A la gallinita ciega. Itsu-itsuka

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Es el juego por excelencia de este grupo, el más representativo y el de mayor distribución geográfica. Evidentemente presenta peculiaridades de unas localidades a otras. La denominación más común es «A la gallinita ciega». En Artajona (N) le llamaban «Al palo ciego» y en Améscoa (N) «Morra». En euskera se le conoce por «Itxu-itxuka» en Elosua (G) y «Kakarro pikoka» en Goizueta (N). En Oragarre (Ip) «Kukulu gordeka» ó «A collin-maillard».

En Bilbao, Durango, Galdames y Zamudio (B), Allo, Aria y Valle del Roncal (N) «A la gallinita ciega» se juega tapándole los ojos a un niño, cantándole una cancioncilla y dándole varias vueltas, debiendo el niño coger a otro y adivinar, por el tacto, de quién se trata. Nuestros informantes refieren que ya se conocía a principios de siglo. La letra de la canción dice con ligeras variantes:

— Gallinita, gallinita,
¿qué se te ha perdido?
—Una aguja y un dedal.
— Pues date tres vueltitas
y la encontrarás.

En Artajona (N) se jugaba entre muchachos en plena calle, en las cuadras y otros lugares. Elegido el jugador que tiene que quedarse y que recibe el nombre de «palo ciego» le vendan los ojos con un pañuelo o una bufanda en invierno, y antiguamente poniéndole una boina por la cara sujeta por debajo de la barbilla. Una vez situado en el centro del corro se entabla este diálogo:

— Palo ciego, ¿qué has perdido?
— Una aguja y un dedal.
— Date tres vueltas y lo encontrarás.

Se le dan tres vueltas haciéndole girar sobre sí mismo para desorientarle y comienza la búsqueda, mientras que los demás intervinientes aprovechan para pegarle. Una vez ha cogido a otro jugador le debe reconocer por el tacto o la voz, si consigue hacerle hablar. Cuando cree haber identificado al compañero, le preguntan: «¿L'has buscáu?», a lo que responde «Sí» y se aventura a pronunciar un nombre. Si lo reconoce intercambian los papeles.

Si durante el juego el niño que se queda está en peligro de darse un golpe contra una pared o de caerse, se le avisa diciendo «¡Tocino gordo!». A partir de los años sesenta se ha generalizado el nombre de «A la gallinita ciega», sin más cambios que la fórmula inicial que ahora es «Gallinita ¿qué has perdido?».

Le colin maillard. Grabado de J. Stella, s. XVII. Fuente: Stella, Jacques. Juegos y Pasatiempos de la Infancia. Grabados de Claudine Bouzonnet Stella. Palma de Mallorca, José J. de Olañeta, Editor, 1989.

En Aoiz (N) después de darle las vueltas para despistarle, el resto de niños le gritan, mientras le van tocando con las manos: «Gallinita, ¿dónde estoy?». Cuando la gallina atrapa a uno y adivina quién es, mediante el tacto, intercambian el papel de gallinita.

En Valdegovía y en Salinas de Añana (A) la fórmula empleada era «Date tres vueltas y lo adivinarás». En Pipaón (A) antes de ordenarle dar tres vueltas le recitan: «Una moza busca una aguja y un dedal, da tres vueltas y lo encontrarás»; o también «Una moza busca la tijera y el dedal» o «la aguja y el dedal». En Gallipienzo (N) se le ordenaba «Vete a buscarlo por todo el corral».

En Mendiola (A) al niño que hace de gallinita ciega le denominan el ciego. Se conoce una variante llamada «La gallina muda» que consiste en que un niño con los ojos vendados se queda en medio de un cuarto en cuyas esquinas están los otros jugadores. El niño que está en el centro debe permanecer quieto extendiendo únicamente las manos para intentar tocar a los otros jugadores que van pasando sigilosamente de un lado a otro. Si el ciego prende a uno y lo descubre cederá su oficio.

En Artziniega (A) la fórmula utilizada era:

Gallinita ciega,
que vas a buscar,
pan y pescadito
para merendar.
Date tres vueltitas
y lo buscarás.

En Salcedo (A) se dice:

— ¿Qué te pica en la cabeza?
— Un piojo.
— ¿En la espalda aquí atrás?
— Una pulga.
— Date unas vueltitas y se te quitará.

En Hondarribia (G) antiguamente se jugaba de la siguiente manera: El para, el que se quedaba, se ponía una venda en los ojos y se contaba hasta cuatro «Bat, bi, iru, lau» a la vez que se le daba cuatro vueltas. Luego debía coger a alguno de los que estaban en su alrededor y adivinar quién es. Mientras la gallina ciega les buscaba los chavales le golpeaban con la boina y le cantaban:

Sal morta
nundik bidia?
zakurren ipurdi sulotik
nik aen ondotik
bule
bat, bi, iru, lau.
Sal morta / ¿por dónde el camino? / por el agujero del culo del perro / yo tras él / bule (gallinita ciega) / una, dos, tres, cuatro.

En Durango (B) y Arrasate (G) se jugaba en una habitación de la casa a una versión similar al juego descrito, conocida como «A tape-tape». El que se quedaba tenía los ojos vendados y el resto se ocultaban por la habitación, detrás de los armarios y de las puertas, cubiertos con mantas, abrigos, etc... El de los ojos vendados debía coger a uno y descubrir, mediante el tacto, quién era.