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En Elgoibar (G) con respecto a las cerraduras, en tiempos pasados se utilizaban las ''maretillas''. La puerta siempre estaba abierta, incluso la que tenía cerradura disponía de un pequeño agujero para pasar una cuerda de tal modo que tirando de ella se accedía al piso. Esta cuerda estaba todo el día puesta, “como la gente no viajaba, siempre había alguna vecina que vigilaba”.
[[File:2.208a Ate-maratilla (Elosua-G).jpg|frame|Ate-maratilla (Elosua-G). Fuente: (a) Archivo particular Nikola Madariaga y (b) Juan Cordón (c) Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
[[File:2.208b Cerrojo (Trapagaran-B).jpg|frame|Cerrojo (Trapagaran-B). Fuente: (a) Archivo particular Nikola Madariaga y (b) Juan Cordón (c) Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
[[File:2.208c Txaramela (Lumo-B).jpg|frame|Txaramela (Lumo-B). Fuente: (a) Archivo particular Nikola Madariaga y (b) Juan Cordón (c) Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.|class=nofilter]]
En Abadiño (B) la puerta de la cuadra contaba con un pestillo de madera hecho en casa, pero por las noches se cerraba por dentro con un travesaño de madera, ''langa''. La puerta de entrada tenía cerradura con llave aunque los caseríos, normalmente, no se cerraban ya que por lo general siempre solía haber alguien de la casa en los alrededores.