Ceremonia

Los matrimonios civiles tienen lugar en el juzgado ante el juez encargado del Registro Civil o ante el alcalde o persona delegada por éste en un local habilitado a tal fin en el ayuntamiento. En muchas localidades para darle un mayor boato al acto los casamientos tienen lugar en el salón de plenos del Ayuntamiento. La ceremonia es sencilla. El oficiante, juez o alcalde, lee a los contrayentes los artículos 66, 67 y 68 del Código Civil que en síntesis establecen la igualdad de derechos y deberes del marido y la mujer, recuerdan el respeto y la ayuda que mutuamente se deben, y la obligación que tienen de guardarse fidelidad y socorrerse. En Vasconia continental son los artículos 212, 213, 214 y 215 del Código civil francés, que contienen preceptos similares.

A continuación pregunta primero a él, llamándole por el nombre y dos apellidos, si consiente en contraer matrimonio con ella, enunciando también su nombre y dos apellidos, y si efectivamente lo contrae en dicho acto, voluntaria, libre y conscientemente. Después repite las mismas preguntas a ella.

Si las respuestas de ambos han sido afirmativas se colocan las alianzas como símbolo de unión y les declara marido y mujer. Luego los contrayentes, el juez o el alcalde, y los testigos firman el acta de matrimonio.

Matrimonio civil. Gernika (B), 1998. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.

La celebración posterior con arroz a la salida del juzgado, fotografías y banquete es similar a la de una boda religiosa.

A continuación se ofrecen algunos testimonios aportados en nuestras encuestas que con ligeras variantes son de aplicación general en Vasconia peninsular.

En Elgoibar (G) unos quince días antes de la fecha en que va a tener lugar el matrimonio civil, se publica un edicto que queda expuesto en el tablón de anuncios del ayuntamiento por si alguien conoce algún impedimento para la celebración del matrimonio. La ceremonia dura alrededor de cinco minutos y se realiza generalmente en sábado, en euskera o castellano a petición de los interesados. Preside la ceremonia el juez de paz del ayuntamiento.

En Beasain (G) en muchos casos el oficiante pronuncia una breve plática dando consejos a los contrayentes. Es el juez de paz o, en casos, el alcalde quien preside el acto de casamiento en el salón de plenos del ayuntamiento.

En Muskiz (B) donde se procede de la manera arriba señalada, a los nuevos esposos se les hace entrega del Libro de Familia al finalizar el acto. En ocasiones se lleva una botella de champán para brindar por los recién casados.

En algunas localidades encuestadas se ha señalado la mayor austeridad que se guarda en las ceremonias civiles en comparación con las bodas celebradas en la iglesia. En Orozko (B) el matrimonio civil se celebra con menor boato que el eclesiástico. La contrayente acude al ayuntamiento con traje de calle, raramente vestida de novia. El festejo de celebración en cuanto a número de invitados y banquete es similar pero la opinión general es que la ceremonia resulta más pobre y no reviste el esplendor del matrimonio religioso, beste itxuria dauko eleixan eiten danak.

En Durango (B) en la mayoría de los casos la novia va vestida de calle y se celebra en la intimidad. Hay casos en los que la escenificación en cuanto a padrinos, invitados y demás es similar a la de las ceremonias religiosas, incluido el lanzamiento de arroz a los novios a la salida del juzgado.

En Amézaga de Zuya (A) se ha constatado que para las ceremonias civiles las novias han renunciado a vestir trajes llamativos, al estilo de la novia tradicional, sustituyendo esta prenda por otras más sencillas y prácticas.

En Salvatierra (A) en los matrimonios civiles, el ceremonial y la asistencia de invitados se asemeja al ritual tradicional, aunque por lo regular con menor concurrencia al acto.

Nuestras encuestas han recogido también algunos juicios de valor o consideraciones morales sobre el matrimonio civil.

En Muskiz (B) los matrimonios civiles han sido motivo de disgusto para las familias más tradicionales, siempre se ha preferido ver a los seres queridos casados "como Dios manda".

En Mendiola (A) señalan que hoy día los novios que eligen esta forma de casamiento no son motivo de crítica como lo eran en tiempos de la II República en que se les tildaba de masones y otros calificativos por el estilo. Por contra en Treviño (A) la gente, sobre todo las personas de edad, siguen sin ver con buenos ojos esta forma de casamiento.

En Beasain (G) a comienzos de la década de los noventa los matrimonios civiles son aceptados por la juventud sin reticencias, no así por la mayoría de los padres de los novios, que querrían una boda más clásica que incluyera ceremonia religiosa.

Buscando mayor privacidad en algunos pueblos los contrayentes optan por casarse fuera de la propia localidad.

En Lezama (B), según los informantes, algunos novios van a Bilbao a casarse civilmente para hacerlo de una forma más anónima y menos llamativa. Lo mismo ocurre en Moreda (A) donde se ha podido constatar que algún matrimonio civil celebrado en los últimos años ha tenido lugar fuera del pueblo, un poco a escondidas, sin dar publicidad al evento. En Bidegoian (G) señalan no ser muy bien vistos los matrimonios civiles, por lo que en vez de casarse en el propio pueblo, eligen otros municipios para este acto.

En Durango (B) algunos prefieren celebrar el matrimonio civil fuera de la villa en ayuntamientos de localidades próximas como la cercana anteiglesia de Garai. En el Valle de Carranza (B) las parejas se desplazan al juzgado de la también encartada localidad de Balmaseda o a otros municipios circundantes.

En Apodaca, Mendiola y Treviño (A) las parejas que desean casarse civilmente acuden a la capital, Vitoria. Los de Treviño anotan que lo hacen los viernes, día destinado a tales celebraciones.

Algunos vecinos de Allo (N) en lugar de casarse civilmente en el pueblo lo hacen en Estella o Pamplona. También se han desplazado a la capital navarra a contraer matrimonio civil algunas parejas de Lekunberri y de San Martín de Unx (N). Los contrayentes de Ezkio (G) se trasladan a Zumarraga o a Bergara, y los de Berastegi (G) a Tolosa que dista unos once kilómetros.