Churra. Zigorrak

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Si la modalidad de juego descrita en el apartado anterior recuerda al béisbol, la que se aborda en este punto guarda muchas semejanzas con el hockey. En las localidades en que se ha constatado su práctica se tiene por juego antiguo, hoy ya olvidado. El nombre del mismo suele coincidir con el del instrumento que hace las veces de bastón o «stick»[1].

Manuel Imbuluzqueta recogió en 1927 este juego del que dice que lo practicaban los bordaris hacía ya muchos años. En Baztan-Ulzama (N) se conocía como «Zigorrak».

Para su desarrollo se emplea una zigorra, vulgarmente txurra, de fresno o roble verde cuya parte inferior está un tanto encorvada y debe tener mayor grosor que el resto, ya que dicho punto roza continuamente con el suelo.

Los jugadores se dividen en dos bandos con un número indeterminado de componentes, cuya elección se verifica recitando los cabecillas la siguiente fórmula:

Martin bonbin
errege ta sorgin
tipule ta gatza
Martin purdi latza.
Martín bombín / rey y bruja / cebolla y sal / Martín culo áspero.

Aquél a quien corresponde la palabra latza, pasa al bando del que la pronuncia.

Dispuestos los dos equipos para la competición, se coloca una pelota en un extremo denominado esia y señalado por dos boinas, txapelak. El que hace las veces de portero dice en voz alta a los del bando contrario: «Txiro miro», y uno de éstos contesta: «Buen txiro». Acto seguido lanza aquél la pelota con fuerza a ras de tierra con la txurra, comenzando así el juego.

La reglamentación del mismo está a tono con su simplicidad. Así, una pelota fuera de juego permanece tal cual, mientras uno del bando contrario al que la ha lanzado, no la saque pegando «al aire» con la txurra.

Las sanciones aplicadas al mal juego son rígidas y hasta comprometedoras. No se puede pasar la pelota con el pie a otro del mismo bando, aunque sí dar algunos pasos en dicha forma, pero solo. Si un jugador es sorprendido en esta actitud por un contrario, le recrimina con el grito de ¡anka!, y si desoye la llamada de atención puede recibir un golpe en el pie con la porra.

El bando que logra introducir mayor número de veces la pelota entre las txapelas del contrario, resulta ganador[2].

Esta versión de «La churra» también fue practicada en Murchante (N). Así lo recogió Pedro Arellano en 1933 quien matiza que se trata de un juego antiguo en la citada localidad.

Los niños que se proponen jugar van provistos de una vara con una pequeña curvatura en su extremo más grueso. Uno de los participantes se sienta en el suelo y los demás colocan entre sus piernas las varas. Hecho esto vuelven a cogerlas con los ojos cerrados, pudiendo cada niño tomar la de otro cuando al tacto no consigue la suya. Una vez recogidas, los jugadores se dividen en dos bandos, cada uno de los cuales se coloca cerca de una pared. Se pone una pelota entre ambos y cada niño procura lanzarla con la vara hacia la pared del contrario. Si consiguen que dé en ella han ganado un tanto. De esta forma continúan hasta que el cansancio les obliga a dejar el juego[3].

En Aria (N) se denominaba «Txurra» y participaban exclusivamente niños en el número que quisieran. Se marcaban tres rayas paralelas en el suelo separadas entre ellas por una distancia de 6 m. De esta forma se dividía el terreno de juego en dos campos. Se usaba una pelota o pilota de madera, generalmente fabricada a mano a partir de una verruga del tronco de un haya. Este bulto se arrancaba golpeando el árbol con un palo y después se le eliminaba la corteza para que quedase lisa su superficie. También utilizaban un palo o makila que tuviera un extremo curvado y plano.

Los jugadores, divididos en dos equipos y situados en su campo correspondiente, trataban de hacer llegar la pelota mediante golpes con el palo al campo adversario, de modo que atravesase la línea de fondo. Al comienzo del juego la pelota debía ser colocada en la línea central.

En Romanzado y Urraul Bajo (N) también se conocía a principios de siglo como «La churra» y al igual que en las localidades anteriores, los elementos de juego eran una pelota y un palo llamado precisamente churra, con un extremo más grueso. Los jugadores se distribuían en dos bandos y a «churrazos» debían intentar pasar la pelota por dos puertas hechas con un par de piedras.

En Sangüesa (N) el juego se llamaba igualmente «La churra» y el palo churra. Jugaban en el prado mientras cuidaban el ganado. Marcaban el rectángulo de juego y en cada extremo ponían un par de piedras a modo de portería. No había portero y estaba prohibido coger la pelota con la mano o golpearla con el pie. Desapareció a finales de la década de los treinta.

En Narvaja (A) el juego conocido como «A la churra» era diferente a los descritos anteriormente. En esta localidad recordaba más al golf que al hockey. Para practicarlo utilizaban una porra de pastor a modo de palo de golf y lanzaban piedras a un hoyo abierto en el suelo. Los proyectiles más utilizados eran unos erizos de mar fósiles pertenecientes al género Micraster, debido a su forma redondeada. Popularmente se conocían como «las piedras con las que apedrearon a Jesucristo». Se tiene constancia de que se practicaba hace setenta años, habiendo desaparecido hace más de cincuenta.

En Aria (N) practicaban también un juego denominado «Xilo salda» en el que intervenían tres chicos. Al igual que con el llamado «Txurra», necesitaban un palo o makila y una pelota de madera. Se buscaba un terreno llano parte del cual se marcaba, limitando así el área de juego. Se abría también un pequeño hoyo. A cada lado del mismo se colocaban dos jugadores y el tercero se situaba tras él. Mientras los dos primeros intentaban meter la pelota en el agujero, golpeándola con los palos, el tercero trataba de impedirlo con el suyo[4].


 
  1. Este juego, o al menos uno similar, recibe en otras latitudes la denominación de vilorta o vilorto. Durante la realización de la encuesta se ha recogido en Hondarribia (G) la designación de Kalika. [R.M. de Azkue trae en su Diccionario Vasco-Español-Fracés (1905) la voz kalika y su variante kaleka así como kali recogidas en Ainhoa (Ip), Baztán, Lesaka (N) y Oiartzun (G)]. Sobre la voz kalika realiza también este autor un breve comentario en Euskalerriaren Yakintza, Tomo IV, pp. 331-332, donde apunta varios sinónimos más: potaketa, porratxean, koskolinka, tzurruka y txurruketa. El P. Manuel de Larramendi mencionó en el siglo XVIII un juego de características similares al que llamaba arricote Cfr. Corografía o descripción general de la muy Noble y Muy Leal Provincia de Guipúzcoa. Barcelona, 1882, p. 196. Así mismo resulta interesante el artículo de Julio de Urquijo: “¿El “Golf” es un juego vasco? Publicado en Euskalerriaren Alde, I (1911) pp. 389-395; y el de Telesforo de Aranzadi, en réplica al anterior: “A propósito del golf, perrache, arrikote, vilorta, etc., etc.” también en Euskalerriaren Alde, I (1911) pp. 527-531.
  2. Manuel IMBULUZQUETA. “Juegos de niños. Los de Baztán-Ulzama” in Euskalerriaren Alde, XVII (1927) pp. 376-377.
  3. Pedro ARELLANO. “Folklore de la Merindad de Tudela” in AEF, XIII (1933) p. 213.
  4. Al final del apartado en el que se describen los juegos de “El calderón” figuran dos, uno de ellos precisamente con el nombre “Churra”, citado por J.M. Iribarren, y el otro recogido en Mendibe (Ip), que guardan una gran similitud con éste.