Absentismo escolar

Sumariamente ya se ha señalado cómo antiguamente, sobre todo en las zonas rurales, cuando apremiaban las labores domésticas o en razón de la lejanía del caserío o las inclemencias del tiempo, se producía un gran absentismo escolar.

En San Román de San Millán (A) se ha recogido que hasta los años cincuenta se faltaba mucho a la escuela por la frecuencia con que los niños ayudaban a los padres en el campo o en el cuidado del ganado. Fueron abundantes los bandos de alcaldía conminando y premiando la asistencia a las clases. También en Bidegoian (G) antiguamente la presencia en la escuela era muy irregular y estaba condicionada por los trabajos del caserío. Se podía retrasar la edad de comienzo escolar dependiendo de la distancia de la casa al núcleo de población.

En el Valle de Carranza (B), en las primeras décadas de este siglo, la asistencia a la escuela era irregular ya que niños y niñas tenían que ocuparse de numerosas labores en el caserío y generalmente se les daba más importancia a éstas que a los estudios. La mayor asiduidad se registraba en el periodo invernal por haber menos trabajo. Si nevaba, muchos niños tampoco acudían a la escuela ya que los barrios están diseminados y alejados de los centros escolares. A partir de la primavera, la asistencia se reducía. Permanecían en el centro escolar hasta los catorce años pero algunos lo abandonaban antes para incorporarse al mundo del trabajo.

En Lanz (N) también se ha recogido que los muchachos iban más asiduamente a la escuela en invierno porque con el buen tiempo había trabajo en casa y era preciso echar una mano. Según se ha podido constatar, igualmente algunos la abandonaban a los doce años para trabajar, en vez de a los catorce que es cuando les hubiera correspondido[1].

En Lezaun (N) se han registrado unos hábitos similares. Para los doce años la mayor parte de los escolares dejaban de asistir a la escuela salvo cuando nevaba ya que entonces había menos trabajo que hacer en casa. Para remediarlo el maestro organizó clases nocturnas, pero aun así en cuanto sabían leer y escribir abandonaban los estudios.

Belarra biltzen. Recogida de heno. Berastegi (G), c. 1965. Fuente: Iñaki Linazasoro, Grupos Etniker Euskalerria.

En Elgoibar (G) en tiempos pasados las ausencias de los niños a clase eran llamativas, únicamente iban cuando hacía mal tiempo pues de lo contrario tenían que ayudar en las labores domésticas.

En Gatzaga (G) la asistencia de los niños de los caseríos a la escuela era irregular. Cuando había mucha faena que hacer en el campo o cuidar del ganado no acudían. Señalan los informantes que apacentar les era a veces más grato porque de esta forma tenían la posibilidad de jugar con otros niños que estaban ocupados en labores similares. El cuidar las reses, guiar los bueyes mientras araban el campo, recoger la hierba y las mieses eran trabajos que realizaban los niños generalmente en las horas de clase, lo que traía consigo que algunos abandonaran la escuela a la edad de ocho años. Los niños del casco urbano asistían con una mayor asiduidad[2].

En el Valle de Orozko (B), antiguamente, a los doce años finalizaba en principio la instrucción escolar pero incluso antes de esa edad el absentismo era grande, a veces por imperativo familiar, y otras porque se hacían novillos, aputxarreek egin.

En Urduliz (B) los informantes coinciden en señalar que el absentismo escolar era elevado: Falta asko intte, ze gizonak ibiltten ziren bason bearren ta bazkarik Broten joten giñen. Zenbet bider ama plazara eta eskolara joon bearreen beiek jagoten! (Como los hombres estaban trabajando en el monte nos enviaban a los niños a llevarles la comida. ¡Cuán a menudo en vez de ir a la escuela nos tocaba cuidar el ganado porque la madre debía acudir al mercado a vender los productos agrícolas domésticos!).

En Cintruénigo (N) para compensar algo los escasos conocimientos adquiridos por la necesidad de dejar los estudios a edad temprana, había escuela nocturna y "escuela dominical". La mayor parte de los niños además sólo asistía a clase cuando llovía y si hacía buen tiempo se ausentaban para ayudar en las labores domésticas. A esto se le denominaba "hacer juina", hacer novillos[3].

En Apodaca (A) quienes faltaban a la escuela por tener labores en casa o en el campo solían asistir a las clases nocturnas organizadas para los adultos. También en Orbaitzeta (N) se ha recogido que en invierno se impartían clases nocturnas para los niños que en horario diurno se vieran obligados a trabajar[4].

En Abadiano (B) se ha constatado también que antiguamente se producía absentismo escolar para ayudar en las labores de la casa. En Donaixti-Ibarre (BN) si había trabajos domésticos importantes que hacer el niño no acudía a la escuela. En Goizueta (N) los niños que vivían en caseríos distanciados del centro de la localidad, por razón de los quehaceres que se acumulaban en casa y de la propia lejanía faltaban más a las clases que los del núcleo. En Aintzioa y Orondritz (Valle de Erro-N), a principios de siglo, a los niños se les ocupaba también auxiliando en las faenas caseras y por consiguiente acudían con menor asiduidad a la escuela. Los informantes de más edad reconocen que si había mucho trabajo en casa faltaban a las clases; las personas menores de cincuenta años señalan por contra que en su infancia se respetaba más la asistencia y el absentismo era menor[5].

Bonifacio de Echegaray ya recogió los problemas docentes que representaba la dispersión de las casas en las zonas rurales y cómo las distancias que los niños habían de salvar para llegar a la escuela y las inclemencias del tiempo hacían que la asistencia a la misma de los escolares no fuera asidua[6].


 
  1. Ana Rosa CASIMIRO. "Estudio etnográfico de Lanz (Navarra)" in Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Alava y Navarra. San Sebastián, 1990, p. 333.
  2. Pedro M.ª ARANEGUI. Gatzaga: una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX. San Sebastián, 1986, pp. 86-87.
  3. M.ª Paz LARRAONDO. "Estudio Etnográfico de Cintruénigo" in Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Alava y Navarra. San Sebastián, 1990, pp. 215-217.
  4. M.ª Carmen MUNARRIZ. "Estudio etnográfico de Orbaiceta (Navarra)" in Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Alava y Navarra. San Sebastián, 1990, p. 618.
  5. Araceli ITURRI. "Estudio etnográfico de Aincioa y Olondriz (Valle de Erro)" in Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Alava y Navarra. San Sebastián, 1990, pp. 297-298.
  6. Bonifacio de ECHEGARAY. "La vecindad. Relaciones que engendra en el País Vasco" in RIEV, XXIII (1932) p. 400.