Diferencia entre revisiones de «Abarkak abarcas»

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En las décadas de los años veinte y treinta las albarcas de piel fueron sustituidas gradualmente por las de goma que tenían forma similar a las anteriores. En un primer momento fueron de fabricación artesanal y se utilizaban como material cubiertas de goma de las ruedas de los automóviles o de las motocicletas (Moreda-A). Estaban provistas de unas presillas de badana, ''aletxak, ''cosidas en los bordes superiores por donde pasaban las cuerdas o cordones que se cruzaban luego sobre el empeine y las pantorrillas (Bernedo, Valderejo; Zeanuri). Para la sujeción al pie se usaron también hebillas (Sangüesa-N).
 
En las décadas de los años veinte y treinta las albarcas de piel fueron sustituidas gradualmente por las de goma que tenían forma similar a las anteriores. En un primer momento fueron de fabricación artesanal y se utilizaban como material cubiertas de goma de las ruedas de los automóviles o de las motocicletas (Moreda-A). Estaban provistas de unas presillas de badana, ''aletxak, ''cosidas en los bordes superiores por donde pasaban las cuerdas o cordones que se cruzaban luego sobre el empeine y las pantorrillas (Bernedo, Valderejo; Zeanuri). Para la sujeción al pie se usaron también hebillas (Sangüesa-N).
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[[File:3.243 Pastor de Abaltzisketa (G) con abarcas de goma 1941.jpg|center|500px|Pastor de Abaltzisketa (G) con abarcas de goma, 1941. Fuente: Archivo PP. Benedictinos de Lazkao (G): Jesús Elosegui.]]
  
 
A las abarcas de cuero y también a las de goma solían ponerles tachuelas o clavos en la parte inferior de la suela para que no resbalaran y para que duraran más.  
 
A las abarcas de cuero y también a las de goma solían ponerles tachuelas o clavos en la parte inferior de la suela para que no resbalaran y para que duraran más.  

Revisión actual del 10:42 21 may 2019

Desde antiguo[1] y hasta tiempos muy recientes el calzado habitual de los pastores así como el de los campesinos fueron las abarcas de cuero[2]. En el habla romance de Navarra les han llamado generalmente albarcas; en euskera reciben el nombre de zatak o abarkak. La voz abarka[3] es de uso común en todos los dialectos vascos. Su uso, hasta tiempos recientes, se ha constatado en todo el ámbito de Vasconia.

Pastor de Aralar (G) con abarcas, 1984. Fuente: José Zufiaurre, Grupos Etniker Euskalerria.

La mayoría de las encuestas anotan que las abarcas se confeccionaban en casa y eran utilizadas principalmente por los pastores (Allo, Aoiz, Artajona, Eugi, Izurdiaga, Larraun, Roncal, Sangüesa, San Martín de Unx-N; Agurain, Apellániz, Apodaca, Araia, Berganzo, Bernedo, Ribera Alta, Tierra de Ayala, Treviño, Valderejo, Valdegovía-A; Ataun, Ernio, Ezkio, Izarraitz-G; Anboto-Urkiola –Abadiano–, Carranza, Bernagoitia, Belatxikieta, Garai, Sollube, Gorbea –Orozko, Zeanuri–B; Hazparne-L). Para su fabricación se utilizaba piel de ganado vacuno y preferentemente de buey. Podían ser de cuero adobado, o de cuero «al pelo»; en algunas zonas aquél era para las abarcas de los días de fiesta y éste para las de los días ordinarios. Los pastores de Ataun (G) cuando tenían interés en hacer abarcas finas y elegantes para días festivos, antes de coserlas solían ablandar la piel en leche. Se remendaban con trozos de la misma piel, zazarki.

Los de Artajona las hacían generalmente con piel cruda de vacuno, generalmente bueyes o toros. Se empleó también pellejo de mula (macho) y de burro.

En Valderejo utilizaban piel de vaca. A estas albarcas las denominaban de «toriga».

La abarca tiene como característica el ser un calzado hecho con una sola pieza de cuero blando y de forma trapezoidal. Su lado paralelo más ancho se dobla por la mitad y se cose con un hilo de hebra; así se forma la puntera donde se introduce el pie. A lo largo de los dos bordes convergentes se hacen orificios por donde pasa una correa de cuero, ugela; tensándola y aflojándola se consigue que la piel tenga más o menos pliegues y se ajuste al tamaño del pie. En el lado paralelo más estrecho se hace un pequeño recosido para que la piel se adapte al talón. En este punto se cosen luego los cordeles o trallak que sujetan las abarcas a las piernas vestidas con gruesos calcetines de lana de oveja.

A estas cuerdas llaman en Aoiz abarqueras; en Izurdiaga atadijo; en Ataun goaitak; en el Valle de Atxondo-Anboto, Bernagoitia, Garai, Zeanuri y Orozko (B) son de lana de color negro y reciben el nombre de traillak. Estos cordones se han trenzado también con crin de cola de caballo[4]. Los pastores de Ribera Alta, Valdegovía y Urkabustaiz (A) utilizaban para atar las abarcas correas de piel a las que, en esta última localidad les llamaban narras.

Pastor de las Bardenas (N) con calzado artesanal, 1998. Fuente: Jesús Sesma, Grupos Etniker Euskalerria.

En las décadas de los años veinte y treinta las albarcas de piel fueron sustituidas gradualmente por las de goma que tenían forma similar a las anteriores. En un primer momento fueron de fabricación artesanal y se utilizaban como material cubiertas de goma de las ruedas de los automóviles o de las motocicletas (Moreda-A). Estaban provistas de unas presillas de badana, aletxak, cosidas en los bordes superiores por donde pasaban las cuerdas o cordones que se cruzaban luego sobre el empeine y las pantorrillas (Bernedo, Valderejo; Zeanuri). Para la sujeción al pie se usaron también hebillas (Sangüesa-N).

Pastor de Abaltzisketa (G) con abarcas de goma, 1941. Fuente: Archivo PP. Benedictinos de Lazkao (G): Jesús Elosegui.

A las abarcas de cuero y también a las de goma solían ponerles tachuelas o clavos en la parte inferior de la suela para que no resbalaran y para que duraran más.

Estaban provistas de ojales de cuero por donde se introducía el cordel con el que se sujetaban a las piernas. Con una lezna o aguja se les hacían los agujeros u ojales y se les colocaban hiladillos o cordones con los cuales se ataban al pie y pierna. Eran resistentes y duraban años.


 
  1. En el Codex Calixtinus del s. XII encontramos una primera alusión a este calzado: «Navarri pannis nigris et curtis usque ad genua tantummodo, Scotorum more, induuntur et sotularibus quos lavarcas vocant, de piloso corio scilicet non confecto factas, corrigiis circa pedem alligatas, plantis pedum solummodo involutis, basibus nudis, utuntur» (Los navarros llevan vestidos negros y cortos que les llegan a las rodillas, al modo escocés; y usan unos calzados a los que llaman lavarcas, hechos de un cuero sin curtir y con pelo que se atan a los pies con correas envolviendo únicamente la planta del pie y dejando el empeine desnudo). Vide Jeanne VIELLIARD. Le guide du pèlerin de Saint-Jacques de Compostelle. Macon, 1978, p. 26.
  2. LARRAMENDI refiriéndose a Gipuzkoa escribía a finales del siglo XVII: «Hombres y mujeres en las caserías conservan el calzado antiquísimo que notó Séneca en Córcega, como propio de los cántabros, que son las abarcas y es el calzado mejor para montes y cuestas, especialmente en los tiempos de lluvias y nieves». Vide Corografía…, op. cit., p. 180.
  3. ‘Abarca’, palabra común a los tres romances hispánicos, de origen desconocido, seguramente prerromano. Vide Joan COROMINAS. Diccionario Crítico Etimológico de la Lengua Castellana. Madrid, 1976.
  4. Jesús ELOSEGUI. «Viejo pastor vasco» in Munibe, XVIII (1966) p. 233.