Engalanamiento del ganado
Aparte de su ornamentación con campanillas y cascabeles se adornan y acicalan las reses que serán presentadas en concursos, ferias o mercados; las yeguas y los bueyes que toman parte en ceremonias rituales como las romerías o el transporte del arreo en las bodas eran ornamentados de manera especial.
En Larraun (N) anotan que los adornos más bonitos son los naturales, berezkoak, los que el animal lleva en su piel, en la frente, a modo de triángulo o de estrella de color distinto al del resto del cuerpo.
En Tierra de Ayala, Urkabustaiz y Valderejo (A) cubrían a los bueyes con mantas a cuadros y les adornaban con fronteras y collares de esquilas, así como con una cubierta sobre el yugo; enjaezados de esta manera desfilaban en las ferias de ganado o en la revisión de los veedores de la minada. En Valderejo se les recorta el pelo del rabo y se afeita con dibujos la parte de su arranque.
En el Valle de Carranza (B) a las yuntas se les engalanaba cuando bajaban a la feria de Concha. Para ello se les colocaban las esquilonadas, correas de cuero que portaban una fila de pequeñas campanillas. Igual costumbre se constata en Ezkio y en Ultzama (N), donde el collar de campanillas que se ponía al ganado para resaltar su planta se denomina panpolin-lepokoa.
En Urduliz (B) a los bueyes que participan en competiciones de arrastre de piedra, idiprobak, los acicalan cepillando bien su piel y blanqueando sus cuernos con agua enjabonada y lejía; con esto consiguen contrastar la blancura de las astas sobre la piel oscura del animal; les cuelgan collares de cuero adornados de campanillas, txiliñak, y los cubren con mantas a cuadros que les quitan en el momento de empezar la prueba. También a las vacas y los terneros que se llevaban a la feria de San Antolín en Plentzia les cepillaban y se les afeitaba el rabo, dejándoles sin rasurar la punta final, y los engalanaban con campanillas.
En Astigarraga (G) los cencerros con que se engalana el ganado en concursos y ferias son más grandes y llevan dibujos de flores y cruces. Tanto en esta localidad como en Triano (B) en estas ocasiones revestían los animales con mantas de cuadros provistas de borlas de color rojo y verde. En Elgoibar (G), anotan que cascabeles y campanillas se usan sobre todo para engalanar el ganado que se lleva a las ferias.
La costumbre de enjaezar o adornar las yuntas de vacas o bueyes uncidos para tiro ha sido común. El mismo yugo, uztarria, solía estar ornamentado con grabados y dibujos. Antaño existía una cierta competencia respecto a los adornos que lucía en el yugo la pareja de bueyes (Astigarraga-G; Urkabustaiz-A). Fijados al yugo y a las astas iban las fronteras o frontales de cuero generalmente claveteadas con clavos dorados de cabeza ancha formando las letras iniciales del dueño (Eugi-N). De su borde inferior pendían flecos de lana roja a modo de cortinilla que caían sobre los ojos. Estos frontales se denominan en euskera, burukoak (Eugi), kopetakoak (Larraun-N), zapak (Zeanuri, Fruiz-B).
La costumbre de colocar collares con campanillas a los bueyes o vacas que tiraban del carro del arreo de la novia se ha constatado en Sara-L; Astigarraga, Beasain, Elosua, Ezkio-G; y Zeanuri-B.
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Crinar la caballería
La operación de arreglar las crines y la cola de yeguas y caballos se denomina crinar en Tierra de Ayala y Apodaca (A) y aclinar o acrinar en las Encartaciones (B). En ocasiones el tipo de cortes practicados en ellas indicaba la marca de propiedad.
En Valderejo (A) se solía recortar la crin a los caballos formando dibujos y en el extremo de la cola se les efectuaba un trenzado; esto ocurría cuando la yegua o caballo eran utilizados como montura para acudir a ferias u otros acontecimientos festivos. Esos días eran enjaezados también con cabezadas, bridas y aparejos de mejor calidad y más adornados que los usados a diario. Esto mismo se practicaba en Agurain (A).
En Bernedo (A) se les trenzaba la cola o se le daba un nudo; más que como adorno lo hacían para evitar que se enganchara en los matorrales; cuando volvían a casa se lo soltaban.
En las Encartaciones llevan adornos en la crin, clin, las caballerías utilizadas para la monta en días señalados como la romería que se celebra en la fiesta de la Magdalena, el día 22 de julio, en la cueva de Urallaga (Galdames) y a donde acuden de los pueblos del entorno de los montes de Triano. Los adornos consisten en lazos de colores, campanillas, cascabeles y rosas intercaladas en el trenzado de las crines.
Un adorno distintivo y propio del ganado vacuno consiste en una cuerda de doble vuelta que rodea el cuello del animal y cuyos extremos colgantes son, a su vez, sujetados por otra cuerda gruesa. De él no pende ningún cencerro ni campanilla. Lo lleva preferentemente el ganado que va a ser uncido y en unas comarcas de Bizkaia ha sido práctica común en caseríos de buena posición económica. Recibe diversas denominaciones: samako troiñua (lazada del cuello) en Gautegiz de Arteaga; kopeta (Markina y Bernagoitia-B), gorbata (Urduliz-B).