Cambios

El lenguaje de los tañidos

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En Orozko (B) los sones para los niños son similares a los destinados a los adultos diferenciando el sexo del mismo modo, con tres o dos campanadas dependiendo de si se trata de un niño o una niña. Estos sones se distinguen de los propios de adultos en que para los tañidos centrales se usa la campana más pequeña y por ello más aguda.
En Deba (G) cuando moría un niño volteaban la campana mayor y cuando se trataba de una niña la menor<supref>34AEF, III (1923) p. 69.</supref>.
En algunas poblaciones los niños, al oír estos tañidos, tenían costumbre de recitar algunas estrofas. En Sangüesa (N) declamaban en voz alta al compás de los sones del toque de ''mortichuelo'':
    :''Din, dan,'' :''la Virgen te llama, '':''que subas al cielo '':''a por un caramelo '':''y a hacerle la cama '':''al niño Jesús'' :''que ya está cansado '':''de llevar la cruz.''
En Lagrán (A) el toque de campanas en el entierro de un niño era más alegre y los chicos en vez de cantar el padrenuestro como para los adultos, entonaban lo siguiente:
:''Para ver a Dios nacimos. '':''En la tierra somos polvo '':''y en el cielo pelegrinos''<supref>35Salustiano VIANA. «Estudio etnográfico de Lagrán= in ''Ohitura'', I (1982) p. 58.</supref>.''
En Lekaroz (N) cuando moría una criatura y sonaban las campanas a muerto:
:''Dindili, dandala, '':''San Salvador,'' :''la Virgen María '':''parió sin dolor.'':''Levántate San José,'':''una vela encendida.'':''¿Quién anda ahí?'':''Los ángeles andan.'':''¿Quién anda ahí?'':''Buscando carr(e)ra.'':''¿Quién anda ahí?'':''San Juan'':''¿Que hace San Juan?'':''Hablando con San José'':''¿Qué hace San José?'':''Hablar con San Pedro.'':''¿Qué hace San Pedro?'':''Abriendo y cerrando'':''las puertas del cielo''<ref>APD. Cuad. n.° 3, ficha 363.</ref>
Por último reseñar que en Orozko (B) a los subnormales, ''Levántate San Joséiñuzenteak, una vela encendida. ¿Quién anda ahí? Los ángeles andan. ¿Quién anda ahí? Buscando carr(e)ra. ¿Quién anda ahí? San Juan''se les enterraba con el toque a gloria ejecutado con la campana pequeña, igual que a los niños pequeños.
''¿Que hace San Juan? Hablando con San José'' ''¿Qué hace San José?'' ''Hablar con San Pedro. ¿Qué hace San Pedro? Abriendo y cerrando las puertas del cielo<sup>36''</sup> Por último reseñar que en Orozko (B) a los 34 AEF, III (1923) p. 69. 35 Salustiano VIANA. «Estudio etnográfico de Lagrán= in ''Ohitu- ''ra, I (1982) p. 58. 36 APD. Cuad. n.° 3, ficha 363. subnormales, ''iñuzenteak, ''se les enterraba con el toque a gloria ejecutado con la campana pequeña, igual que a los niños pequeños. ''= Categorías sociales''==
Los toques de campana, al igual que otras varias manifestaciones relacionadas con el ritual de la muerte, se han prestado a remarcar diferencias sociales que reflejan el mayor o menor status económico del fallecido. En este caso se conseguía establecer tal posición variando la cadencia del tañido, su duración o el número de toques de tal modo que cuanto más pausadamente sonasen las campanas y más prolongado y florido fuese su sonido mejor posición social había disfrutado el difunto.
En la parroquia de Santa María de Portugalete (B) los toques de campana dependían del tipo de funeral, lo que a su vez reflejaba la categoría social del muerto. En los funerales de primera se daban tres toques con cada una de las cuatro campanas de la iglesia, haciendo sonar una sola cada vez. En los de segunda se tocaba un solo tañido con cada una de las cuatro campanas, también una cada vez. En los de tercera se daba un toque con dos campanas, igualmente tañéndolas una cada vez. En esta localidad no recuerdan que hubiese diferencia en el toque dependiendo del sexo o de la edad del difunto.
En Salvatierra (A), si el entierro era de tercera se tocaba un repique, en el de segunda dos y en el de primera clase tres. En Lezama (B), hasta los años sesenta, se distinguían funerales de distinta categoría de tal modo que los de primera y segunda tenían derecho a dos toques de campana por la noche.
En Hondarribia (G), en circunstancias solemnes o en los servicios de primera y primerísima clase, las dos campanas grandes se hacían oír en doce series de tres golpes espaciados, después veinticuatro golpes alternativos para concluir de nuevo tres ciclos de tres golpes espaciados.
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