Apéndice 1: Relación del tejado con aspectos económicos y climáticos

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Urabayen realiza una serie de consideraciones que relacionan el número de vertientes de un tejado con aspectos económicos y climáticos, encontrando una solución de compromiso entre ambas variables.

Atendiendo al número de vertientes distingue cuatro tipos de cubierta en Navarra: tejado de cuatro aguas sobre planta rectangular, de dos con caballete perpendicular a la fachada, de dos con caballete paralelo a la fachada y de un agua.

La cubierta a cuatro aguas sobre planta rectangular, es decir, aquella que cuenta con cinco limatesas o ángulos exteriores, cuatro en los faldones y una que une los vértices de éstos, ocupa la misma zona que los tejados con inclinación de 40 a 50º. Las cubiertas a dos aguas con el caballete perpendicular a la fachada, al oeste de la zona anterior, llegan hasta Pamplona y las sierras de Andia y Urbasa. Por el resto de Navarra se extiende la cubierta a dos aguas con caballete paralelo a la fachada y dentro de esta zona se encuentran con bastante frecuencia y al sur de una línea que pasa por las cercanías de Viana, Estella, Mañeru, Pueyo, Ujué, Liédena y Yesa, cubiertas a un agua.[1] 

Según este autor se tiende al tejado más económico y sencillo, que es el de una o dos aguas, y sólo cuando las condiciones climáticas son adversas se complica con el consiguiente aumento de la superficie. En un medio geográfico no extremado las razones que animan a la elección de un determinado modelo de cubierta no han sido geográficas sino económicas. Es a partir de las cubiertas a más de dos aguas donde se nota la influencia del medio, que obliga a aumentar la inclinación y a disminuir la superficie para poder expulsar mejor las precipitaciones y resistir la presión del viento.

Existe por consiguiente una relación entre el número de vertientes de la cubierta y el ambiente geográfico. Se observa que mientras en las zonas de clima duro la tendencia es a las cuatro aguas, en las de clima benigno es común el empleo de las de dos y cuanto más se baja hacia el sur en Navarra se van encontrando más cubiertas a un agua.

En condiciones climáticas duras, la cubierta a cuatro aguas sobre planta rectangular presenta ventajas sobre la de a dos ya que ofrece menos resistencia al viento, pues le presenta triángulos y trapecios en vez de rectángulos. Exige además menos pendiente porque las superficies son más pequeñas y oponen menor resistencia al deslizamiento de la nieve y del agua. Sus ventajas son la razón de la abundancia de cubiertas a cuatro aguas sobre planta rectangular en las regiones superiores de los ríos Urrobi, Irati, Salazar y Esca, que es la zona más castigada por el frío. En cambio, presenta el inconveniente de ser más cara y más difícil de construir.

Este tipo de cubierta parece derivarse de la de dos aguas, matando los ángulos de los hastiales. Además la distribución interior de estas viviendas coincide con la de las que llevan cubierta a dos aguas lo que prueba la relación con la necesaria modificación por razón del clima.

El tejado a dos aguas es la forma más generalizada en Navarra encontrándose incluso hasta en la zona de cubiertas a cuatro aguas sobre planta rectangular y más particularmente en la zona de Aezkoa[2] .


 
  1. Leoncio URABAYEN. La casa navarra. De arquitectura popular. Madrid: 1929, p. 54.
  2. Leoncio URABAYEN. La casa navarra. De arquitectura popular. Madrid: 1929, pp. 55-57.