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En San Martín de Unx (N) el recolector se cubría la cabeza con una red y procuraba mantener la serenidad, cosa que no siempre conseguía ya que si alguna abeja traspasaba la red y era nervioso, hacía ''apachicos ''o ''apachacos'', aspavientos, y las abejas, que saben comportarse ante un recolector sereno, no dudan en agredir si lo ven ''movido'', nervioso.
[[File:FIGURA3.png370 Careta tradicional. Santa Eulalia (A).jpg|center|RTENOTITLE_FIGURA600px|Careta tradicional. Santa Eulalia (A). Fuente: Isidro Sáenz de Urturi, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Carranza (B) antes de la introducción de las vestimentas modernas especialmente diseñadas para evitar las picaduras de las abejas, quienes ''cataban ''se cubrían como podían. La careta se hacía con una tela de saco o una camisa inservible y la malla de un cedazo viejo. Posteriormente se comenzó a utilizar tela metálica de malla tupida. Además algunos se colocaban en las manos unos ''calcitos ''o calcetines de lana. El que ''cataba ''solía llevar las manos descubiertas para trabajar con mayor libertad de movimientos. Al menos hay constancia de un caso en que se embadurnaba los brazos con arcilla húmeda a fin de evitar los picotazos.