Parientes ricos y parientes pobres
En numerosas localidades encuestadas se señala que deberes u obligaciones como tales entre parientes ricos y pobres no han existido y que en otro tiempo ha habido mayor solidaridad. En algunos lugares han indicado que la prestación o no de ayuda dependía de las personas, en unos casos se daba y en otros no.
Algunos informantes de Abezia, Agurain, Apodaca, Berganzo, Bernedo (A) y Altza (G) dicen que por tratarse de poblaciones pequeñas no ha habido grandes diferencias económicas entre los vecinos. En Urzainki (N) hay quien advierte que antiguamente no había distinción entre quienes tenían mucho o poco, eran muy roceros todos. Se ayudaba a todos los parientes, especialmente a los más necesitados.
En Bernedo (A) se ha consignado que la situación de los vecinos de los pueblos no es de pobreza. Casi todos viven de la agricultura especializada en el cultivo de patata de siembra. Con ese trabajo nadie se hace rico pero viven más o menos desahogados. Los problemas de salud están cubiertos por la medicina de la Seguridad Social. Nadie se considera rico ni pobre aunque haya diferencias económicas entre los vecinos porque no todos disponen de la misma cantidad de tierras de cultivo.
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Prestación de ayuda
El auxilio que prestaban o prestan los parientes ricos a los parientes pobres, según se ha recogido en las localidades encuestadas, presenta tres modalidades: ayuda material, búsqueda de trabajo y hacer frente a un desembolso económico.
Del primer aspecto, se han recogido los siguientes datos:
En Améscoa (N) se ha constatado la creencia de que a principios del siglo XX las familias vivían más unidas porque se necesitaban mutuamente, se tenía más conciencia de formar una comunidad. Se ayudaba en las labores cuando había necesidad, se les daba presente en la matanza, cascaraña (pan aplastado y muy cocido que era casi todo corteza) cuando se amasaba, lentejas, habas, etc. Algunos informantes dicen que so capa de ayuda se daban casos de que las familias pudientes se aprovecharan de las humildes con contraprestaciones.
En Obanos (N) los parientes ricos ayudaban a los parientes pobres con algún presente en determinadas fechas como la matanza, Navidad, etc. En Moreda (A) también hay constancia de que antiguamente se ayudaba con productos estacionales del campo, sobre todo en Navidad. Otro tanto se ha consignado en Abezia (A) donde los familiares que vivían en la ciudad acudían al caserío en busca de productos como patatas, habas, etc. En Elgoibar (G) la familia que vivía en el caserío ayudaba a parientes más necesitados dándoles productos obtenidos en el mismo, a cambio éstos solían ayudar en las tareas agrícolas, sobre todo en la época de las cosechas.
La segunda situación consistía en solicitar la mediación de los parientes ricos para obtener un trabajo o para afrontar el pago de los estudios de los hijos.
En Andraka (B) y en Beasain (G) hay constancia de que se ha recurrido a los parientes ricos a la hora de buscar un trabajo para los hijos. En Elosua (G) cuando se necesitaba ayuda para realizar trámites, buscar un empleo, etc., se recurría a parientes que estuvieran bien situados porque se pensaba que podían resolver el problema o arreglar la situación. En Hondarribia (G) también hay constancia de que en el círculo familiar ha habido costumbre de ayudar a que un pariente joven buscara colocación. En Obanos (N) los parientes ricos procuraban auxiliar indirectamente a los parientes pobres dándoles trabajo.
En Valtierra (N) los parientes ricos ofrecían trabajo a los parientes pobres; les conseguían ocupación en períodos de inactividad agraria o les facilitaban trabajo de aprendiz en un oficio o se hacían cargo de la manutención y educación de algún hijo. En Zerain (G) ayudaban proporcionando becas para estudios civiles o religiosos a los hijos de los parientes pobres. En Valdegovía (A) si tenían un hijo que valiera para los estudios, corrían con los gastos derivados de los mismos. También los parientes pobres prestaban su ayuda a la recíproca porque era frecuente que labrasen las tierras de los familiares ricos.
En Busturia (B) se ha consignado que a comienzos del siglo XX se daban casos de marinos que buscaban trabajo a los parientes para navegar o les colocaban en un empleo fuera del caserío.
El tercer supuesto era demandar cierta cantidad de dinero al familiar en mejor posición económica para afrontar necesidades perentorias.
En Zeanuri (B) para obtener préstamos de dinero se ha recurrido, tradicionalmente, a los parientes de posición más acomodada o a vecinos con los que se mantienen especiales relaciones. El tipo de interés solía ser más bajo que el de los créditos de las entidades financieras. Cuando el préstamo era para un año o menos, no se cobraba interés; para un plazo más largo se firmaba un documento privado para conformidad de ambos. A mediados del siglo XX el interés en esos casos era del 3% y anteriormente, en los años veinte y treinta no pasaba del 2%. Los réditos se cobraban anualmente.
En Beasain (G) se acudía a los parientes ricos a solicitar algún dinero para que los hijos iniciaran un negocio o para acceder a la propiedad del caserío del que eran inquilinos. Cuando un hijo nacido en el caserío lograba hacerse rico, generalmente efectuaba obras de adecentamiento y modernización de la cocina y el establo en la casa natal. En Oñati (G) se ha recogido que los parientes pobres acudían en demanda de ayuda de los parientes ricos en casos de necesidad, tales como la compra de la casa familiar, la realización de mejoras en la casa o la compra de un terreno. En Zerain (G) daban cantidades en metálico para hacer frente a ciertos pagos; los parientes ricos también ayudaban a los más necesitados en la mejora de las comodidades de la casa o en tiempos pasados facilitaban la traída de agua.
En Agurain (A) se recurría a los familiares ricos en situaciones de dificultades económicas como hacer frente a un pago, la compra de ganado, etc., y dicen que en estos casos encontraban el apoyo necesario. En Valtierra (N) los parientes ricos solían ayudar a los parientes pobres de varias formas: prestándoles dinero, pagándoles las simientes o adelantándoles género para salir de apuros; también les auxiliaban en situaciones gravosas como pagar una intervención quirúrgica, adquirir aparatos ortopédicos, etc.
Indiferencia
Hay localidades donde se ha indicado que los parientes ricos apenas mostraban interés por los parientes pobres y éstos tampoco recurrían a ellos en solicitud de favores.
Así en Gorozika (B) dicen que los parientes ricos no se sentían más obligados que los pobres. En Moreda (A) señalan que se tenía interés en que las cosas de los parientes marcharan bien pero era un deseo más teórico que real; al final cada cual se las tenía que arreglar como podía. En San Martín de Unx (N) también se ha recogido que cada uno se las apañaba a su manera.
En Pipaón (A) indican que era frecuente acusarles a los parientes necesitados de que su pobreza era consecuencia de su ignorancia y poco trabajo. En Amorebieta-Etxano (B) se ha señalado que a los parientes pobres se les miraba mal, aunque a los muy cercanos se les recibiera en casa.
En Goizueta, Izurdiaga y Mezkiritz (N) se ha constatado la poca relación existente entre parientes ricos y pobres, una informante de esta última localidad recuerda a este propósito que su padre decía: “urrin zarra ginuela pobrek”, que los pobres olemos mal.
En Sangüesa (N) normalmente no existía demasiada relación entre parientes pobres y ricos; había familias de cierto prestigio que se avergonzaban de sus parientes humildes, sólo les avisaban para los funerales. Un dicho refleja esta situación: El que no es pariente para la boda, tampoco para funerales.
En Elgoibar (G) algunos informantes dicen que a los acontecimientos familiares señalados como bodas, bautizos, etc., los parientes ricos invitaban con más facilidad a las autoridades que a los parientes pobres. En los funerales se limitaban a darles el recordatorio del difunto por ser familiar. Entre parientes menos ricos sí se prestaban ayuda mutua.