Catarro de cabeza, buruko katarroa. Sinusitis, bekoki-katarroa

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Revisión del 06:41 28 may 2019 de Admin (discusión | contribuciones)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Saltar a: navegación, buscar

Una variedad de constipado o catarro es el llamado catarro de cabeza, que en euskera se conoce también con los nombres de buruko katarroa, burutik beerako katarroa (Astigarraga, Beasain, Berastegi, Telleriarte, Zerain-G; Arraioz, Goizueta, Lekunberri-N) o simplemente burutik beera. En Sara (L) la coriza se designa burutik beitikoa (“de la cabeza para abajo”).

En Lekunberri la destilación nasal que caracteriza a la coriza o buruko katarroa es considerada como el comienzo de un catarro fuerte. Por ello es conveniente, desde el principio, taparse bien la cabeza y el cuello para mantener mucho calor y, a ser posible, permanecer acostado. En Tudela (N), según se recogió en los años treinta, para aliviar la cabeza cuando se estaba resfriado se colocaban en la frente paños mojados en vino cocido muy caliente[1]. En Zerain para el catarro de cabeza, buruko katarroa, se tomaban vahos muy calientes de agua cocida con hierbas de romero y saúco, intsusa. En Bidegoian (G) para el trancazo de cabeza se hacen vahos en una decocción de agua con la mezcla de estas hierbas: verbena, mermen-bedarra; centaura, odol-bedarra; muraje, pasmo-belarra; romero y eucalipto.

Verbena, mermena-belarra. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.

En cuanto a la sinusitis que en Zerain es conocida con la denominación bekoki-katarroa, se ha constatado que el remedio más frecuente ha sido aplicar en la frente emplastos de verbena, mermena-belarra (Agurain, Amézaga de Zuya-A; Bedarona, Bermeo-B; Astigarraga, Bidegoian, Elgoibar, Garagarza, Hondarribia, Zerain-G; Aoiz, Lekunberri-N). También cataplasmas de verbena y tártago, peatza-belarra (Zerain) o de verbenas fritas con clara de huevo (Amézaga de Zuya, Bajauri-A). Los remedios son iguales a los utilizados para los catarros de pecho y anginas, donde se explica la forma de prepararlos. En Astigarraga se ha recurrido asimismo a poner emplasto de caracoles, machacándolos vivos.

En Carranza (B) se utilizan varios remedios parecidos que tienen como ingrediente común la verbena (Verbena officinalis)[2]. Uno de ellos es el siguiente: se emplean las hojas, a ser posible verdes, y no la planta entera. Se pican las hojas y se fríen en una sartén con una cucharadita de aceite y un diente de ajo también picado y se agrega una clara de huevo batida. Se hace una especie de tortilla que se envuelve en un paño y se pone sobre la frente. El remedio ha de practicarse durante nueve días consecutivos y de hacerse más veces siempre en número impar. También hay quienes han recurrido al remedio de “sorber” agua salada por la nariz. El emplasto hecho de berbena-bedarra, clara de huevo y aceite para colocarlo luego en la frente se ha constatado igualmente en Amorebieta-Etxano (B).

En Amézaga de Zuya y Moreda (A) (aquí también para el ahogamiento o reseco de garganta) se preparaba una infusión de colas de raposo hervidas, conocidas asimismo como colas de caballo (Equisetum arvense). Se bebía durante nueve días seguidos, transcurridos los cuales se descansaba. En Amézaga de Zuya además se tomaban vahos de flores y raposeras que permitieran respirar al enfermo y aliviar la zona congestionada.


 
  1. Pedro ARELLANO. “Folklore de la Merindad de Tudela” in Anuario de Eusko-Folklore. Tomo XIII. Vitoria: 1933, pp. 202-204.
  2. La utilización de la verbena para tratar esta afección es conocida por un buen número de informantes, pero en todos los casos saben del remedio porque les ha sido transmitido por curanderos a los que han acudido fuera de la localidad o por medio de otras personas también foráneas.