Baúles, cómodas y armarios. Eskapolota, arropa-kutxa
En Abezia (A), antiguamente, en una de las paredes había un colgador que se confeccionaba colocando una madera en la parte superior y otras dos en los extremos junto con una tela para que no pudiera verse la ropa, no había armarios ni perchas. No eran frecuentes los espejos, sólo lo tenía el mueble-lavabo, que también era único en la casa. En uno de los cuartos solía haber un baúl de piel de cabra o de madera para guardar la ropa. En esa época no había cómodas en los dormitorios, se introdujeron más tarde. Las cómodas eran unos muebles de una sola pieza que constaban generalmente de un cajón en la parte superior, a veces uno arriba y otro abajo, y dos puertas. Otro tanto puede decirse de los comodines con varios cajones y un cristal. Después llegaron los armarios rectos, de roble, sin ningún tipo de adorno y con un cierre de madera. Luego aparecieron los espejos, los armarios de dos puertas, con un cajón en su base inferior, con manecillas de metal, cierre de llave y, en ocasiones, con algún adorno triangular en la parte superior.
En Agurain (A) en el dormitorio principal podía haber armario ropero, cómoda, arca y lavabo. El armario con un cajón a la vista, está destinado a guardar la ropa. La cómoda disponía de cinco cajones y en la encimera se colocaban figuras decorativas, imagénes religiosas como un crucifijo con peana en el centro y a los lados floreros con flores artificiales cubiertos con bombonas de cristal y fotografías de familiares y amigos en portarretratos. Si el dormitorio es espacioso, se incluye el arca tallada al gusto del país que si no irá en el lugar más habitual que es el zaguán, las mesillas de la escalera o el pasillo. En los dormitorios ordinarios había un baúl para guardar la ropa interior y otras de uso de quien ocupa el dormitorio, un colgador de bolos o herrajes cubierto arriba con una tabla de madera reforzada con palomillas laterales, y de cubierta una cortina de tela de color y dibujos vistosos; en su lugar, a veces, también el armario ropero.
En Bernedo (A) no había armario, algunos dormitorios tenían arca para guardar la ropa, si bien en algunas casas estaba en el pasillo. También solían tener una cómoda. En Berganzo (A) las casas más pudientes tenían armarios pero generalmente eran sustituidos por percheros. En algunas casas y no en todas las habitaciones podía haber alguno de estos elementos: armario de madera, cómoda, arca, baúl o baldas colocadas en la pared. En Apellániz (A) en la habitación familiar había armario de luna, cómoda y, en ocasiones, baúl. En los otros dormitorios un arca para guardar la ropa o, en su defecto, un armario. En el Valle de Zuia (A) las arcas de nogal, muy talladas, suelen emplearse para la ropa. En los contratos matrimoniales era corriente que se incluyeran arcas de este tipo. En Apodaca (A) suele haber armarios de madera y arcas y en Pipaón (A) un baúl y lavabo con jarra y palangana.
En Moreda (A), antiguamente, se colocaba de fondo contra la pared una sábana para que la ropa no se manchara, luego una tabla claveteada y en cada clavo se ponía una palomilla colgada con ropa y otra sábana cubriendo todo para que no penetrara el polvo. Además era frecuente el uso de cómodas, comodines, alacenas y aparadores. Hoy día los armarios disponen de barras para colgar las palomillas con ropa y de cajones para dejar cosas y repisas o baldas para depositar ropa menuda.
En Añana, Pipaón, Ribera Alta, Valdegovía y Valle de Zuia (A) podía haber una cómoda, un arca o un baúl para guardar la ropa y un colgador extensible de madera, situado en la pared que quedaba detrás de la puerta. Después del arca vinieron los comodines y los armarios de luna, algunos de ellos de puerta única.
En Kortezubi (B), en el segundo decenio del siglo XX, en los dormitorios se ponían algunos muebles del tipo armario ropero, eskaplota; a veces, una cómoda o un arca, kuxa. En Amorebieta-Etxano (B) antaño en el dormitorio se tenía una cómoda y algún armario de ropa. Antes de la Guerra Civil los armarios resultaban caros y en los caseríos había uno llamado eskapolota para guardar la ropa. En alguna habitación o en la sala de arriba que daba entrada a las habitaciones había una o varias arcas, una de las cuales servía para guardar la ropa blanca. En Busturia (B) había una cómoda, komadie, generalmente de castaño, donde se guardaban las ropas. Algunas cómodas tenían en relieve pájaros y flores. Luego se pasó a los armarios de fábrica construidos en serie. En Gorozika (B) la cómoda, el gran armario, eskapolota, el baúl y había colgadores de ropa. En Abadiño (B) cómoda y en algunos casos eskapolota. En Gautegiz-Arteaga (B) unos dormitorios disponían de eskapolota y otros de cómoda, komadie. En Orozko (B) hasta bien entrado el siglo XX no ha habido armarios y la ropa blanca se guardaba en cómodas, y los trajes y vestidos en arcas que estaban fuera de la habitación. En ésta, en la puerta había unos ganchos o unos clavos de los que colgaban las prendas de diario.
En Bedarona (B) un baúl para guardar la ropa interior y la ropa de cama. Hasta mediados del siglo XX la ropa se colgaba en perchas en la pared, después se impuso el armario de madera de dos puertas. En Lezama (B) había un armario, de roble o castaño, de un cuerpo, con una puerta para guardar la ropa blanca. En Portugalete (B) armario de madera, generalmente de roble, colgador de ropa, silla. Sólo había un baúl y una máquina de coser en la casa. El mobiliario variaba de unas casas a otras, de hecho las había donde sólo tenían un armario para toda ella.
En Astigarraga (G) en la habitación principal solía haber un gran armario ropero de dos cuerpos exento y en el dormitorio del matrimonio joven, un armario ropero exento o empotrado y taquillón. En Beasain (G) un armario alto de dos puertas y una cómoda con un gran cajón superior y dos puertas debajo; en ocasiones la cómoda solía tener un espejo adosado. En Leintz-Gatzaga (G), la cómoda, komodia.
En Berastegi (G) solía haber armarios en las habitaciones. Si eran espaciosas se colocaba un arcón, kutxa, aunque normalmente éste se encontraba en la entrada o en el comedor. En él se guardaban las sábanas, mantas y mantelería. En Elgoibar y Hondarribia (G) los dormitorios tenían armario. En Elgoibar también solía haber arcas con motivos decorativos donde se depositaban ropa blanca y mantas. Había caseríos que tenían cómoda y armario de dos cuerpos con sendas puertas. En Oñati (G) cómoda para la ropa, baúl y armario grande en la habitación principal; en las habitaciones había colgador para la ropa en la puerta o perchero de pie. En Telleriarte (G) armario ropero, cómoda y baúl. En Zerain (G) los armarios eran sencillos, de madera como las camas, de dos puertas; en los años cuarenta, se introdujeron los armarios de dos cuerpos. Hay baúles de madera forrados y hoy día no hay arcas en los dormitorios.
En Allo (N) se ha constatado la utilización de arcas, cómodas y armarios para guardar la ropa blanca, las mudas limpias y la ropa de abrigo. Los baúles y cómodas eran más usuales en las casas modestas en tanto que arcas y armarios completaban el mobiliario de las familias con mejores recursos. En la parte interior de las puertas estaban puestos unos sencillos colgadores donde poder dejar algunas prendas. Los armarios de luna se acabaron imponiendo. En las viviendas de reciente construcción se han generalizado los armarios empotrados, que disponen de más espacio y mejor aprovechado.
En Améscoa (N) la ropa se guardaba en el arca y había profusión de ellas. Aún se conservan muchas a pesar de las compradas por anticuarios. La mayor parte son de roble pero en inventarios antiguos de contratos matrimoniales se catalogan de roble y de haya. Las hay sencillas, sin ningún adorno, de tabla lisa y simples paneles; otras llevan dibujos de fina talla e incluso algunas están atiborradas de adornos de talla. Como motivo de ornamentación predomina la cruz. Había arcas de todos los tamaños y se empleaban no sólo para conservar la ropa sino también para otros menesteres. A principios del siglo XX aparecieron las cómodas y las mesillas de noche, aunque mesillas sólo había en las casas principales y en las habitaciones principales.
En Aoiz (N) hasta los años veinte y treinta del siglo XX la ropa se guardaba en arcas o baúles, también en cómodas. Después se introdujeron los roperos y más tarde los armarios, algunos con espejo en la parte exterior que se conocen como armarios de luna. Con la introducción de los armarios en las habitaciones, los baúles y arcas pasaron a utilizarse para guardar ropa de cama, toallas, etc. En Aintzioa y Orondritz (N) también se ha constatado la utilización de armario o cómoda. En Romanzado y Urraúl Bajo (N), salvo en las casas muy pobres, solía haber en una habitación un armario ropero; en muchas, un arca o más de una. En Artajona (N), junto a la pared opuesta a la cabecera se emplazaba, generalmente, la cómoda, donde se guardaba la ropa.
En Bera (N) arca, kutxa, para guardar la ropa; se hacían en el momento de la boda sobre todo, se procuraba que estuvieran cuidadosamente talladas con los motivos ornamentales más frecuentes del país. En el interior no tenían compartimentos, salvo un cajoncito en la parte superior, a un lado, en el que probablemente se pondría el dinero o las alhajas de casa. En Barañain (N) en el dormitorio principal hay un armario de madera y casi siempre un comodín y varias sillas. En los demás dormitorios hay una o dos camas individuales, armario, sillas y algunas veces comodín. En Eugi (N) armario o cómoda y la palangana, y un par de sillas. En algunas casas había en el pasillo un arca tallada para guardar la ropa de casa. En Goizueta (N) antaño arca, kutxa, y luego ropero. En Izal (N) armario ropero de madera y baúl o arca para el ajuar. En Viana (N) más que armarios se utilizaban cómodas de dos puertas con cajón superior, anteriormente había arcas.
En Izurdiaga (N) junto a la pared, una cómoda, baule, kutxe, para guardar la ropa de vestir, soineko poliye, de días importantes. En otra pared se colocan armarios roperos de dos puertas que disponen de dos cajones, en el superior se colocan las sábanas, mendiyek, y en el inferior la ropa blanca, arropatxuye. En Lezaun (N) cómoda y ropero. La cómoda en otro tiempo era más alta que las actuales y sin espejo. Los roperos eran armarios hechos a medida por los carpinteros locales y en ellos se guardaba la ropa de toda la familia. En los dormitorios de algunas casas había baúl. La cuna podía estar en la habitación de los padres y, si no estaba siendo usada, se encontraba retirada en otra habitación o en el granero.
En Mélida (N) la cómoda, de madera, contaba con cajón arriba y puertas debajo; dentro llevaba una balda para dejar ropas y se cubría con un tapete de ganchillo o vainica y encima se colocaban las fotografías familiares. El armario de madera solía ser pequeño, con dos puertas, podía llevar espejos. A los pies de la cama colocaban baúles, rectangulares, de madera. En Obanos (N) cómoda o baúl. Además, grandes armarios de luna que han sido sustituidos por los comodines y por armarios más pequeños o empotrados. En las habitaciones de niños y jóvenes solía haber muñecos y en las de los chicos, banderines. En Luzaide/Valcarlos (N) había cómoda, comodín y ropero y sobre cualquier cómoda o armario se colocaba una estatuilla de la virgen de Lourdes; hoy día abundan los armarios empotrados. En el Valle de Roncal (N) en el dormitorio había cómoda o arca, kutxa, para la ropa y luego se puso armario. En Murchante (N) algunas habitaciones disponían de un armario ropero con o sin luna. Los roperos se consideraban objetos de lujo, se generalizaron en la década de los sesenta.
En San Martín de Unx (N) una cómoda o armario con espejo, donde todavía en los años setenta se guardaban las ropas o el ajuar de la mujer casada, con papel, en capas, para protegerlo de la humedad. Hay muchos modelos de armarios. Antiguamente el arca fue un mueble imprescindible que entró en pugna con el armario aunque no le ha desplazado del todo. Las arcas empleadas para guardar lencería, ropa de invierno o recuerdos familiares de la vestimenta son las más modestas de todas.
En Valtierra (N) el armario grande solía estar en el dormitorio principal, era una pieza grande, maciza, quizá la más trabajada del dormitorio, de dos o tres puertas, a veces con una parte de luna. Los demás dormitorios solían ser más sencillos con armario pequeño y, a veces, un arcón o baúl. El perchero estaba en la pared o detrás de la puerta. En las cuevas, cuando los dormitorios eran corridos y separados con cortinas, solían disponer de un hueco con barras que era el perchero común. El mobiliario era el corriente y sencillo; eran característicos los tinajones pintados de almazarrón.