En Vasconia peninsular es común el dato de que la mujer casada conserve su apellido que transmite a los hijos como segundo apellido. En Vasconia continental la mujer casada no conserva el apellido de soltera, adquiere el del marido. Según recogió Barandiaran en Sara (L), el hecho de que la esposa tomara el apellido del marido era costumbre adoptada en el siglo XX. Antiguamente, las mujeres casadas utilizaban durante toda su vida el apellido de su padre o el nombre de su casa de origen. En nuestra encuesta de Obanos (N) se constata que la mujer conserva su apellido pero se la sigue identificando con el nombre de la casa paterna de la que procede, así: “la M.ª Carmen la de Rebolé”.
En algunas localidades como AmorebietaEtxano, Zeanuri (B); Berastegi, Elosua, Hondarribia, Legazpi (G); Izurdiaga, Mezkiritz (N) y Uharte-Hiri (BN) se ha recogido el dato de que aun conservando su apellido es práctica habitual designar a la mujer en relación con la casa en la que vive, al igual que ocurre con el marido, así por ejemplo, Solagurengo Asun, Asun la de [el caserío] Solaguren. Otras dos fórmulas similares constatadas en Berastegi (G) son: Bengotxeako etxekoandre gaztea, la casada joven del caserío Bengoetxea, o Pilartxo Ibaiondora ezkondua, Pilartxo la que se casó a [el caserío] Ibaiondo. En Uharte-Hiri (BN), según dejó consignado Barandiaran, en los actos oficiales se designaba a la mujer con el apellido del marido.
En Luzaide/Valcarlos (N) la mujer casada conserva su apellido de origen, pero antiguamente los vecinos la reconocían por el nombre de la nueva casa y el sufijo femenino –sa: de Borderre, Borderresa. En el Valle de Roncal (N) la mujer o el marido que venían de otra localidad adquirían el nombre de la casa a la que hubieran venido a vivir.
En algunos lugares se ha consignado que en el lenguaje coloquial para designar a la mujer, sobre todo cuando hay varias con el mismo nombre, se emplean expresiones asociando el nombre de ella con el de su marido, así “Petra la de Juan” o “Felisa la de Segundo” (Abezia, Apodaca-A). En Valtierra (N) al nombre de la mujer casada se le añade el sobrenombre con el que se conoce a su marido. En Legazpi (G) a veces también se le designa a la mujer por su profesión: Joakiña zesterea, Joaquina la cestera; Jose estankeroon emaztea, la esposa de José el estanquero.
Se conocen casos también en localidades de Vasconia peninsular en los que, ocasionalmente, otras personas, no las propias interesadas, se refieran a una mujer como la señora de... (apellido del marido) o su nombre de pila seguido del apellido del cónyuge.