Caricias y bromas

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Con la nariz y la boca

Tomando con los dedos la naricita del nene se le dice alguna frase cariñosa. Entre las formulitas con alusiones a la nariz figuran estas dos que han sido recogidas en muchas de las localidades encuestadas:

Chato, barato
narices de gato.

O bien:

Chato(a), barato(a)
nariz de patato(a).

Cuando el niño es más crecidito se bromea con él frotándole la nariz y simulando quitársela. Luego el adulto le muestra la punta de su dedo pulgar entre los dedos anular y corazón como si fuera la naricita del pequeño. Este se lleva sus manos al rostro para comprobar que su nariz sigue en su sitio. (Durango, Muskiz, Zeanuri-B; Elosua-G; Lezaun, Obanos, Monreal-N). En esta última localidad para esta broma se le dice al niño:

Mira, mira,
te he quitado
la perolina.

Otro juego con niños pequeños consiste en ir identificando las distintas partes de su cabeza con los elementos que tiene una casa. Tocándole arriba de la frente se dice: «el tejado»; señalándole los ojos: «las ventanas»; para la boca: «la puerta». Al llegar a la nariz: «la aldaba» y tirando de ella suavemente se repite: «tilín-tilín» (Apellániz, Narvaja-A).

Un entretenimiento semejante en el que se van señalando las distintas partes del cuerpo del niño se practica en Donibane Garazi (Ip), sirviéndose de esta canción:

Alouette, gentille alouette,
alouette, je te plumerai,
je te plumerai le... bec.
Alouette, gentille alouette,
alouette, je te plumerai,
je te plumerai le... cou.
Alondra, linda alondra, / alondra, yo te desplumaré, / yo te desplumaré el... pico. / Alondra, linda alondra, / alondra, yo te desplumaré, / yo te desplumaré... el cuello.

Se repiten las estrofas señalando otros puntos del cuerpo: los ojos, la nariz, etc.

Entre los juegos con la boquita del bebé se encuentra éste practicado en Salvatierra (A). La madre pasa la punta de los dedos del niño por su labio inferior, haciendo coincidir cada dedo con una sílaba de esta cantinela:

Bo-ro-ro-ri-yo.
Bo-ro-ro-ro-so.
Bo-ro-ro-ri-to.

De San Martín de Unx (N) procede esta bromita: Se hacía que el pequeño hinchara su carrillo, y luego presionando con el dedo índice se lo explotaban al tiempo que se le decía: «Gorgorito... ¡Pum!».

Con la oreja

Los tironcitos de oreja son en ocasiones signos de cariñosas recriminaciones al pequeño que no se ha portado bien. Así puede interpretarse esta formulita recogida en Apellániz (A):

Orejita, panderita
viene el perro
y te la quita.

Más frecuentemente con estos tironcitos de oreja se festejan los años que ha cumplido el niño. El P. Donostia[1] recogió en Lekaroz (N), este diálogo que se tiene con el niño tomándole el lóbulo de su orejita, beharri tintila:

— Auntzak bilkorra non du?
— Aki, beharri ondoan.
— Zenbat urtetako?
— Hiru urtetako.
– ¿Dónde guarda la cabra su sebo? / – Aquí junto a la orejita. / – ¿Para cuántos años? / – Para tres años.

Luego el adulto le da tantos tironcitos de oreja como años tiene el pequeño.

El mismo autor[2] publicó un diálogo semejante procedente de Navarra y también para jugar con la oreja del niño pero sin referencia a los años que cumplía:

— Auntzak non du bilkorra?* Aki, beharri ondoan.
— Iretako zer?
— Ogi eta xinger.
— Bertze orendako?
— Gaitzibel puzkat.
— ¿Dónde guarda su sebo la cabra? / – Aquí, junto a la oreja. / – ¿Qué habrá para ti? / – Pan y tocino. / – ¿Y para ese otro? / – Un poco de grasa (?).

Cosquillas. Kili-kili

Un recurso empleado para hacer reír al niño es hacerle cosquillas. Se dice que aquel que es cosquilloso, gilberatie, gustará del sexo contrario (Zeanuri-B).

En Altzai (Ip) teniendo al niño en brazos le entretienen recitándole:

Zilar baba, zilar baba
soizü txori ttipia
kili! kili!
Habita de plata, habita de plata / mira el pajarito / kili! kili!

Al decir el segundo verso se le hace mirar en alto indicándole el vuelo de un pájaro y con las últimas palabras se le cosquillea el mentón.

Para provocar las cosquillas del niño se recurre en ocasiones a una escenificación como la señalada en las encuestas de Apellániz (A), Portugalete (B), Obanos y San Martín de Unx (N). El adulto sujeta al niño del brazo con una de sus manos y con el filo de la palma de la otra mano a modo de cuchillo va recorriendo el brazo del pequeño empezando desde la muñeca al tiempo que dice: «Vete a la carnicería y dile al cortador que no te de de aquí, ni de aquí, ni de aquí... Que te dé de aquí!».

En ese momento llega con su mano al sobaco del niño y le hace cosquillas, mientras pequeño forcejea por soltarse.

Otra forma muy extendida de jugar a hacer cosquillas consiste en tomar la mano del niño y hacer sobre su palma abierta una y otra vez la señal de la cruz mientras se dice:

A la buena ventura
que Dios te la da;
si te pica la mosca
ráscatela, ráscatela.

Al decir las últimas palabras se le hacen cosquillitas en la mano.

Con pequeñas variaciones relativas al insecto que pica (pulga, araña...) esta formulita ha sido recogida en Apéllaniz, Artziniega, Gamboa, La-guardia, Narvaja, Pipaón, Ribera Alta, Salcedo, Salinas de Añana, Salvatierra, Valdegovía (A); Amorebieta-Etxano, Bilbao, Carranza, Durango, Galdames, Portugalete (B); Allo, Lezaun, Obanos, Sangüesa y Viana (N).

Otra versión empleada en Lezaun (N) dice:

Por aquí pasó la Virgen,
por aquí volvió a pasar;
si te pica una mosquita
arráscatela, arráscatela.

En Sangüesa (N) para este mismo juego, se utilizó en tiempos esta otra formulita:

Al pon, pon
pónmelo aquí,
la ochavita
y el maravedí.

Pellizcos

También los pellizcos son ingredientes de bromas cariñosas que los adultos hacen a los pequeños, como ésta, recogida en Salvatierra (A).

Reteniéndole entre los brazos le preguntan al niño: «¿A quién quieres más, a tu padre, a tu madre o a ay! ay! ay!?».

Antes que el pequeño exprese su preferencia, le pellizcan consiguiendo que responda: ay! ay! ay! Entre expresiones de alegría le sueltan al niño.

Un juego muy común practicado con niños pequeños consiste en ir señalando a cada uno de ellos mientras se recita esta historieta:

Juan y «Pinchamé»
fueron a nadar (pescar).
Juan se ahogó.
¿Quién se salvó?

Si alguno de los niños responde inocentemente: «¡Pinchamé!», le pinchan o le pellizcan.

Ha sido recogido en Mendiola, Moreda, Pipaón, Ribera Alta, Salcedo (A), Amorebieta-Etxano, Bilbao, Carranza, Durango, Galdames, Portugalete (B), Allo, Aoiz y Goizueta (N).

La estatura

Una broma que los adultos varones hacen a los pequeños consiste en medir su altura pasándoles la pierna por encima de la cabeza. En Salvatierra y Apéllaniz (A) les dicen entre tanto:

Ya no creces más,
hasta pasar San Blas.

También está relacionada con la corta estatura del niño esta otra chanza: el adulto presionando con su dos manos abiertas la cabeza del pequeño a la altura de las orejas le levanta del suelo y le retiene en el aire preguntándole si desde esa altura logra ver una determinada ciudad. En Zeanuri (B) se le preguntaba: «Zenbat lapiko Biturien?», ¿cuántos pucheros (hay) en Vitoria?

Según Azkue[3] a este juego se le denominaba en Derio (B) «Bilbo erakustea», hacer ver Bilbao.


 
  1. APD. Cuad. 2, ficha 249.
  2. José Antonio de DONOSTIA. «Canciones infantiles populares vascas», in Obra literaria. Conferencias. OO. CC. Tomo IV. San Sebastián, 1985, p. 385.
  3. Resurrección M.ª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo N. Madrid, 1947, p. 299.