Cañizos y bóvedas de yeso

La mayoría de las descripciones anteriores se circunscriben a la zona más septentrional de Vasconia y se caracterizan porque el soporte de la teja lo constituyen las tablas que se apoyan sobre los cabrios. Pero en la zona media y sobre todo en el sur de Navarra se han utilizado procedimientos distintos en los que la madera es sustituida por otros materiales, fundamentalmente cañizos y bóvedas de yeso.

Antes de pasar a detallar este tipo de tejados se incluyen unas primeras descripciones a modo de transición entre el uso exclusivo de la madera y el recurso del yeso.

Armazón de cañizos. Mélida (N), 1997. Fuente: M.ª Luisa García, Grupos Etniker Euskalerria

En Lezaun (N) el caballete del tejado recibe el nombre de gallur y las vigas principales cadenas, al igual que en el resto de plantas de la casa. Sobre las cadenas se asientan las vigas del tejado denominadas maderas o cabrios. A las maderas curvadas que se elegían a propósito para facilitar el montaje de algunos tejados se les conoce como corvas. Los cabrios del tejado se apoyan en la pared sobre una tabla de unos cinco centímetros de grosor llamada sopanda o solera. Los ensamblajes de estas piezas se realizan con clavijas de madera. Si había alguna madera en ángulo recibía el nombre de tornapunta. Los huecos entre maderas se cubrían con bóvedas y aquí, como en el corral, la parte inferior de la bóveda quedaba sin arreglar. En edificios complementarios y en alguna casa, sobre éstas se clavaban tablas con clavos o puntas de París. Cuando estas tablas estaban hechas con hacha tenían unas dimensiones de unos 12 cm de ancho por 1 m de largo y se llamaban latas.

En Moreda (A) los tejados de las viviendas más antiguas están hechos con madera y una bóveda de yeso o simplemente con tabla y encima las tejas. Con anterioridad a las vigas de madera se emplearon las tijeras también de madera. Posteriormente se comenzaron a emplear los cabríos de viga a viga. Éstos iban del gallur a una madera que se colocaba sobre la pared. Entre los mismos se disponían las bóvedas de yeso con casquetes de ladrillo; también se colocaban tablas.

En Monreal (N) el cañizo se empleó en los tejados tras la guerra civil ya que era más barato, pero tampoco fue muy frecuente. En esta población el armazón también estaba formado por vigas de chopo o roble y entre éstas había un entramado de tablillas sobre el que se disponían tejas curvas; este tipo de armazón era conocido como tejavana.

En San Martín de Unx (N) la cubierta de la casa constaba del caballete, que era la viga más fuerte y resistente, las maderas, que eran vigas paralelas al caballete, y los maderos, las vigas perpendiculares que se apoyaban de un lado en el caballete y del otro en el alero. Este ensamblaje se cubría con un entramado de cañizo o cuartizo (tablilla de madera), sobre el que se disponían las tejas asentadas con barro o arcilla. La techumbre de cañizo era mala para las goteras y débil ante el viento. Otras veces se sustituía el cuartizo por bóvedas de yeso y una capa de tabla ripia, que eran cortezas de los despojos de la madera. En alguna casa o choza del campo se hacía la cubierta con laja, que en esta población llaman loseta, y sin madera alguna.

En Mélida (N) el armazón del techo se componía de vigas de madera sobre las que se colocaban cañizos. Sobre éstos se vertía barro mezclado con paja que servía para sujetar las tejas. Bajo los cañizos, en la cara expuesta al interior de la casa, se aplicaba un revoque de yeso.

En Valtierra (N) el techo se preparaba con maderos o vigas, cañizo, tierra y paja apelmazadas y tejas. El tejado tenía canaleras que daban al corral con un sumidero.

En Murchante (N) cuando se iba a “echar el tejado” se encargaba al cañicero de la localidad que tejiera un entramado de cañas de los alrededores. Los mismos cañiceros lo ajustaban a los maderos con unos clavos especiales con la cabeza de gran tamaño llamados clavos de cañizar. Finalmente el albañil cubría esta superficie con buro (ladrillos de arcilla) y tejas curvas.

En Viana (N) sobre los cabrios de madera a dos vertientes, apoyados en la viga principal de la cúspide, se clavaban los cañizos y una vez cubiertos de yeso se colocaban las tejas.

En Mirafuentes (N) el tejado está hecho en yeso. Para prepararlo se empleaban habitualmente tablillas de madera en donde verter este material hasta que se secaba, también papel de periódico e incluso existe algún caso donde todavía se aprecian en el yeso las marcas de las hojas de berza utilizadas para tal efecto. Otra solución para los tejados era el empleo de ramas que cumplían la función del yeso; esto recibe el nombre de teguillo. Sobre los cabrios se colocaban con esmero ramas de boj bien cruzadas y sobre ellas la teja. Señalan que se recurría a este sistema por ser más económico que el empleo del yeso, aunque como daba buen resultado todavía puede verse en alguna casa, hoy empleada como pajar, el tejado totalmente cubierto por ramas de boj. Las tejas eran calzadas con cascotes de tejas viejas. Las cerchas son las estructuras de madera que dan forma al tejado.