La limonada, llamada también garrafa, nombre recibido del recipiente en el que se elabora, era un refresco casero que se tomaba en los banquetes que tenían lugar durante el verano.
En Zeanuri (B) se preparaba de esta manera: En un calderín de cobre se ponía vino blanco un poco rebajado con agua fresca, al que se agregaba azúcar. Previamente en una tinaja o balde ancho se había colocado nieve. Se echaba sal a la nieve y se introducía el calderín de vino en el balde. Sujetando el calderín con ambas manos por su boca se le hacía girar rítmicamente en uno y otro sentido, presionándolo contra la nieve. Al cabo de algún tiempo el vino del calderín comenzaba a congelarse y a espesarse. En este estado grumoso se servía a los comensales.
En Durango para elaborar este refresco se empleaba vino blanco mezclado con tinto o también clarete. Además de agua y azúcar se le agregaban trozos de limón y canela en rama.
La nieve requerida para esta preparación la proporcionaban, en Zeanuri, las neveras naturales, edurtegiak, del monte Gorbea o se compraba en las neveras artificiales que la habían almacenado durante el invierno. En Durango todavía se recuerda el acarreo de nieve de la nevera de Santa Lucía, sita en las estribaciones del Mugarra.
A partir de los años veinte se comenzó a utilizar para esta operación hielo producido industrialmente que, en forma de grandes barras, se vendía en los establecimientos de bebidas o en fábricas de gaseosas (Durango).
Por estas fechas se introdujo la garrafa mecánica. Consiste en un recipiente cilíndrico de metal donde se introducía el vino. Era accionado por una manilla que le hacía girar dentro de otro recipiente más ancho en el que se introducían los trozos de hielo.