Pipas y boquillas
El empleo de pipas y boquillas para fumar no ha estado generalizado. El uso de pipa fue más frecuente en el pasado que en la actualidad ya que los cigarrillos la han desplazado paulatinamente. Quienes fuman en pipa lo hacen con un tabaco especial. Rara vez la utilizaron las mujeres. Sin embargo, informantes de varias localidades recuerdan haber visto fumar en pipa a algunas mujeres de avanzada edad. Una mujer de Zerain (G) comenta que siendo ella joven, antes de la Misa Mayor en Zegama, adonde a veces acudían, solían reunirse en el pórtico los que iban llegando y mientras esperaban el comienzo de la misa fumaban en pipa.
Pipas y boquillas o se han comprado o las han elaborado los propios fumadores. Los materiales empleados en su fabricación han sido diversos.
Los dos materiales más frecuentes de los que estaban hechas las pipas eran madera y yeso, aunque también se citan otros distintos. Por ejemplo, en Abadiano (B) conocieron pipas de aluminio con boquilla de madera y en Ajangiz (B) de hueso.
Se afirma que las pipas servían en ocasiones como distintivo social, ya que los ricos las tenían de madera y curvadas a diferencia de los más humildes que utilizaban las de yeso.
Para hacer pipas de madera se ha empleado:
— Boj (Trapagaran-B, Eugui-N), también llamado guirguirio en Apodaca (A), donde eran los pastores quienes las elaboraban.
— En Barakaldo (B) se asegura que la pipa más apreciada era la de cerezo.
— Además se han empleado currumansos o cecidias de roble (Apodaca-A), ramas trepadoras de esquer-ayena (Arráyoz-N) y caña. Se utilizaba un fragmento de caña hueca con un agujero en la base para introducir la boquilla también de caña más fina (Getxo-B, Lodosa-N).
— En Arráyoz (N), los pastores fabricaban pipas con madera de mostajo, denominado osta-zuri en la localidad.
— En Ortzaize (Ip) se usaban a veces pipas de madera con la boquilla hecha de hueso.
En cuanto a las pipas de yeso, éstas eran blancas, de pequeñas dimensiones, con la boquilla larga y la cazuela pequeña, y muy frágiles. Se rompían con facilidad al caer al suelo y al terminar de fumar se debían mantener en la mano un rato pues si se enfriaban bruscamente se partían. Las pipas de yeso se llevaban debajo de la txapela o en el bolsillo del chaleco. Se limpiaban calentándolas en la brasa, txingarra, y con un palito de brezo, iñarra, se les quitaba la nicotina.
Las boquillas, al igual que las pipas, se fabricaban con distintos materiales:
— Algunos muchachos las hacían en Artajona (N) con ramas de higuera, vaciándoles la médula seca.
— Con boj en Eugui (N).
— En Sangüesa (N) con madera de cerezo, aunque se dice que más bien por capricho.
— Con ramas trepadoras de esquer-ayena (Arráyoz-N) o madreselva (Apodaca-A).
— O con caña (Lodosa-N y Gorozika B).
— Otro material de diferente naturaleza fue el hueso. En Barakaldo y Ajangiz (B) se dice que las más corrientes eran las de hueso, azurrezkoak.
— En Bernedo (A) se empleaba hueso de pata de liebre agujereado y desprovisto de médula (Viana-N).
En la actualidad, las boquillas se usan para paliar el daño que ocasionan los componentes perjudiciales del tabaco.
Desde hace ya unos años, algunos que quieren dejar el hábito de fumar usan unas boquillas de plástico con gusto a menta con el fin de sobrellevar lo mejor posible el periodo de ansiedad que ocasiona el abandono de este hábito.