Calzado

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En primer lugar describimos el calzado masculino de invierno, a continuación el veraniego para terminar con el calzado femenino, que, en ocasiones, aunque no se indique expresamente, podía ser idéntico al del hombre.

En Berganzo (A) en invierno calcetines gordos y oscuros y botas marrones tipo Chiruca. Con lluvia y nieve calzaban albarcas y almadreños. Las albarcas eran de goma, negras o marrones e iban atadas a la pierna con cuerdas. Los almadreños se calzaban sobre las alpargatas para guarecer los pies de la lluvia, el barro y la nieve. Tenían tres tacos, uno delante y dos detrás, terminados en punta, a modo de un zueco gallego. En Argandoña (A) los hombres se abrigan los pies con calcetines gruesos de lana y botas tipo Chiruca.

En Moreda (A) para cavar se calzaban los borceguíes, también llamados borceguines, que eran unas botas de campo de cuero y tachuelas más altas que las actuales chirucas. Otros tipos de botas que se han utilizado en la faenas del campo han sido las chirucas y las polainas. Cuando cavaban viñas y olivares, para que no les entrara tierra ni otras porquerías dentro del calzado, por encima de las botas y el pantalón se colocaban los piales. Estos eran pedazos de sacos que se ataban con lías de campo.

En Viana (N), sobre todo en invierno, utilizaban los borceguines o botas de suela de cuero de vacuno con protección de tachuelas y corte de becerro en su color bien engrasado con la verga del cerdo, con cordones. Los zapateros locales los fabricaban a medida y, a veces, iguales para ambos pies. Se usó poco la abarca de goma fabricada a partir de llanta de auto. Hacia 1960 se popularizaron las chirucas con suela de goma y corte de tela muy dura. Por lo general no usaban calcetines en los trabajos de verano.

En Cárcar (N) el calzado de invierno, borceguines, eran unos zapatos fuertes de cuero, en ocasiones con clavos en las suelas. Había individuos que se calzaban con una especie de alforjas que fabricaban con tela y las llenaban de paja. Para cubrirse y protegerse tanto las piernas como los pantalones, confeccionaban con telas viejas polainas o angorras que, atadas con cuerdas, se colocaban en las pantorrillas.

Calzado de abarcas de cuero. Ikaztegieta (G), c. 1930. Fuente: Gure Gipuzkoa: fondo Indalecio Ojanguren.

En Treviño y La Puebla de Arganzón (A) botas de material viejas o de goma. Calcetines gordos de lana. Chanclos de madera de haya (zuecos), la planta con dos tacos y el talón, se calzaban por encima de los zapatos o de las alpargatas; se utilizaban para sacar la basura de las cuadras. Hubo una época, hacia los años 1960, que se usaron albarcas de goma, hechas con las cubiertas de las ruedas.

En Artajona (N) hasta principios del siglo XX los hombres usaban generalmente para el trabajo borceguis, borceguíes, hechos de cuero de becerro y abarcas. Algunos hombres de familias más pobres estaban bastante habituados a ir descalzos, sobre todo en verano durante las labores de trilla en las eras. Aquí los hombres no empleaban calzado alguno. Tampoco en las faenas de transporte de sábanas de paja a hombros. Esta situación se mantuvo hasta mediados del siglo XX mientras subsistió el antiguo sistema de trilla en las eras. Había dos tipos de borceguíes y el más ordinario se empleaba en el campo, sobre todo en invierno. Se fabricaban con piel de vacuno viejo para la suela y becerro para la parte superior. Llevaban clavos en la suela para agarrarse mejor al suelo.

En esta misma localidad artajonesa las albarcas se emplearon como calzado de campo hasta los años 1950, si bien algunos las siguieron usando. Las fabricaban los pastores, con piel cruda de vacuno, generalmente bueyes o toros. Las elaboradas con el sistema más antiguo eran muy duras y por las mañanas, antes de calzarlas, había que mojarlas en un poco de agua para reblandecerlas, puesto que se abarquillaban muchísimo. Solían ponerles tachuelas o clavos en la suela para que no resbalaran y duraran más. Mucha gente compraba el cuero y se lo facilitaba a los pastores más habilidosos. La primeras abarcas de goma comenzaron a hacerse en Pamplona hacia 1930, cuando aparecieron las cubiertas de las ruedas de los coches. Las pocas familias que tenían ganado vacuno calzaban almadreñas para andar por el establo, nunca para trabajar en el campo.

En Bedarona (B) antiguamente calzaban abarcas de cuero y más recientemente de goma con medias de lana por dentro. Los informantes de más edad recuerdan que sus padres en invierno usaron peales, mantarrak, que colocaban dentro de la abarca hasta media pantorrilla. Tiempo después empezaron a usarse chanclos, botas y botines.

En Ajangiz, Ajuria, Gautegiz Arteaga y Nabarniz (B) para los pies abarcas, abarkak, fabricadas en casa con piel de ganado y como protección en lugar de calcetines, peales, mantak, que eran unas piezas cuadradas que se ajustaban al pie colocadas en diagonal. También abarcas con escarpines, abarka-galtzak. En Nabarniz precisan que con las abarcas[1] utilizaban únicamente calcetines de lana o escarpines.

En Amorebieta-Etxano (B) el calzado normal eran las abarcas. Más tarde se introdujeron las katiuskas para trabajos en lugares húmedos o la limpieza de la cuadra. En Zamudio (B) botines, abarcas chatas, abarka motxoak, y abarcas para la huerta. En Telleriarte (G) como calzado abarcas, las primeras de cuero y luego de goma, con medias de lana, azpantarrak. Más tarde aparecieron las botas altas de agua, katiuskak. En Elgoibar (G) abarcas de cuero que, según recuerdan, cuando se mojaban se ablandaban y al secarse resultaban muy duras al pie y calcetines de lana hechos a mano en casa. En Hondarribia (G) calcetines y albarcas, y en Berastegi (G) abarcas o botas.

En Obanos (N) el agricultor ha usado como calzado, abarcas, albarcas, antaño de cuero y después de goma (hechas con cubiertas de camión); cubría el pie-pierna con peales de lana, escarpín o calcetín de algodón blanco.

Abarcas de goma. Obanos (N), 1974. Fuente: M.ª Amor Beguiristain, Grupos Etniker Euskalerria.

En Izurdiaga (N), tanto hombres como mujeres, llevaban zatas (calzado de goma) con cordones.

Respecto del calzado utilizado en verano, con el buen tiempo, estos son los datos recogidos en las encuestas de campo:

En Moreda (A) durante la época del verano, con la llegada del buen tiempo, se abandonaban las botas y se ponían alpargatas de cáñamo. Más tarde vinieron las zapatillas de suela de goma. En Treviño y La Puebla de Arganzón (A) también se ha constatado el uso de alpargatas. En Berganzo (A) para los hombres el calzado ordinario eran alpargatas de esparto, de color negro o azul, sin calcetines. En Argandoña (A) en verano es normal el uso de zapatillas deportivas.

En Viana (N) durante el buen tiempo calzaban alpargatas cerradas de terliz, a veces con puntera de refuerzo, a veces encapilladas en la punta con algo de material, pues el rastrojo "comía mucho". Eran negras y azules, de suela de cáñamo o de esparto y cintas para atarse en la pierna, que compraban en el comercio, pero procedían de La Rioja: Cervera del Río Alhama, Enciso, Arnedo y Munilla. En pocas ocasiones algún mañoso las fabricaba en Viana, pero con la suela de esparto. En Cárcar (N) el calzado de verano era alpargatas de esparto, con brea en la suela para que duraran más.

En lo referente a las mujeres, en Berganzo (A) en invierno calzaban chirucas con calcetines oscuros. Para protegerse de la lluvia, el barro y la nieve sobre las alpargatas, se ponían abarcas y almadreñas. En verano, alpargatas de esparto, de colores oscuros, sin calcetines. En Treviño y La Puebla de Arganzón (A) chanclos de madera (iguales que los de los hombres) y alpargatas. En Ajangiz, Ajuria, Gautegiz Arteaga y Nabarniz (B) señalan que las mujeres calzaban abarcas para trabajar en el campo y en Bedarona (B) dicen que usaban el mismo tipo de calzado que los hombres.

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A continuación se ofrecen algunos datos de la indumentaria usada hoy día tal y como se ha recogido en algunas de las localidades de campo encuestadas que son aplicables a otras.

En Agurain, Apodaka, Argandoña y Moreda (A) las ropas que visten hoy día para realizar las labores agrícolas son el buzo de manga larga o mono de color azul, o la ropa vieja. En Cárcar (N) dicen que el uso del buzo se extendió en los años setenta del siglo XX. En el Valle de Roncal (Ustárroz, Isaba y Urzainqui-N) se usan pantalones de pana en invierno y buzos o bombachos con pañuelos y camisas duras en otras épocas del año. El calzado ahora se diversifica desde las katiuskas a las botas de monte. En Moreda (A) indican que para cavar se utilizan las botas chirucas.

En San Martín de Unx (N) hoy día si se ha de trabajar en el campo, se viste ropa vieja, usándose mucho pantalón azul y camisa resistente de cuadros, sin olvidarnos de la boina, de ala muy corta, que antes se usó más, ahora sustituida por gorra con visera.

En Argandoña (A) son habituales los bombachos, menos común el chándal. La mujer para las faenas relacionadas directamente con el campo, se viste con jersey y pantalones o con chándal y zapatillas deportivas. En Obanos (N) las prendas antiguas se han sustituido por zamarras o anoraks, vaqueros y buenas botas o zapatillas deportivas. Y la boina casi se ha visto sustituida por todo tipo de gorros y gorras. En Pipaón (A) hoy día se usan chándal y camisetas o sudaderas, chubasqueros contra el frío o el agua, por ser más ligeros para trabajar con las potentes máquinas y tractores de ahora.

En algunos lugares se ha recogido que con los calores del verano las mujeres en vez de ponerse el pañuelo a la cabeza como en tiempos pasados, se cubren con un sombrero de paja o con viseras (Ajangiz, Ajuria, Gautegiz Arteaga, Nabarniz, Zamudio-B; Berastegi-G).


 
  1. Una informante de Nabarniz señala que las abarcas son el calzado más apropiado para que el niño aprenda a caminar. Ella a sus nietos les ha enseñado a andar de esta forma, dice que aprenden a andar mejor.