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Como se verá en un apartado posterior la concentración de la población en la parte más meridional de Vasconia presenta unos rasgos bien delimitados: agrupaciones de casas, unas veces siguiendo la lógica de calles y otras con una disposición más anárquica, pero sin edificios más allá de la periferia de tales núcleos.
La población dispersa, en cambio, plantea más matices, ya que a pesar de observarse en amplias zonas de la franja septentrional, a menudo es posible ver pequeñas agrupaciones de casas en torno a la iglesia que llegan a formar una plaza. Este pequeño núcleo suele tener servicios como el médico, la tienda y la taberna. Además en el fondo de los valles, jun-to junto a los ríos y principales vías de comunicación, se encuentran núcleos más grandes que además han experimentado un notable crecimiento a lo largo del siglo XX. Por lo tanto el poblamiento disperso se limita a la zona más rural de esos municipios. A diferencia del netamente concentrado existen variadas formas intermedias dentro de la dispersión como la que consiste en pequeños barrios de casas agrupadas, a veces en torno a una ermita, que a su vez se hallan repartidos por todo el territorio. Esta variación forma una especie de gradiente, lo que complica la clasificación, es más, como ha quedado dicho, en un mismo municipio pueden hallarse zonas de neto poblamiento disperso y otras en que las casas se agrupan en barriadas o en cascos de carácter urbano.
Como afirma Barandiaran las construcciones rurales son las casas verdaderamente populares que muestran más claramente su dependencia del ambiente geográfico<supref>33BARANDIARAN, “Los establecimientos humanos en el Pirineo Vasco”, cit., p. 364.</supref>.
En Sara (L) los establecimientos humanos, unos permanentes, ''etxe'', y otros temporales, ''xola'', ''etxola'', se hallaban dispersos. Existían dos pequeñas aglomeraciones en las que las casas eran contiguas o casi contiguas: Plaza e Ialarre, formando calle. Aquí vivían todos los comerciantes locales, los oficiales y el personal administrativo. En los barrios de Lehenbizkai, Egimear e Ixtillarte se hallaban cercanas entre sí, pero no tanto como en los de Plaza e Ialarre<supref>34Idem. “Bosquejo etnográfico de Sara, III” in AEF, XIX (1962) pp. 47-48.</supref>.
En Ainhoa (L) el núcleo o burgo se llama ''karrika ''y los distintos barrios, ''kartierrak''. Se pueden encontrar tres tipos de casas: en el núcleo, ''karrika'', que es una bastida, se encuentran casas particulares, largas y estrechas, con un jardín alargado; es un tipo de casa ligada a la estructura de parcelamiento medieval. Un segundo tipo responde a las casas laburdinas clásicas, que por no estar los solares tan condicionados por la parcelación, permite que las casas sean más anchas. Hay un tercer tipo constituido por antiguas bordas transformadas.
En Iholdi Donoztiri (BN) el sistema salvo las familias del herrero, del maestro, de poblamiento la maestra y del cura, la población era de labradora y en los años cuarenta del siglo XX cuando Barandiaran recogió estos datos contaba con 500 habitantes. Vivían en 86 casas dispersas por casi todo el territorio. Sólo las partes altas de las montañas no se hallaban pobladas. Cada una tenía cerca las casa se situaba próxima a sus terrenos. Era la forma típica del ''baserri ''o ''borda''. A veces la situación de la casa estaba determinada no sólo por sus tierras sino también por los montes comunales donde se alimentaba su ganado. Así, la casa ''Mendiburuko borda ''estaba en el límite superior de sus tierras que le pertenecían de cultivo y que eran cultivadas y explotadas por ellaen el inferior de los terrenos incultos del monte Garralda, donde pacían sus ovejas<supref>35Idem. “Rasgos de la vida popular de Dohozti” in ''El mundo en la mente popular vasca''. San Sebastián: 1962, pp. 19-21.</supref>.
En Heleta Liginaga (BNZ) el sistema la forma de población predominante es disperso salvo en la zona central donde se halla un grupo de edificios entre los cuales cabe señalar la iglesiacasas dispersas por el territorio. Existen, las escuelassin embargo, el ayuntamiento y el restaurante; además de una plaza rodeada dos pequeñas agrupaciones de casas con un frontón en un lado. Las viviendas se hallabancasi contiguas, ''karrika'', salvo que son las de Astüe y Liginaga<ref>Idem. “Materiales para un estudio del pequeño casco de población, próximas a sus terrenos de labrantíopueblo vasco. En cuanto a la situación de algunas de ellasLiginaga (Laguinge)” in ''Ikuska'', se veía que los pastos de los terrenos comunales habían tenido su influenciaI (1947) p. 127. Lejos de las casas se hallaban las bordas para el ganado que pacía en el monte<sup>36</supref>.
En Donoztiri (BN) salvo las familias del herreroNavarra la zona de los caseríos o casas diseminadas por el campo, fuera del maestronúcleo básico de población, de se da en la maestra y del curazona atlántica, la población era labradora y en los años cuarenta del siglo XX cuando Barandiaran recogió estos datos contaba pero con 500 habitantescierta irregularidad. Vivían Los hay en las cinco villas, en Goizueta, en 86 casas dispersas por casi todo el territorioBaztan y Bertiz, en Doneztebe y su tierra. Sólo las partes altas Pasada la divisoria de las montañas no se hallaban pobladas. Cada casa se situaba próxima aguas hacia el sur ya es menos común el sistema, que vuelve a sus terrenosaparecer en Luzaide/Valcarlos. Era la forma típica del Estos caseríos son de dos clases: los ''baserri fuertes'', con troncalidad y vecindad, y los más pobres o débiles en construcción y tierras, originados, a veces, en las ''bordabordak ''. A veces la situación de la casa estaba determinada no sólo por sus tierras sino también por los montes comunales donde se alimentaba su ganado. Asípastoriles<ref>CARO BAROJA, la casa ''Mendiburuko borda Etnografía histórica de Navarra''estaba en el límite superior de sus tierras de cultivo y en el inferior de los terrenos incultos del monte Garralda, donde pacían sus ovejas<sup>37op. cit., p. 154.</supref>.
En Kortezubi (B) los caseríos se hallan distribuidos en cofradías, ''amarreko'', cuya división corresponde a diferencias geográficas del terreno que ocupan. Estas cofradías son ocho y estaban formadas por un número reducido de casas habitadas por labradores. Las casas se hallaban separadas unas de otras: en Terliz había algunas que sólo distaban entre sí unos veinte metros pero en Basondo las había separadas por doscientos metros y más. Aún en la Cofradía de Enderika, donde el núcleo de la población era más condensado, raro era el caso de dos casas contiguas<sup>42</sup>.