III. BAUTISMO. BATAIOA

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Tradicionalmente los niños, al poco tiempo de nacer, han recibido las aguas del bautismo. Esta práctica religiosa responde a la creencia, comúnmente aceptada en Vasconia de que el bautismo es el sacramento por el cual la persona se hace cristiana y queda limpia del pecado original con que nace el género humano. Aunque el rito sigue en lo esencial las pautas de la Iglesia Católica, cada región tiene sus peculiaridades en los detalles de la puesta en escena.

Con motivo del bautizo tiene lugar la primera salida de casa del niño y, en general, este quehacer se ha considerado "cosa de mujeres"; en lo relacionado con el nacimiento y el bautizo el padre no tenía un papel claramente asignado. Ha sido la generalización de los partos fuera del ámbito doméstico lo que ha sacado del anonimato la figura del padre, al tener que estar presente en la clínica para recibir visitas y parabienes. También los cambios litúrgicos en la ceremonia del bautismo, tras el Concilio Vaticano II, han contribuido a dar mayor protagonismo a los padres.

En euskera el bautismo se denomina bataioa/bateoa en Lezama, Markina (B); Donoztiri (BN); Ezkio, Hondarribia, Zerain (G); Ezkurra, Izurdiaga (N) y Liginaga (Z). En Abadiano, Urduliz y Zeanuri (B) a la ceremonia se le llama bautizua.

El rito del bautismo tenía lugar en la iglesia parroquial; generalmente a media tarde si era en día de labor, y al mediodía después de misa mayor, si era en domingo.

Hay que señalar que si bien en tiempos pasados eran escasos los niños que no recibían el bautismo (cosa que sucedió principalmente durante la II República), a partir de los años setenta no es tan raro que algunas familias decidan no bautizar a sus hijos. Aun así incluso la gente no creyente y agnóstica, por costumbre, presión familiar u otras razones hace pasar a sus hijos tanto por el rito del bautismo como de la primera comunión.