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En Zerain los huecos son normalmente rectangulares, pequeños y distribuidos buscando una cierta simetría. Aunque hoy en día aparece el cristal, una observación somera permite apreciar que la ventana ha sido reformada de manera que éste ocupe el lugar de los paneles de madera y que con ellos se ha confeccionado la contraventana. En camarotes y locales auxiliares quedan ejemplos de la antigua disposición: una ventana con una hoja de madera ciega, que en su centro tiene un hueco de 20x10 cm que se cierra con un ventanillo, bien de bisagra o de corredera, por el que pasa un poco de luz con el mínimo de frío y que se conoce con el nombre de ''leiotilla''. Para la ventilación de las cuadras se abren en las paredes de piedra unos huecos alargados que por su forma reciben el nombre de ''saeterak ''y que en las épocas de frío se cerraban con un manojo de hierba seca o paja.
[[File:FIGURA2.png190 Ventanas y cierres del caserio Jauregi. Zerain (G).jpg|frame|RTENOTITLE_FIGURAVentanas y cierres del caserío Jauregi. Zerain (G). Fuente: Archivo particular Nikola Madariaga.]]
En Astigarraga las ventanas más antiguas son las que quedan en los departamentos de trabajo, como el establo, zaguán, ''ganbara'', ''leorpia'', mientras que las de las zonas de habitación se han ido renovando. Suelen ser rectangulares, más altas que anchas, con marco de madera y el vano cerrado no con cristal sino con madera formada por tres tablas longitudinales atravesadas por dos travesaños que se unen al marco con bisagras. Los armazones de las ventanas de algunos caseríos están sujetos por grandes bloques de sillería. Los pestillos son del tipo ''maratila''. Los caseríos más antiguos presentan ventanas ojivales, algunas de las cuales están situadas en los establos y otras en los pisos superiores.
En Izal los huecos más antiguos son reducidos, simplemente adintelados o con ménsulas sencillas. Se da un abundante uso de las ventanas “amaineladas”, con arcos apuntados o conopiales, a los que se ha suprimido el parteluz para facilitar su uso. Los alféizares son de piedra lisa o moldurados. Las ventanas se cierran con marcos y hojas de madera, en las más sencillas enrasadas con la mampostería, en otro caso tras las mochetas de piedra labrada. Disponían dentro de la hoja de otra más pequeña cuya apertura facilitaba la entrada de luz sin dar paso al frío exterior.
[[File:FIGURA2.png191 Huecos con recercos blanqueados en Casa Garcia. Izal (N) 1999.jpg|frame|RTENOTITLE_FIGURAHuecos con recercos blanqueados en Casa García. Izal (N), 1999. Fuente: Roberto Urtasun, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Lezaun las ventanas más antiguas son más bien cuadradas y conforme se van agrandando su tendencia es a ser rectangulares en sentido vertical. La parte superior del hueco se llama ''cabezal'', los costados ''mochetas ''y la parte inferior ''repisa ''o ''solarete''. Esta última es a veces de piedra moldurada y más corrientemente de sillería sin más; las mochetas de sillería y también de ladrillo macizo, especialmente en la planta habitada, que es donde los huecos han sufrido más modificaciones; el ''cabezal ''de piedra de sillería y más frecuentemente de roble. Esta parte exterior es de unos veinte centímetros de grosor y aquí es donde se colocaba la ventana. Las mochetas interiores eran sesgadas para que entrase más luz. La parte inferior de la ventana no tenía el grosor de la pared sino que terminaba a ras del marco para facilitar el acceso a la misma. De esta forma se creaba un hueco respecto a la dependencia y el suelo del mismo se levantaba unos 20 cm sobre el resto del cuarto. Las ventanas más antiguas carecían de cristales; éstas se han conservado en las dependencias del pajar o en los corrales. Eran de madera de roble y se cerraban frecuentemente con ''andavilla'', un trozo de madera unido al marco con un clavo y que giraba sobre él. En el centro de esta ventana había un hueco llamado ''ventanillo ''también de roble y con bisagras y ''andavilla''. Normalmente estaba abierto. Las de cristales son más modernas y se cierran con falleba. Había una persona en la localidad que se ocupaba de cortar los cristales y colocarlos con clavicos y ''betún'', masilla. En algunos pajares había una ventana o más propiamente una puerta, llamada ''el ventanal'', por la que se introducía la paja con ayuda de una escalera; esto, claro está, antes de la generalización de las trilladoras, que la subían mediante unos tubos.
En Allo las ventanas más frecuentes son cuadradas o rectangulares, más altas que anchas, y más pequeñas cuanto más antigua sea la casa. Con frecuencia, de ellas sale el alféizar moldurado. En la planta segunda, que generalmente corresponde a los graneros, tan sólo aparecen pequeñas ventanas o saeteras a escasa distancia del alero. En general todos los vanos decrecen en tamaño conforme se gana en altura, si bien en los últimos años se ha procurado hacerlos mayores para aumentar la luz natural en el interior de las casas. El armazón de las ventanas es también de madera y varía según dónde estén emplazadas: las de la planta baja y el segundo piso son generalmente de una sola hoja y las del piso primero, correspondiente a la vivienda, suelen tener dos. Por otro lado las de la planta baja son casi siempre ciegas. En el piso primero las ventanas, y los balcones cuando los hay, llevan en cada una de sus hojas un ventanillo más pequeño que gira en el interior sobre dos goznes o librillos metálicos. Al exterior suelen llevar cristales. Algunas ventanas y balcones de este tipo se protegen exteriormente con contraventanas de madera o con persianas enrollables. Por último, las ventanas de los graneros altos se cierran con puertas de una hoja que llevan en el centro un ventanillo más pequeño, generalmente deslizante en sentido horizontal.
[[File:FIGURA2.png192 Ventana de doble hoja con ventanillos. Allo (N).jpg|frame|RTENOTITLE_FIGURAVentana de doble hoja con ventanillos. Allo (N). Fuente: José Ramón Macua, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Obanos las ventanas son fundamentalmente rectangulares y cuadradas. En el piso destinado a vivienda predominan las rectangulares, más altas que anchas. En la planta baja las encontramos casi cuadradas y pequeñas, y otras rectangulares. Suelen corresponder a las cuadras y a antiguos lagares o talleres. De hecho, en muchas casas, a nivel del suelo, hay una pequeña ventana que sirve para la ventilación de la bodega. Y en el último piso la mayor parte de las casas tienen vanos casi cuadrados con barrotes de hierro y en general sin cristales. Una contraventana de madera con un pequeño ventanillo cuadrado ilumina el interior de las habitaciones. En la mayoría de las casas, bien en la fachada principal o en alguna secundaria, aparece una ventana de tamaño mayor al habitual para introducir la paja en el pajar.
En Aurizberri la ventana recibe el nombre de ''leoa''. Era general el uso de contraventanas que se abrían hacia fuera. Constaban de dos hojas que cuando estaban abiertas se sujetaban por medio de un travesaño de madera que les impedía cerrarse; al hacerlo se sujetaban las ventanas interiores por medio de un gancho de hierro.
[[File:FIGURA2.png193 Detalle de ventana y contraventanas. Arraioz (Baztan-N) 1999.jpg|frame|RTENOTITLE_FIGURADetalle de ventana y contraventanas. Arraioz (Baztan-N), 1999. Fuente: Marisa Picabea, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Lesaka las ventanas, ''leioa'', adoptaban formas muy diversas: arcos góticos, conopiales, sencillos y algunos ajimeces en casas que databan del siglo XVI. Eran frecuentes las contraventanas. En los pisos bajos había aspilleras o saeteras, ''zirritua'', que daban a los caminos<ref>Julio CARO BAROJA. “Algunas notas sobre la casa en la villa de Lesaka. La arquitectura de la casa lesakarra” in AEF, IX (1929) pp. 86-87.</ref>.
En Liginaga (Z) la ventana se denomina ''leihoa'', y ''lukena ''el estrecho lucero o saetera que se veía en los rediles. Las hojas que se abren hacia fuera se llamaban ''kontrabentana ''y las que lo hacen hacia adentro, con cristal, ''bitria''.
[[File:FIGURA2.png194 Huecos limitados por el entramado de la fachada. Garruze (BN).jpg|frame|RTENOTITLE_FIGURAHuecos limitados por el entramado de la fachada. Garrüze (BN). Fuente: Michel Duvert, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Ortzaize (BN) las ventanas eran por lo general de 1,20 m de alto y 0,80 de ancho. La mayoría de las partes superiores de las ventanas eran de piedra, una piedra azul de mineral de hierro que era verdaderamente resistente. Los cierres de las ventanas giraban por el quicio, ''erro edo kuntzetan'', ya que no se conocían las bisagras de hoy en día. Los cierres, ''leiho-hagak'', giraban por un eje central, sobre dos puntas, y se metían en unos ganchos que estaban fijados en la parte de la ventana que era de madera.