Empacho, betetasuna

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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El malestar derivado de ingerir comida en exceso que impide hacer bien la digestión se conoce como empacho y las señales más evidentes de ello son el tener la lengua sucia, el mal aliento, los eructos y una sensación de abotargamiento o de vientre hinchado (Mendiola-A). Popularmente se utiliza la expresión “estar empachau” y la denominación empacho o su equivalente en euskera enpatxua, se han constatado en Amézaga de Zuya, Mendiola, Ribera Alta, Valdegovía (A); Abadiano, Busturia, Durango, Muskiz (B); Astigarraga, Beasain, Bidegoian, Elgoibar, Elosua, Oñati, Zerain (G); Aoiz, Arraioz, Goizueta, Lezaun y Obanos (N). En Beasain anotan que también puede producir empacho el comer con el estómago frío.

En euskera se han recogido además los siguientes nombres para designar al empacho: betetasuna (Nabarniz-B; Bidegoian, Zerain-G), betekadea (Nabarniz), betekarea (Elosua, Telleriarte, Zerain-G), jan betea (Ataun-G), pizua (Zerain), libraziorik eza (Gipuzkoa). En Nabarniz cuando el dolor de tripas proviene de una indigestión por comida o de un empacho se llama tripako inkesea y se reconoce por los ruidos característicos que produce.

Remedios

En Astigarraga (G) dicen que el caldo de puerros con bastante aceite tomado cuatro o cinco veces al día es una buena ayuda en los casos de empacho; en Elgoibar (G) también se tomaba caldo hecho con ajos, puerros y cebolla al que añadían aceite crudo. En San Martín de Unx (N) había quienes elaboraban un jarabe casero que se preparaba con cebolla cruda picada a la que se adicionaba azúcar negro y la mezcla se tomaba por cucharillas. En Nabarniz (B) el dolor de tripas se mitigaba cociendo en agua unas cuantas cabezas de ajo e ingiriendo el líquido y el empacho permaneciendo un tiempo en ayunas. En Vasconia continental para que desaparecieran los trastornos estomacales se tomaba dos veces diarias haba y ajo machacados mezclados con aceite[1].

En Zerain (G) para corregir el empacho se cocía peatza-belarra, hierba tártago, mediante la introducción en un recipiente con agua de la planta entera recién extraída de la tierra. Se colaba y se tomaba la cantidad que se considerara necesaria hasta que surtiera efecto[2]. En Telleriarte (G) se ha consignado también que se recogía una planta llamada tartakua, tártago, que crecía en las heredades, se secaba a la sombra y se guardaba; con ella se hacía una infusión como purgante conocida como tartaku-ura o tartaku-saldea. En Ataun (G) se tomaba asimismo el agua de la decocción de tartikua, según los informantes la mejor era la de tártago blanco, tartiku-txuria.

Aizel-buztana edo aizel-garoa. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.

En Elosua (G) contra el empacho se tomaba durante tres días agua de la cocción de la hierba llamada aizel-buztana o aizel-garua (Polypodium vulgare) que es un helecho muy largo que crece en los tocones de robles y hayas, también en los muros. Para evacuar, enpatxua libratu, se tomaba también dos veces al día la decocción de agua con rabos de cerezas, keizaren-allea; también en Donibane-Lohitzune (L) se hacía infusión de rabos de cerezas, gerezi-buztanak. En Durango (B) se dejaban secar los rabos de cereza y, una vez secos, se cocían en agua que luego se tomaba. En el barrio de Montañán (Carranza-B) la decocción de agua de las plantas denominadas hierbas de mato, llamadas así porque crecían en matorrales, se consideraba un remedio excelente para purgar cuando se estaba empachado.

En Ataun (G) para liberar el estómago cargado, jan betea, se decía que era un buen remedio comer manteca o beber espuma de jabón. En Vasconia continental cuando se padecía empacho o estreñimiento el remedio consistía en tomar por la mañana agua fría en ayunas o comer alguna verdura fresca, perdegailuak. En Moreda (A) y Aoiz (N) consideran el bicarbonato disuelto en agua un buen remedio para ayudar a desocupar el estómago si se está empachado, y en Eugi y Goizueta (N), en los casos de empacho, se tomaba manzanilla con bicarbonato.

En Zerain (G) para curar un empacho fuerte, se cogía hollín de la chimenea, kearra, se echaba en agua hirviendo, se cocía, se pasaba por una tela, se azucaraba y tras añadirle unas gotas de anís, se bebía.

En Donostia (G), según quedó registrado en los años cincuenta, un curandero para eliminar la obstrucción del intestino provocada por el empacho o urdailekoa, palpaba el vientre con la punta de los dedos hasta encontrar la zona más dolorida. Alrededor de ella practicaba un masaje y recomendaba tomar en ayunas una bebida preparada con tallos de ruda, boskoitza, cortados, que se dejaban de noche al sereno en una copa de anís[3].


 
  1. DIEUDONNÉ. “Medécine populaire au Pays Basque” in Gure Herria. Tomo XXVI. Bayonne: 1954, p. 200.
  2. De los Refranes y Sentencias de 1596 recopilados por Garibay el núm. 167 menciona el tártago y reza así: “Erioac erezan / Butroeco alabea / Plencian” (El tártago mató / a la hija de Butrón / en Plentzia). El tártago es una planta, cuyas semillas, de recomendada virtud purgativa, pueden causar la muerte si se toman en excesiva cantidad. Vide Gure arbasoen jakintza: antología de proverbios y refranes euskéricos. Zarautz: 1982, p. 21.
  3. Ignacio Mª BARRIOLA, La medicina popular en el País Vasco, San Sebastián: 1952, p. 49.