Toponimia
En Apodaca (A) algunas deben su nombre al término en que se encuentran: (Ventas de Len-día), en Amezaga de Zuia (A) al paraje donde se ubican (Casa de la Mina); en Treviño y La Puebla de Arganzón al tamaño o la actividad (La Casona). En Trapagaran (B), en ocasiones, se las conoce por alguna peculiaridad (la Casa de la Parra) y en el Valle de Carranza (B) por el lugar donde se encuentran (la casa La Culebrera).
En Kortezubi (B) cada una tiene su nombre propio, bien derivado del lugar que ocupa como Goikoetxe (casa de arriba), de la industria a que se destina Goikola (ferrería de arriba) o de otras cualidades, como Etxeandi (casa grande). En Zeanuri (B) los nombres propios son, por lo común, topográficos.
En Abadiño (B) los caseríos tienen nombre propio: Olondo, Arluzia, Anbetxe... En ocasiones, con el mismo nombre se diferencian mediante sufijos: goikoa, bekoa, beaskoa, ganekoa, garaikoa, azpikoa, erdikoa o barrenengoa (de arriba, de abajo, bajo, superior, alto, inferior, del medio o de más abajo). A veces el nombre lo da la localización: Iberre (vega), Errekalde (junto al río), etc.
En Bedarona (B) la mayor parte de los nombres están tomados de la toponimia del lugar (Gunengu). En Bermeo (B) los caseríos se designan con sus nombres que han conservado a lo largo de los años y han dado el apellido a sus moradores. En Zeberio (B), en la gran mayoría de los casos, se denominan con el topónimo que, en ocasiones, alude a su utilización, antigüedad o factura (Etzebarri).
En Astigarraga (G) el emplazamiento puede darle el nombre (Pikoaga). A veces, aunque se derribe y en el solar se construyan viviendas de vecinos, sigue conservando el primitivo nombre. Con frecuencia a quienes viven en ella se les conoce más por el nombre de ésta que por el apellido: plazaetxekoak (los de la casa de la plaza). A menudo llevan su nombre inscrito en la fachada principal.
En Ataun (G) se denominan con un nombre propio, generalmente toponímico, como Muño (altozano). Igual dato se ha constatado en Orozko, Zeanuri (B); Elosua, Itziar (G) y las zonas rurales de Andoain, Beasain, DebaMutriku, Oiartzun, Oñati (G); Aoiz e Izal (N). En Deba-Mutriku (G) las hay también que llevan el nombre de su antiguo destino o su forma. Esta última circunstancia se ha constatado también en Viana (N). En Beasain (G) se ha consignado que algunas tienen sufijos para señalar que se trata de la de arriba, la de abajo, la antigua o la nueva... (garakoa, azpikoa, zarra, berria). En Zerain (G) cada una tiene su nombre que puede responder a la topografía (Urrutikoetxe), a su antiguo destino (Erreone), a la construcción (Etxeberri) o a su finalidad (Ostatua).
En Aintzioa y Orondritz (N) la mayor parte tienen sus nombres en euskera, por ejemplo Xiltorena, Zarakonea, Xaunterena..., que habitualmente se acortan por Xilto, Zarako, Xaunte... En Goizueta (N) el nombre puede deberse a su localización en el pueblo (Plazenea), su tamaño (Etxetxipia), su función (Ostatuenea), alguna peculiaridad (Sutegizar) y otras características o situaciones variadas. En el Valle de Roncal (N) el nombre puede darlo alguna característica o el lugar donde se encuentra. En San Martín de Unx (N) puede deberse a su localización en la villa o al recuerdo de algún acontecimiento.
En Donoztiri (BN) el nombre propio responde a las condiciones topográficas de su situación, así por ejemplo Bidegainea (sobre el camino), Uhartea (entre ríos); también a su origen, Argainborda (borda de Argainea); algunas veces responde a su destino, Errientaenea (casa del maestro) o al material con el que está construida, Harretxea (casa de piedra).
En Heleta, Ortzaize (BN) y Liginaga (Z) cada una tiene su nombre. En Sara (L) el nombre propio responde frecuentemente a su situación topográfica, así: Aranburua (el borde del valle), Beretxia (la casa de abajo), Bidartea (entre caminos).