Antiguas ofrendas de animales

En el capítulo Portadores de ofrendas en el cortejo fúnebre se ha señalado cómo en otro tiempo fue común llevar animales, entre otras ofrendas, a la puerta de la iglesia. En ocasiones se portaban directamente sin que desfilaran en el cortejo. A veces se depositaban también en las sepulturas domésticas del templo carnes u otras viandas para ofrecerlas al momento del ofertorio en el altar. Igual que ocurría con otros signos, en estos casos la categoría del funeral tenía su reflejo en la mayor o menor cantidad o en la calidad de lo ofrendado.

Los datos que aportamos proporcionan en la primera parte información de fuentes históricas, se continúa con descripciones provenientes del campo etnográfico, hechas a principio de siglo por autoridades como Azkue y Barandiarán y se completa con la información obtenida de nuestras encuestas. Lo que de todas formas aparece claro es que las ofrendas de animales y carnes en las exequias fúnebres fueron frecuentes en tiempos pasados[1] y la costumbre estaba casi desvanecida en las primeras décadas de este siglo.

Fuentes históricas

Fuentes etnográficas


 
  1. Según Barandiarán las ofrendas de animales domésticos como vacas, ovejas, etc., así como la presencia del caballo en los funerales de su dueño difunto que parece haber estado en uso en tiempos aún no lejanos, tienen antecedentes en los antiguos ritos indoeuropeos. Vide José Miguel de BARANDIARAN. “Temas mitológicos vascos cuyo origen puede situarse entre el Neolítico final y el período del Bronce” in AEF, XXXVI (1990) p. 10.