Diferencia entre revisiones de «A mamas y a papas. Uzandraka»

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Es un juego muy generalizado propio de niñas, aunque en algunas ocasiones participen también los niños. Se trata de imitar las actividades de las madres, cuidando de las muñecas y realizando las labores que ven hacer en sus casas. Para ello, a veces se disfrazan con trajes viejos a fin de aparentar ser mayores.  
 
Es un juego muy generalizado propio de niñas, aunque en algunas ocasiones participen también los niños. Se trata de imitar las actividades de las madres, cuidando de las muñecas y realizando las labores que ven hacer en sus casas. Para ello, a veces se disfrazan con trajes viejos a fin de aparentar ser mayores.  
  
En Narvaja (A) a falta de muñecas, improvisaban ''el bebé'' con un trapo de cocina recogido. En Abadiano (B) confeccionaban muñecas de trapo sobre la marcha momentos antes de iniciar el juego. En Lezama (B) jugaban a «ama de cría» que consistía en que las niñas hicieran con sus muñecas los gestos que observaban a las madres cuando dan de mamar a sus hijos.  
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En Narvaja (A) a falta de muñecas, improvisaban ''el bebé'' con un trapo de cocina recogido. En Abadiano (B) confeccionaban muñecas de trapo sobre la marcha momentos antes de iniciar el juego. En Lezama (B) jugaban a «ama de cría» que consistía en que las niñas hicieran con sus muñecas los gestos que observaban a las madres cuando dan de mamar a sus hijos.
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[[File:4.203 Amatara. Zerain (G) 1989.jpg|center|450px|Amatara. Zerain (G), 1989. Fuente: Karmele Goñi, Grupos Etniker Euskalerria.]]
  
 
En Ribera Alta (A) era muy corriente que entre los hermanos se jugara «A familias», distribuyéndose los papeles de la siguiente manera: las mayores adoptaban el papel de padres y los más pequeños el de hijos. Se pretendía representar con fidelidad la realidad familiar : el padre trabajaba en el campo y cuando regresaba se sentaba a la mesa mientras la que hacía de madre le servía la comida que previamente había cocinado, repitiendo las palabras que escuchaba de boca de aquélla en la escena doméstica real.
 
En Ribera Alta (A) era muy corriente que entre los hermanos se jugara «A familias», distribuyéndose los papeles de la siguiente manera: las mayores adoptaban el papel de padres y los más pequeños el de hijos. Se pretendía representar con fidelidad la realidad familiar : el padre trabajaba en el campo y cuando regresaba se sentaba a la mesa mientras la que hacía de madre le servía la comida que previamente había cocinado, repitiendo las palabras que escuchaba de boca de aquélla en la escena doméstica real.
  
[[File:4.203 Amatara. Zerain (G) 1989.png|center|600px|Amatara. Zerain (G), 1989. Fuente: Karmele Goñi, Grupos Etniker Euskalerria.|class=grayscalefilter]]
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En Salvatierra (A), Allo y Lekunberri (N) imitaban los habitáculos de la casa. Para ello colocaban unas piedras en la planta de la vivienda delimitando estancias que se correspondían con ficticios dormitorios y donde no podía faltar la cocina.
  
En Salvatierra (A), Allo y Lekunberri (N) imitaban los habitáculos de la casa. Para ello colocaban unas piedras en la planta de la vivienda delimitando estancias que se correspondían con ficticios dormitorios y donde no podía faltar la cocina.  
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[[File:4.204 Panpinari janaria ematen. Hondarribia (G) 1989.png|center|600px|Panpinari janaria ematen. Hondarribia (G), 1989. Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.|class=grayscalefilter]]
  
 
Este juego, así como las actividades que derivan de él, se ha recogido en muchas localidades. El nombre más común con el que se le denomina es «A padres y madres» y «A mamás y a papás». Además de en los lugares citados se ha constatado en Amézaga de Zuya, Artziniega, Moreda, Salinas de Añana, Valdegovía (A); Abadiano, Durango, Getxo, Lezama, Portugalete (B); Beasain, Elosua (G); Aoiz, Aria, Artajona, Eugi, Izurdiaga, Lekunberri, Lezaun, Monreal y San Martín de Unx (N).  
 
Este juego, así como las actividades que derivan de él, se ha recogido en muchas localidades. El nombre más común con el que se le denomina es «A padres y madres» y «A mamás y a papás». Además de en los lugares citados se ha constatado en Amézaga de Zuya, Artziniega, Moreda, Salinas de Añana, Valdegovía (A); Abadiano, Durango, Getxo, Lezama, Portugalete (B); Beasain, Elosua (G); Aoiz, Aria, Artajona, Eugi, Izurdiaga, Lekunberri, Lezaun, Monreal y San Martín de Unx (N).  

Revisión actual del 10:57 17 sep 2019

Es un juego muy generalizado propio de niñas, aunque en algunas ocasiones participen también los niños. Se trata de imitar las actividades de las madres, cuidando de las muñecas y realizando las labores que ven hacer en sus casas. Para ello, a veces se disfrazan con trajes viejos a fin de aparentar ser mayores.

En Narvaja (A) a falta de muñecas, improvisaban el bebé con un trapo de cocina recogido. En Abadiano (B) confeccionaban muñecas de trapo sobre la marcha momentos antes de iniciar el juego. En Lezama (B) jugaban a «ama de cría» que consistía en que las niñas hicieran con sus muñecas los gestos que observaban a las madres cuando dan de mamar a sus hijos.

Amatara. Zerain (G), 1989. Fuente: Karmele Goñi, Grupos Etniker Euskalerria.

En Ribera Alta (A) era muy corriente que entre los hermanos se jugara «A familias», distribuyéndose los papeles de la siguiente manera: las mayores adoptaban el papel de padres y los más pequeños el de hijos. Se pretendía representar con fidelidad la realidad familiar : el padre trabajaba en el campo y cuando regresaba se sentaba a la mesa mientras la que hacía de madre le servía la comida que previamente había cocinado, repitiendo las palabras que escuchaba de boca de aquélla en la escena doméstica real.

En Salvatierra (A), Allo y Lekunberri (N) imitaban los habitáculos de la casa. Para ello colocaban unas piedras en la planta de la vivienda delimitando estancias que se correspondían con ficticios dormitorios y donde no podía faltar la cocina.

Panpinari janaria ematen. Hondarribia (G), 1989. Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.

Este juego, así como las actividades que derivan de él, se ha recogido en muchas localidades. El nombre más común con el que se le denomina es «A padres y madres» y «A mamás y a papás». Además de en los lugares citados se ha constatado en Amézaga de Zuya, Artziniega, Moreda, Salinas de Añana, Valdegovía (A); Abadiano, Durango, Getxo, Lezama, Portugalete (B); Beasain, Elosua (G); Aoiz, Aria, Artajona, Eugi, Izurdiaga, Lekunberri, Lezaun, Monreal y San Martín de Unx (N).

En euskera se han recogido las siguientes denominaciones: en Aramaio (A) «Etxekoandraka», en Amorebieta-Etxano «Uzandraka» (ugezabandraka), en Bermeo (B) «Amamaka», en Zerain (G) «Amatara» y en Goizueta (N) «Attonka eta amonka».