Carreras en sentido estricto. Lasterketak

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Saltar a: navegación, buscar

La carrera de velocidad es un juego común en casi todas las localidades encuestadas. Normalmente suelen ser los niños los que lo practican aunque no es exclusivo de ellos. En general se organizan las carreras para ver quién corre más desde un punto de salida hasta una meta prefijada; ésta puede ser una calle, una casa, una determinada piedra de una pared, un árbol, etc.

En Salvatierra (A) al punto de llegada se le denominaba chítola. El mecanismo básico de la carrera es tan simple como conocido: a una señal convenida corren todos y el que primero llega gana.

Sin embargo hay diversas modalidades en las que se introducen ciertas dificultades para hacer la carrera más aparatosa y a la vez más divertida.

En Garde (N), por ejemplo, se hacen carreras de pies juntos y en cuclillas. En Zeberio (B) a la modalidad de pie juntillas o a lo canguro le llaman «Unbardinke» (oin bardinka).

También son muy comunes las carreras a la pata coja que consisten en llegar a una meta fijada de antemano saltando con una sola pierna; normalmente el jugador que toca el suelo con la otra queda descalificado. Lo practican tanto niños como niñas.

Esta última modalidad recibe la denominación citada de «A la pata coja» en la mayoría de las localidades encuestadas. Así se constata en: Amézaga de Zuya, Urturi (Bernedo), Gamboa, Laguardia, Mendiola, Moreda, Narvaja, Pipaón, Ribera Alta, Salinas de Añana, Salvatierra, San Román de San Millán, Valdegovía (A); Durango, Galdames, Portugalete (B); Arrasate, Hondarribia (G); Arraioz, Eugi, Garde, Lekunberri, Monreal, Murchante, Obanos, Sangüesa y Viana (N). En Allo (N) se llama «A rinquillico» y en Lezaun (N) «Al chilindango» . En Altzai (Ip) le llamaban «Txingilika». En Zerain (G) recibe el nombre de «Errenka»; en Beasain y Ezkio (G) «Txintxar gainean»; en Amorebieta-Etxano (B) «Zaizena»; en Bermeo (B) «Kojoka» y en Abadiano (B) «Txantxurrike».

En Artajona (N), caminar a la pata coja recibe el nombre de «andar al chinguilín» y aparte de en las carreras, es habitual en otros juegos como «La embarra»[1]. Tanto en unos como en otros se solía cantar lo siguiente:

Todos los cojos
van a Santa Ana
yo también voy
con mi pata galana.

En pueblos como Apodaca, Gamboa (A) y Murchante (N), el portal o la cocina se podían convertir en los días de lluvia o durante las largas noches de invierno en escenario de carreras «a gatas», que a menudo terminaban con algún cachete o reprimenda por parte de los mayores por cómo se ensuciaban la ropa, manos y rodillas.

No deja de ser curiosa la modalidad de carrera llamada «A pies» que hacían en Elosua (G): Se trazaba una raya de salida en el suelo y poniendo un pie a continuación del otro se trataba de ver quién llegaba primero a la pared de la iglesia.

Las carreras adquieren vistosidad cuando de una manera u otra los participantes tienen que actuar por parejas, por ejemplo en la carrera «A tres patas» de Artziniega (A) que consiste en correr por parejas hacia una línea de meta, con el tobillo derecho de un jugador atado al izquierdo del otro.

También son conocidas las carreras de «carretillas» en las que un jugador sostiene por los tobillos a otro que, boca abajo, se apoya sobre las manos. Las parejas así formadas corren hacia una meta. Luego, a veces, se intercambian los papeles de manera que el que ha hecho de carretilla hace de guía y viceversa. Estas dos últimas modalidades de carreras por parejas han sido habituales entre los juegos desarrollados durante la celebración de fiestas populares. En el capítulo que dedicamos a este tipo de juegos se tratan con más detalle.

Entre las carreras por parejas se encuentran también las conocidas carreras de «burros». En Lezaun (N) a caminar uno sobre las espaldas de otro le llamaban ir «a corcoles». Tras caminar un trecho se invertían las posiciones y a veces también se echaban carreras.

En Artziniega, Bernedo y Gamboa (A) este juego recibe el nombre de «A caballos» o «A burros»; en Moreda (A) «Arricotes», en Galdames (B) «Arrecuchis», «Burricuchis» y «Cuchis», y en Elgoibar (G) «Carrera de potros».

Con zancos. Bilbao (B), 1898. Fuente: Archivo particular Esperanza Arellano.

En muchos casos las carreras se dificultan mediante algún objeto que puede ser tan simple como un bote. Es el caso de la llamada «Carrera de botes» que debió durar hasta la década de los cincuenta. Solían jugar niños y niñas y para llevarla a cabo se necesitaban dos botes metálicos taladrados en una de sus bases por cuyos orificios se pasaban sendas cuerdas de unos 50 cm. de largo. Se colocaban los pies encima de ellos y con las manos se agarraban los cabos de las cuerdas.

Se marcaba una raya en el suelo para indicar el punto de salida y los jugadores se colocaban junto a ella. A la voz de «uno dos y tres» comenzaba la carrera. Si algún corredor se caía al suelo quedaba descalificado.

La práctica de este juego se ha constatado en muchas localidades encuestadas, aunque con diversas denominaciones. De todos modos se observa que predominan los nombres de «zancos», «botes» y «latas» o combinados y derivados de ellos. Le llaman «Zancos» en Amézaga de Zuya (A), Durango, Portugalete (B) y Arrasate (G). «Chanclos» en Murchante (N). «Latas» en Hondarribia (G), Aoiz, Izal, Lekunberri, Lezaun, Monreal y Sangüesa (N). «Andalatas» en Obanos (N). «Karrerak kankárrukaz» en Amorebieta-Etxano y Bermeo (B). «De botes» en Salva-tierra, Vitoria (A) y Viana (N). «Andabotes» en Allo (N) y «Potes» en Artajona (N). «Pote jokua» en Zerain (G) y «Potek izketan jarri» en Telleriarte (G). «Latas» o «Zancos» en Apodaca, Artziniega, Moreda, Narvaja, Ribera Alta, Salinas de Añana y San Román de San Millán (A), y en Pipaón (A) conocen las tres denominaciones de «Zancos», «Latas» o «Botes».

En Eugi (N) la carrera se realizaba con los botes atados a los pies y era conocida desde los años veinte, aunque actualmente no se practica. Participaban tanto chicos como chicas. En este tipo de carrera ganaba el jugador que antes alcanzaba una meta prefijada sin caerse ni perder el bote. En caso de no llegar ninguno triunfaba el que quedaba más cerca de la misma.

Un original juego de carrera es el llamado «Zapatos en montón» que junto con la carrera de carretillas se practicaba mucho en las escuelas de Mendiola y San Román de San Millán (A) durante las clases de gimnasia infantil. Consiste en que todos los concursantes, que pueden ser muchos y de diferente sexo, se descalcen y dejen sus zapatos revueltos en un montón. Tras colocarse a una cierta distancia y dar una señal, cada uno corre a por los suyos, se los pone y vuelve al punto de partida. Gana el que antes lo haga.


 
  1. Vide el capítulo Juegos de salto.