Cambios actuales

Mientras en algunas localidades la ganadería sigue ocupando un lugar destacado de su economía, en otras ha decaído notablemente o es complementaria de las labores agrícolas y hortofrutícolas o del trabajo de algunos miembros de la familia en las industrias de la comarca. También en ciertos lugares se ha podido constatar que aunque ha disminuido el número de casas dedicadas a la ganadería, las que la mantienen, cuentan con mayor número de cabezas, es decir, tienen explotaciones intensivas.

En Tierra de Ayala (A), una de las actividades más señaladas es la ganadera[1], destacando los rebaños de ovejas lachas de 300 ó 400 cabezas y las vacas para carne en régimen intensivo. También en Urkabustaiz (A) persiste la ganadería de monte con rebaños y vacas de carne.

En Belatxikieta (B) antaño la gente vivía casi exclusivamente de los rendimientos que obtenía del caserío. A finales de los años noventa hay más cabezas de ganado vacuno y ovino que antes de 1980 pero están concentradas en menos manos. El peso de la ganadería en la economía familiar es visible desde los decenios sesenta/setenta. En Berastegi (G) el ganado tiene gran importancia, cada caserío cuenta con una media de seis cabezas de vacuno.

En Aoiz (N) el ganado tiene interés para quienes se dedican a la crianza del mismo. También algunas familias numerosas o los que desean comer productos más «naturales» crían en casa algún ganado menor, pollos, conejos, etc. En Arraioz (N) es importante para una docena de familias y para las que se dedican a la explotación ganadera.

En Zeanuri (B), según algunos informantes, tanto antiguamente como hoy en día dentro del sector ganadero lo más productivo es el ovino. Al rendimiento en sí hay que agregar ahora las subvenciones que concede la Unión Europea si se cumplen unas determinadas condiciones.

En la zona rural de Elgoibar (G) señalan que para obtener beneficios hay que recurrir a la gran explotación ganadera. A juicio de los informantes, no es rentable tener pocas cabezas de ganado si bien hay casas que asumen esta situación como complemento de otros ingresos familiares.

En Allo (N) el panorama está muy cambiado respecto del pasado. Sólo tres ganaderos mantienen sus rebaños y unas pocas familias crían algo de ganado menor para el consumo doméstico.

En Bernedo (A) tanto en los pueblos ubicados en el alto como en el valle se vive de la agricultura, si bien en los últimos años se está abandonando el cultivo de la patata de siembra, que ha sido el preferente, como consecuencia de la caída de los precios y la gente abandona el campo buscando una vida menos dura en la ciudad.

En Moreda (A) también ha decrecido notablemente la importancia del ganado, habiendo sido reemplazados los caballos y machos en las faenas del campo por la maquinaria agrícola. La carne y la leche se compran en tiendas y mercados.


 
  1. En 1994 el 21,5% de la población del municipio estaba ocupado en el sector agrícola-ganadero, el 28% en el industrial y el 24,1% en el de servicios.