Causas

En cuanto al origen se habla del riesgo de las heridas causadas por objetos metálicos oxidados o en ámbitos donde se críe ganado en general y caballar en particular, al cual se le vincula con este mal.

En Mendiola (A) afirman que esta enfermedad aparece cuando se infectan heridas importantes.

En Agurain (A) se cree que se contrae por la suciedad y por hacerse heridas manipulando hierros oxidados o que hayan estado en contacto con el ganado. En Elgoibar (G) por heridas ocasionadas con un instrumento roñoso.

En Obanos (N) se dice que se contagia cuando se anda entre caballerías o cuando alguien se hace una herida con algún clavo oxidado en sitios frecuentados por el ganado. Cuando los niños se hacían una herida importante, al llegar a casa lo primero que les preguntaban los padres era si se habían clavado con clavos oxidados o en algún lugar frecuentado por caballerías. El miedo a la inyección antitetánica les llevaba a veces a no decir la verdad.

En Apodaca (A) se creía que esta enfermedad la criaba el ganado caballar por lo que se consideraba sumamente peligroso pincharse con algún bieldo o arpón o herirse en algún sitio en el que anduviesen caballerías. En Beasain (G) se piensa que proviene del ganado.

En Murchante (N) se atribuía a la mala circulación, a la infección originada en una herida producida por un metal oxidado o a una herida mal curada.

En Astigarraga (G) se cree que el tétanos puede estar producido por un bicho, zomorroa, que no se conoce y que ataca a los hombres y al ganado. También se puede contraer por contagio con el ganado al tocarle alguna herida.

En cuanto al pronóstico de esta enfermedad, en Apodaca (A) se cree que la mayoría de los casos de tétanos son mortales. En Elgoibar y Oñati (G) se considera que no había remedio para este mal por lo que muchas personas fallecían. En Bernedo (A) se dice que con el tétanos “la sangre se empieza a poner mala hasta que se produce la muerte”. En Murchante (N) no se conocía ningún remedio contra este mal.

En Allo (N) la mayoría de los encuestados ignora las consecuencias de esta infección pero juzgan que deben de ser graves porque siempre que se produce una herida de importancia el médico manda poner una inyección antitetánica.

La descripción de algunos informantes evidencia que se han conocido las manifestaciones de esta enfermedad tales como los característicos espasmos de la mandíbula y el cuello. En Astigarraga (G) recuerdan que es una infección que produce el desencajamiento de las mandíbulas. En Beasain (G) a quienes la padecían les ponían un hierro en la boca para que la mantuviesen abierta y así poderles introducir el alimento.