Obligaciones de los padrinos
La obligación de los padrinos para con los novios se ha limitado tanto en tiempos pasados como en la actualidad al acompañamiento de los contrayentes el día de la ceremonia nupcial; los propios informantes reconocen que esta supuesta obligación es más simbólica que real.
En los casos en que la contribución de los padrinos ha sido mayor ha consistido en correr con los gastos de la ceremonia en la iglesia (Artziniega-A; Abadiano, Carranza-B; Beasain-G) y algunos de los gastos del banquete como comprar los puros (Valdegovía-A; Carranza-B; Berastegi-G).
En Bernedo (A) los padrinos tenían que dar una propina a los mozos que acompañaban cantando a los recién casados desde la iglesia hasta la casa de la novia. Esta costumbre se ha perdido ya que las bodas se hacen en Vitoria.
También se considera que deben ser más espléndidos que el resto de los invitados a la hora de hacer los regalos de boda (Mendiola, Salvatierra-A); más si cabe cuando a su vez habían sido padrinos de bautizo (Obanos-N).
Hoy en día, en la mayoría de las localidades la labor de los padrinos se limita a acompañar a los novios a la iglesia (Amézaga de Zuya-A; Lezama, Urduliz-B; Hondarribia-G; Artajona, San Martín de Unx, Sangüesa-N) y a actuar como testigos del matrimonio (Lezama, Muskiz-B; Allo, Aoiz, Garde, Izal, San Martín de Unx-N).
En Treviño (A) el padrino tiene un papel especial en la boda debiendo portar las alianzas para la ceremonia y si se llevan arras es la madrina quien suele hacerlo.