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LA INDUMENTARIA EN EL CORTEJO FUNEBRE/es

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Las mujeres, en otro tiempo, también vestían la mejor ropa de color negro que tuvieran y se cubrían con grandes mantos negros. La costumbre de completar la indumentaria femenina en las casas vecinas fue usual entre las mujeres.
[[File:FIGURA7.png107 Mujer con vestido de duelo 1926.jpg|RTENOTITLE_FIGURAframe|Mujer con vestido de duelo, 1926. Fuente: Vida Vasca. Bilbao, 1926.]]
Había quienes no tenían ropa adecuada para la ocasión ni medios ni posibilidad para hacerse con ella y se veían forzadas a teñir en casa las prendas que tuvieran. El equipo del traje negro se completaba con medias, zapatos y guantes negros. Las mujeres del duelo solían ir completamente tapadas, llevando incluso velos o mantillas sobre la cara. Las informantes de Iparralde lo han expresado gráficamente: ''«Il ne faut pas voir de couleur de chair» ''(no debía quedar a la vista ninguna parte de la piel).
Las mujeres del duelo femenino, a partir de las décadas citadas, siguieron vistiendo de negro. La indumentaria consistía en vestidos, chaquetas, faldas, guantes, medias y zapatos negros. Se generalizó el uso de distintas clases de mantillas, al principio más largas y gruesas que poco a poco fueron reduciéndose de tamaño. En algunas localidades, la viuda y algunas otras mujeres de la casa mortuoria no asistían al cortejo fúnebre. En el País Vasco continental son dos las prendas femeninas de las mujeres que integran el duelo, la ''mantaleta ''y la ''kaputxina. ''En este territorio eran las vecinas las encargadas de preparar la indumentaria funeraria, sobre todo la femenina<ref>Michel DUVERT. “Données Ethnographiques sur le vécu traditionel de la Mort en Pays Basque-nord” in ''Munibe'', XLII (1990) p. 481.</ref>.
 
[[File:FIGURA.png|RTENOTITLE_FIGURA]]
En los entierros de los niños, ''aingeruak, ''no se iba de luto por entender que se trataba de seres puros, almas inocentes que se encaminaban directamente al cielo.
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