centro estaba ocupado por una mesa cuadrada de madera, acompañada de cuatro o seis sillas. Pieza importante era el aparador, colocado junto a la pared, en un lateral, con dos puertas y dos cajones para contener la vajilla y los cubiertos. Sobre una esmerada repisa, a veces con mármol, podía ir algún reloj o floreros con flores de tela o papel.
Con carácter general se ha constatado que la sala, antiguamente, tenía funciones de comedor para celebraciones especiales como las comidas de fiestas, de difuntos, bodas, etc. A partir de los años ochenta se han producido continuas remodelaciones de la casa, lo que ha afectado a la función desempeñada por los espacios domésticos. En la mayor parte de las casas la sala, con el nombre de cuarto de estar, se usa a diario. Su equipamiento mobiliar consta de uno o dos sofás, un armario librería con su espacio para el televisor, vídeo y equipo de música; una mesa baja, alfombras, cuadros, cortinas, macetas y algún otro mueble auxiliar.