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En Salvatierra (A) se celebraban las misas por la mañana con el horario normal pero en la misa mayor así como en las vísperas, que se oficiaban en las dos parroquias, las familias que tenían sepultura llevaban pan y candeleros para dos o más velas además de la cerilla, que de ordinario permanecía a la cabecera de la misma. Después de la consagración el sacristán recogía los panes de las sepulturas y los llevaba en el cesto a la sacristía.
Por la tarde se celebraban las vísperas: a las dos y media cantaban las vísperas en el coro y acto seguido descendían los curas, el organista {| style="border-spacing:0;margin:auto;width:10.257cm;"|- style="border:none;padding-top:0cm;padding-bottom:0cm;padding-left:5.098cm;padding-right:5.119cm;"|| CONMEMORACION DE LOS DIFUNTOS |-|}y los cantores al presbiterio; mientras, el sacristán colocaba frente a las gradas del altar y centrada, una mesa negra con frontal y laterales negros cubierta con mantel blanco y encima dos candeleros con velas encendidas, una calavera y dos tibias humanas.
Los curas -el preste de capa y los demás con sobrepelliz- se sentaban acompañados de los cantores en el lado de la Epístola y cantaban el oficio de difuntos. A continuación se rezaba el rosario desde el púlpito. Una vez finalizado, el sacerdote que presidía se retiraba a la sacristía y se revestía de alba, estola y capa negra, y el acompañante con sobrepelliz. Los monaguillos iban vestidos con sotana negra y roquete blanco. Estos iniciaban la procesión llevando la cruz parroquial mayor y los ciriales; seguían los niños del «reo» a ambos lados y a continuación los cantores y el clero. La procesión discurría por las naves laterales y se hacían cuatro estaciones en las que se cantaba el responsorio ''Libera me, ''finalizando el rezo con la participación de los asistentes, que permanecían en su sitio. Las paradas se realizaban dos en las naves laterales, otra bajo el coro y la última ante el catafalco sobre el que estaban los atributos de la muerte. Ese día los fieles recibían mayoritariamente la comunión y ganaban las indulgencias plenarias para los difuntos.