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La concentración parcelaria supuso la conversión de las pequeñas parcelas en medianas o grandes, de formas más regulares, estableciendo accesos más directos y eliminando el mayor número de barreras, sobre todo naturales. Los terrenos propiedad de cada casa, diseminados en pequeñas piezas, se concentraron en parcelas de mayor tamaño reduciendo el número de ellas a la mitad o la tercera parte. En muchos casos, si la concentración parcelaria reducía el número de hectáreas de superficie de un agricultor, se le compensaba con mejores terrenos en cuanto a rendimiento agrícola, aunque se intentó que todos tuvieran participación en las mejores tierras de cada localidad. Ello llevó consigo la supresión de los antiguos mojones y la sustitución por otros nuevos.
La concentración parcelaria trajo consigo también la [[Primera_roturacion|roturación ]] de nuevas tierras, ganadas al bosque<ref>[[Primera_roturacion|Véase]] en este mismo capítulo el apartado “Primera roturación”.</ref> y entonces se hizo más patente la adaptación de los agricultores al nuevo proceso mecanizador con la suplantación definitiva de los animales de tiro por el tractor y las cosechadoras mecánicas.
Por otro lado, la concentración parcelaria provocó una reconversión de los cultivos tendiendo a reducir la siembra a los principales productos suministrados y demandados por las incipientes industrias relacionadas con el sector agrícola. Aunque todavía se daba cierta variedad, la siembra prácticamente se redujo al trigo, la cebada, la avena y el maíz, entre las gramíneas; a la hierba para el forraje, a la patata y a la remolacha azucarera. Esta reducción en la diversidad en los cultivos trajo una especialización agrícola quizá económicamente más rentable, pero también más dependiente de los vaivenes del mercado cada vez menos local y más internacional.
[[File:8.31 Egileta (Alegria-Dulantzi-A) una de las primeras localidades en emprender la concentracion concentración parcelaria 1957.jpg|center|600px|Egileta (Alegría-Dulantzi-A), una de las primeras localidades en emprender la concentración parcelaria, 1957. Fuente: ''Vida Vasca''. Núm. 41 (1957), p. 49.]]
En Iruña de Oca (A), en los años 1960, coincidiendo con la llegada de los primeros tractores, se llevó a cabo la concentración parcelaria. Las fincas pasaron a tener más de 10 e incluso 20 fanegas. Señalan los informantes que sería conveniente una nueva reparcelación porque con la moderna maquinaria las dimensiones de las fincas han quedado pequeñas. Con la concentración desaparecieron ciertas denominaciones con que se conocían los términos porque una misma finca podía estar en dos de ellos<ref>Más información sobre la concentración parcelaria llevada a cabo en esta localidad puede consultarse en: Primitivo REMÓN y Zuriñe SARASOLA. “Concentración parcelaria: nuevos tiempos para los agricultores” in ''Askegi. ''Núm. 9 (2015) pp. 118-125.</ref>.