Celebraciones de más de dos días

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En Ajuria-Muxika (B) por los años treinta era usual casarse en jueves. Tras dos días de viaje los novios regresaban a casa el sábado por la tarde. Al día siguiente, domingo, se celebraba la comida de tornaboda, etxeko bodie, en el domicilio conyugal. Eran invitados únicamente los familiares próximos y los vecinos de su misma condición social. La singularidad consistía en que los propios novios servían el banquete, ezkonbarriek serbiduten eben bazkarie.

En Berastegi (G) se recogen datos que indican que el banquete duraba hasta tres días. En tal caso el día elegido para el enlace era el jueves y al banquete de este día seguía la celebración en viernes y sábado.

En la zona rural de Elgoibar (G) finalizado el viaje de novios se celebraba la tornaboda, que denominaban ezteiak, en el caserío donde iban a vivir los nuevos esposos. A ella eran invitados familiares y vecinos. Para esta fiesta, que podía durar tres días, se sacrificaban animales domésticos.

En Elosua (G) parece ser que el día más apropiado para la boda era el sábado, y en ese caso se extendían los festejos hasta el lunes siguiente.

En Zerain (G) en los años 20 se describen bodas que podían llegar a ser hasta de tres días. Los invitados iban marchándose a partir de la cena del primer día o se quedaban hasta el final, en función del grado de parentesco o de relación, artu-emana.

Según testimonios recogidos en Oñati, Zerain (G), Baztan[1], Goizueta (N) y diversas localidades del País Vasco continental eran también tres días los que duraban las bodas[2].

En Baztan (N), hacia los años veinte, las celebraciones del segundo día eran tan abundantes y copiosas como las del primero. Al tercer día era la recién casada la que atendía a los comensales, en este caso las personas que se habían encargado los días anteriores de elaborar los platos y servirlos. Esta vestía con el atuendo normal de ama de casa y participaba en el baile con los demás vestida de esta forma[3].

En Barkoxe (Z)[4] denominan tripeoz a los convidados jóvenes que se quedan a dormir en la casa del nuevo matrimonio hasta el día siguiente de la boda. La costumbre es que en esta ocasión sea la recién casada la que sirva a los comensales tanto la comida como la cena. Consideran que se trata de una iniciación en las tareas de la casa. Tras la cena de ese día este grupo continuará la fiesta hasta la mañana siguiente, en que algunos regresan a sus casas y otros se reúnen nuevamente para comer juntos. Tras una serie de bailes y la despedida a los desposados los amigos marchan a sus casas. Así y todo los parientes más próximos se quedan para visitar las propiedades del nuevo matrimonio y cenar juntos antes de marchar.


 
  1. APD. Cuad. 2, ficha 221.
  2. Juan THALAMAS LABANDIBAR. “Contribución al estudio etnográfico del País Vasco continental” in AEF, XI (1931) p. 51.
  3. José Mª SATRUSTEGUI. Euskaldunen seksu bideak. Oñati, 1975, p. 116.
  4. Pierre APHECEIX. “Au Pays de Soule. La Noce” in Bulletin du Musée Basque. Tomo VII. Nº 1-2 (1930) pp. 6-7.