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Cuando en una localidad tenía lugar un casamiento que saliera del marco establecido socialmente y, sobre todo, si los que se casaban eran viudos o viejos éstos recibían por parte de los jóvenes muestras de desagrado mediante cencerradas, canciones, diálogos o escenificaciones burlescas.
Estas manifestaciones adquieren diversas formas y se denominan de varias maneras: ''cacerolada'' o ''tarterada'' (Moreda-A), ''pimentonada'' (Salvatierra-A), ''asonada'' (San Martín de Unx-N). En euskera aparecen las expresiones del tipo ''arranak'' o ''adarrak jo'' (Abadiano, Orozko, Zeanuri-B; Elgoibar, Gatzaga-G), ''turutak jo'' (Sara-L), ''joaleak jo''<ref>Perpetua SARAGUETA. “Mezkirizko etxe-barnea” in AEF, XXXI (1982-1983) p. 46.</ref> (Mezkiriz-N), e incluso ''toberak jo''<ref>Según Azkue, el vocablo ''tobera'', originariamente significa la tolva de un molino, y por extensión la serenata que con golpes dados sobre tolva se da a los recién casados. Cfr. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid, 1935, p. 462.</ref> (Zerain-G; Iholdi-BN; Sara-L). También se utilizan los siguientes términos: ''tzintzarrotsak, zintzarrotsak, tzitzarroska, txintzarriak, zinzaurak'' o ''zinzoaroak'' (Izpura, Uharte-Hiri-BN; Alkiza-G; Liginaga, Zunharreta-Z), ''txaribari-soinuak'' (Arberatze-Zilhekoa, Iholdi, Lekunberri-BN), ''lapikozaparrada'' (Markina-B) y ''zenzerrada'' o ''zantzarrada'' (Ajuria-Muxika, Bermeo, Busturia, Nabarniz-B; Telleriarte-G)<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid, 1935, p. 278.</ref>.
La costumbre de la cencerrada se desvaneció en la década de los años treinta; en algunas localidades perduró hasta los años cuarenta y cincuenta (Zeanuri-B; Lekunberri-BN; Viana-N). El recuerdo de esta antigua costumre se ha registrado prácticamente en todas las localidades encuestadas.
En Sara (L) los viudos se casaban antes de amanecer a fin de no ser vistos y evitar burlas y toques de corneta de cuerno, ''turuta. ''. A esto último llamaban ''turutak jo, '', "tocar cencerrada". Los jóvenes daban estas cencerradas en la proximidad de las casas de los novios durante una o_ más noches anteriores al casamiento. A veces colocaban cerca de sus casas parejas de muñecos que representaban a un hombre y a una mujer. Cuando se sabía el día en que los viudos se iban a casar y por dónde iban a pasar al ir a la iglesia, les ponían trabas en el camino, árboles y ramaje atravesados y otras cosas. Pero los novios lograban a veces evitar esto, obsequiando con vino a los jóvenes de su barrio. Las mismas burlas que a los viudos les hacían también a los viejos que trataban de casarse <supref>18José Miguel de BARANDIARAN. “Bosquejo etnográfico de Sara (VI)” in AEF, XXIII (1969-1970) pp. 97-98.</supref>.
En Hazparne (L) el viudo que se volvía a casar era jaleado, pero sólo en caso de que lo consintiera. De lo contrario, nadie le atormentaba. Los jóvenes se divertían y armaban barullo cantando y tocando instrumentos u objetos que hacían las veces de ellos. Colgaban faroles en los árboles que rodeaban la casa.
En Lekunberri (BN) los jóvenes se organizaban para dar "charivari" en los casamientos de viudos y también cuando se daban relaciones adúlteras. En estos casos además del ruido provocado con cencerros, cazuelas y demás objetos cubrían con flores de puerta a puerta el camino entre las casas de los amantes.
En Arberatze-Zilhekoa (BN) cuando los recién casados rehusaban dar una cantidad de dinero a los jóvenes, éstos les hacían ''charivaris'' durante ocho o diez días. Una informante vio hacer un charivari en Donapaleu; los jóvenes tenían de 18 a 25 años. Tuvo lugar por la noche delante de la casa con canciones y haciendo ruido con viejas cacerolas. A otro, se lo hicieron el sábado por la mañana antes de su matrimonio; pero él les dio dinero y además les hizo entrar en casa para ofrecerles alguna cosa con lo cual los jóvenes se marcharon.
"En Izpura (BN) no era raro que la ceremonia de boda entre viudos fuera precedida de noches ruidosas y de algaradas, 1916 j''galarosak (gauarabosak)ai participé deux fois à un charivari. A la suite d''Tenían lugar solo si une sombre histoire un homme est parti en Amérique, la femme restée au pays fréquentait un homme qui venait la pareja no les daba dinero para lo cual una delegación voir de jóvenes acudía nuit: gros scandale! Quelqu'un a la casa de cualquiera de los interesados para discutir la cantidad lancé l'idée du charivari; les jeunes n'attendaient que habían de pagarcela.
Il y avait aussi ''berdura'': traînée de verdure faite de feuilles dans la nuit du samedi au dimanche. La traînée reliait les maisons des deux sujets... En Zunharreta (Z), cuando un viudo o una viuda contraía nuevas nupcias los jóvenes les reclamaban dinero para organizar una fiesta; si el viudo rehusaba allant à la messe tout le organizaban la cencerrada, monde voyait ''tzitzarroska. berdura''Este es el relato de un informante: .
(El año 1916 yo participé dos veces en un charivari. A raíz de una historia oscura un hombre marchó a América; su mujer que quedó en el pueblo se relacionaba con un hombre que le visitaba de noche. Estalló el escándalo y alguien lanzó la idea de hacer un charivari; los jóvenes no esperaban otra cosa.
El pueblo está en un valle estrecho y la cencerrada se dió en la localidad vecina. El concierto tuvo lugar de noche y en la montaña de enfrente rebotaba todo el jaleo. Eramos cuatro de 19, 15 y 16 años y uno mayor de 25. Se unieron a nosotros los jóvenes del pueblo veci- no vecino en el lindero del bosque. Allí había todo un arsenal de cencerros y esquilas de ovejas y de vacas que fueron atadas entre los árboles con cuerda de tender la ropa. Había también muchas cazuelas viejas que se ataron de la misma manera así como cuernos de madera de los que se utilizan para la caza de cuervos (cazas de maíz). Había además una especie de cajas montadas con cuerdas enceradas, que frotadas con la mano producían vibración; contaban también con altavoces artesanales con los que vociferaban coplas poco amables. Hicieron mucho ruido desde las 10 hasta la medianoche. Se oyó la cencerrada en los barrios del entorno y todo el mundo se divirtió.
Existió también la costumbre de cubrir con hojas y plantas un camino en la noche del sábado al domingo. Este "alfombrado" unía las casas de los sujetos (que eran delatados). Cuando la gente iba a misa veía el "reguero".
Lo usual era que antes de que se produjera cualquier manifestación de éstas, el viudo que iba a casarse pagara de buen grado. Esto me decía mi padre siendo yo joven. Pero hubo un viudo que no quería saber nada y tiroteó a los del charivari que se habían aproximado demasiado a su casa. Los jóvenes replicaron; al domingo siguiente a la salida de misa formaron una tropa montados al revés sobre los burros. Así montados, le acompañaron hasta casa).
En Gatzaga los jóvenes se ocultaban al anochecer detrás de un matorral o un muro, con la mirada puesta en la ventana de la habitación nupcial. Tan pronto como ésta se cerraba o veían que se apagaba la luz, comenzaba una solemne y sonora cencerrada, ''arranak jotea, '', lanzaban cohetes, ''lekaixos, '', sonaban las toberas y los cencerros. El concierto duraba hasta la madrugada; al amanecer y abrir de nuevo la ventana, posiblemente, recibían el saludo de un horrible espantajo colocado en la misma<ref name="ftn4">Pedro Mª ARANEGUI, . ''Gatzaga..., : una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX''op. cit.San Sebastián, 1986, pp. 163-164. </ref> </sup>.
En Zerain se cantaban toberas, ''tobarak, '', a los viudos o entrados en años —en ocasiones también a novios jóvenes— bajo la ventana de los recién casados. Los jóvenes cantaban hasta que el novio les lanzaba desde la ventana una cantidad de dinero. Si lo consideraban suficiente se marchaban; de lo contrario seguían cantando ''y ''volvían tres o cuatro noches más, hasta que el novio, aburrido, volvía a abrir la bolsa.
''(G,'u Gu gazteak giñela (1910), alargunek edo zaartxamar ezkondu ezkero tobarak jotzen zitzaien. Tobarak jotzea gaztek biltzen ziran, eta gaubean ezkondu ziranen baserrira joan eta kuartoko leion azpiin kantatzen zuten, burni soiñuakin lagunduz. Ixiltzeko, senarrak leioa iriki ta dirua bota beartzun, naiko bazan gazteek artu ta joaten ziran. Baiñan naikoa ezpazitzaien iruitzen an egoten ziran, ixildu barik, eta urrengo egunean berriz eta alan lau edo bost egun, senarrak azkenean aspertuta naiko dirue giman eman eta bialdu arte). ''
Los cantos se acompañaban del ritmo producido por el sonido de unas varillas de hierro y además tocaban la ''eltzeorra''. Es éste un puchero grande de barro al que le falta la base y le cierran la boca con una piel, generalmente de gato, tensada por medio de un fleje de castaño o avellano. La ,piel está agujereada en el centro y por este orificio se pasa una cuerda bien untada con manteca que produce un gran ruido. Antiguamente este instrumento se utilizaba para espantar alimañas y fieras.
En Abadiano cuando se casaba algún viudo, los jóvenes tocaban de víspera los cencerros, ''Bizkaia arranak jo'', por todo el pueblo. El día de la boda se reunían ante la casa de la novia y tocaban los cencerros durante el trayecto de la comitiva hasta la iglesia. Para librarse de estas cencerradas se casaban muy temprano o mantenían en silencio el lugar y la hora de la ceremonia.
En Abadiano cuando se casaba algún viudootros pueblos del Duranguesado existió la misma costumbre. Por los años veinte, en Berriz, a los jóvenes tocaban de víspera que se casaban en segundas nupcias les solían tocar los cencerros<ref>León de BENGOA. “Costumbres de Berriz” in AEF, ''arranak jo, ''por todo el puebloI (1921) p. 111.</ref>. El día de la
En Urduliz a la salida de la iglesia los jóvenes del pueblo les preparaban una sorpresa que consistía en unir mediante cuerdas botes y latas de conserva que arrastraban por el suelo mientras iban tras ellos. Por la noche iban a casa de los recién casados y les daban golpes en ventanas y puertas.
En Carranza las cencerradas tenían lugar antaño cuando uno de los contrayentes era viudo. Mozos, chiquillos y hasta hombres de pueblos inmediatos se reunían, llevando cencerros, campanillas y petroleras para causar un ruido estrepitoso que simbolizara el desagrado o censura por el matrimonio proyectado. Vicario de la Peña transcribe un recuerdo personal que se remonta a finales del siglo pasado: "En mis juveniles tiempos recuerdo la cencerrada más famosa y duradera que se ha dado por casarse dos viudas, una de Concha y otra de La Revilla; la cencerrada iba desde Concha a Revilla y viceversa hasta que se casaron. La broma duró más de tres meses realizándose los sábados y domingos a la noche, durante varias horas y con el mayor estrépito, sin que fuese bastante a templar las furias de la cencerrada el que les echaran erradas de agua de los balcones de los cencerrados, ni el que uno de éstos les amenazara con su escopeta"<supref>2o Nicolás VICARIO DE LA PEÑA. ''El Noble y Leal Valle de Carranza''. Bilbao, 1975, p. 323.</supref>León de BENGOA. "Costumbres de Berriz" in AEF, I (1921)
En Amézaga de Zuya la cencerrada tenía lugar por la mañana, el mismo día de la boda y antes de ésta. Los mozos del pueblo solían ir a caballo o en yegua hasta la casa del novio; se colocaban delante de la ventana y hacían sonar las campanillas, los cencerros o los botes que llevaban. En Artziniega se prolongaba durante el trayecto que realizaba la comitiva nupcial desde la casa hasta la iglesia.
En Gamboa algunos informantes recuerdan que se ataban cencerros a la ventana de los recién casados y los hacían sonar mientras permanecían escondidos entre los arbustos. Otros informantes dicen que se llegaba en grupo hasta debajo de la ventana y cantaban y metían ruido con diversos artilugios metálicos.
En Moreda no se recuerda la cencerrada como tal pero sí algunas bromas como la de ponerles colgado del somier un cencerro en la noche de bodas; también la de echarles sal en la cama, ponerles un cardo o colocar las sábanas en forma de petaca (dobladas con el fin de que no pudieran estirar las piernas).
En Viana hasta la década de los cuarenta existió la costumbre de dar la cencerrada cuando se casaban viudos o personas de edad avanzada. Consistía en acudir por la noche a la casa de los recién casados y frente a ella les sacaban los trapos sucios, recordándoles sus cónyuges difuntos y fingiendo lloros. A la vez que gritaban y cantaban hacían sonar cencerros de ovejas, cabras y vasijas metálicas. Su finalidad era que no durmiesen en toda la noche y organizar un espectáculo satírico en donde actores y concurrentes se lo pasaran en grande. A veces se echaban cohetes dirigidos hacia la puerta de la casa.
En Sangüesa en el caso de matrimonio de viudos o de personas mayores, y si se habían quedado los recién casados a dormir en el pueblo, algunos mozos organizaban cencerradas acudiendo a altas horas de la noche a la casa con cencerros de vaca y de oveja, haciéndolos sonar sin parar y profiriendo gritos e incluso canciones picarescas. Con frecuencia estas manifestaciones ruidosas se pasaban del límite tolerable y de la decencia y a causa de ello se originaban conflictos y desaveniencias entre los vecinos, por lo que frecuentemente la autoridad promulgaba su prohibición. En las Ordenanzas Municipales de la Ciudad del año 1880 se señala: "Se prohibe dirigir o tomar parte en cencerradas u otras reuniones tumultuosas en ofensa de alguna persona".
En San Martín de Unx se ha recogido que en la localidad próxima de Beire había costumbre de celebrar estos casamientos de manera jocosa. Los cencerros, o esquilas para el ganado, servían para dar ''asonadas ''o lo que posteriormente se llamó ''cencerradas. ''. Los grupos de mozos se juntaban con motivo de "una boda ente" (por '''ejemplo, la '''boda de un novio chiquito con una novia grande, o de una joven con un viejo) y cuando los novios estaban en el momento de la noche en que no deseaban que nadie fuera a importunarles, les ofrecían bajo la ventana, con cencerros en las manos, el concierto más horrísono y maldito que se pueda imaginar. Se salpimentaba la música con canciones picantes y los novios no tenían otro remedio que aguantar, pero a veces "hacían '''toleracolera" y lanzaban el orinal contra la mocina. ''' '''En Obanos la cencerrada consistía en cantar lo que se les ocurría a los jóvenes, meter ruido alrededor de la casa '''y subirse a los tejados próximos "haciendo el gato". Un informante recordaba '''que "se les hacía cencerrada si se quedaban en el pueblo; los mozos se subían por los tejados. No se les dejaba dormir y si el novio protestaba '''seguían varias noches dándoles la lata; e incluso llegó a intervenir '''la Guardia Civil. Si el novio era listo, la primera noche sacaba a los mozos pastas y vino y éstos se iban tranquilos y no volvían a molestar". ''' '''En '''Artajona la cencerrada la daban los niños el día que regresaban los novios del viaje. Acudían a casa de éstos equipados de cencerros, perolas, '''palos para golpearlas, cuberteras y tapaderas que usaban como platillos. Una vez que se '''aseguraban de que los recién casados se encontraban en el domicilio, comenzaban la cencerrada. La '''única manera de conseguir que dejaran de tocar era que la esposa saliera al balcón y les echara caramelos. En más de una ocasión '''los recién casados mostraban su desagrado no dándoles ningún obsequio. 22 En Valcarlos cuando los mozos de la villa se enteraban de '''algún lío amoroso y clandestino que se salía de lo normal, verbigracia el de un '''viejo con una joven, un mozo con una quintañona, o un viudo que pretendía cambiar de estado, organizaban ''galarrosa<sup>23 ''</sup>para burlarse 22 José W IRIBARREN. ''Historias y Costumbres. ''Pamplona, 1956, p. 221.
[[File:6.259 Asoada. Castaing de Roquefort. (Landes) 1847.jpg|center|600px|Asoada. Castaing de Roquefort. (Landes) 1847. Fuente: Dessin de L’Ilustration. 7 agosto 1847, in Le Goff, Jacques, Schmitt, Jean-Claude. Le Charivari. Paris, Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, 1981.]]
En Valcarlos<ref>José Mª IRIBARREN. ''Historias y Costumbres''. Pamplona, 1956, p. 221.</ref> cuando los mozos de la villa se enteraban de algún lío amoroso y clandestino que se salía de lo normal, verbigracia el de un viejo con una joven, un mozo con una quintañona, o un viudo que pretendía cambiar de estado, organizaban ''galarrosa''<ref>A las serenatas chariváricas, que son las formas más simples del charivari, que apenas aporta elementos dramáticos, se denomina ''galarrotsa ''en Laburdi y Baja Navarra, y ''tzintzarrotsa ''en Zuberoa.</ref> para burlarse del galán y, en su caso de la enamorada. ''Galarrosa ''no era una cencerrada con esquilones y estruendo de cacharrería. Consistía en un diálogo que mantenían, de noche y a distancia, dos cuadrillas de mozos <supref>24José Mª SATRUSTEGUI. ''Euskaldunen seksu bideak''. Oñati, 1975, pp. 93-94.</supref>. Una de las cuadrillas se apostaba en las inmediaciones de la casa del festejado y la otra en el extremo de la calle. O una de ellas se subía a un monte próximo, mientras la otra permanecía en el pueblo.
El diálogo podía ser el siguiente:
— ''— Badakizue berria? ''(¿Ya sabéis la noticia? decía el primer grupo). ''—Zer berri? ''(¿Qué noticia? respondía el segundo grupo).
— ''—Berri handi eta gutxik dakitena! Zer berri?''(¡Una gran ¿Qué noticia que pocos conocen!? respondía el segundo grupo).
— ''Berri handi eta gutxik dakitena!'' (¡Una gran noticia que pocos conocen!).
—''—Zer da, ba? Halako zaharrek badila nahasmen!''(¿Qué es?Que tal viejo tiene un "lío").
— ''—Halako zaharrek badila nahasmen! Norekin?''(Que tal viejo tiene un "lío"¿Con quién?).
— ''—Norekin? ''(¿Con quién?). ''—Halakoren Halakoren alabarekin. ''(Con la hija de fulanito).
En el caso de que el contrayente fuera viudo:
— ''- Zer berri ? ''( ¿Qué noticias hay?).
— ''— Alargun bat dela ezkontzen. ''(Que se casa un viudo).
— ''—NorekinNorekin? ''(¿Con quién?).
— ''—Oilandaño Oilandaño batekin. ''(Con una jovencita).
— ''—Nor Nor duk hora? ''( ¿Quién es ella?).
— ''—Denok Denok dakizuen... '' (... ''que todos conocéis).
Una costumbre semejante se practicaba en Castejón (N), según la encuesta del Ateneo<ref>EAM, 1901 (Arch. CSIC. Barcelona) IIDk.</ref>, a principios de siglo. Se denominaba ''El periquillo'' y consistía en ponerse dos, tres o más pandillas repartidas por las afueras del pueblo. Una de ellas tocaba un cuerno y hacía una señal, contestando otra pandilla tocando otro cuerno y haciendo otra señal.
A lo que los segundos respondían:
— ''—Un Un mandil para taparse el perejil! ''o ''—Una vasilla para, a palos, contarle las costillas, ''o ''26'' ''—Un bonico rabote para llevarla al garrote. ''
En algunas localidades de Laburdi, Zuberoa y Baja Navarra antiguamente en pleno día, en el recorrido de la alcaldía a la iglesia, los novios soportaban formas de conducta ultrajante. Acompañaba a los esposos a la iglesia un cortejo de honor con música y versificador a la cabeza, unos monaguillos gordos les ahumaban con el humo producido por pimientos verdes que iban asando en pucheros de barro con los que les incensaban <ref name="ftn7">Philippe VEYRIN, . ''Les bosquesbasques de Labourd, de Soule et de Basse Navarre..., Leur histoire et leurs traditions''op. cit.Bayonne, [1943], p. 268. </ref>.
<div align="center"><nowiki>*** </nowiki></div>
La costumbre de dar la cencerrada a los viudos fue recogida a principios de siglo en la encuesta del Ateneo <ref name="ftn8">EAM, 1901 (Arch. CSIC_ CSIC. Barcelona) IIDk. </ref>. En Monteagudo (N) las cencerradas consistían en producir ruidos grandísimos con diferentes objetos, quemar botas viejas y cantar coplas referentes a actos realizados por los novios durante sus relaciones. En Pamplona (N) se reducían a silbar; en Tafalla (N) la gente seguía a los novios hasta su casa tocando almireces, sartenes y cencerros. En la Burunda (N) en las bodas de viejos y viudos se daba la cencerrada la víspera de la ceremonia por la noche con latas de petróleo, cencerros, almireces, etc. cuando se trataba de algún infeliz que era incapaz de manejar una estaca.
En Llodio (A) en las noches que precedían a la boda había tremendas cencerradas en las que intervenían hasta los casados. En Castejón (N) comenzaban a dar la cencerrada antes de la primera amonestación y terminaban la noche de bodas. En Tolosa (G) alguna rara vez, si se casaban viejos, viudos o de edad desproporcionada se les daba la cencerrada que consistía en gritar, silbar y hacer ruido con calderos u otros objetos análogos. En la encuesta de Estella (N) se hacía constar que ya por entonces las cencerradas eran más moderadas que antiguamente.