Clases de cencerros y esquilas

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Los cencerros son de distintos tamaños y formas dependiendo de los animales que lo porten. Los del ganado equino y vacuno son generalmente mayores que los utilizados para el ovino y caprino. También reciben distintas denominaciones en función de la forma, tamaño y otras características.

El nombre euskérico más común del cencerro en Bizkaia es arrana y del pequeño, txilina; en Gipuzkoa, Navarra y Zuberoa se denominan zintzarria o tzintzarria. Se han recogido otras formas menos extendidas como joale/joare, fale (Bera, Eugi, Izurdiaga-N), gare/guare (Arraioz-N, Sara-L), metale (Zunharreta-Z).

Esta denominación común va precedida frecuentemente del nombre del animal al que va destinado diferenciando así los distintos tipos de cencerros. De este modo, se emplean bei-arrana, bigantxa-arrana, asuri-arrana, según se trate del cencerro de vaca, de novilla o de cordero (Zeanuri-B); bei-txintxarria, beor-txintxarria, mando-txintxarria, para designar el cencerro de vaca, yegua o mulo (Telleriarte-G); bei-guare, ardi-guare, bildots-guare, el de vaca, oveja o cordero (Sara-L).

Entre las denominaciones genéricas más usadas en castellano figuran cencerro (Álava, Bizkaia), esquila (utilizada en Álava y sobre todo en Navarra), realera, cuartizo y para los cencerros pequeños, piquete (Navarra). Otros nombres constatados en las encuestas de campo son campano (Valle de Carranza, Triano-B); clasco (Araia-A, Améscoa, Roncal-N); metal (Roncal, San Martín de Unx-N). En la zona de Sangüesa (N) los cencerros reciben el nombre genérico de esquilas y cuando son de gran tamaño esquilones.

Hay además un tipo de cencerro de gran tamaño, panzudo y de boca estrecha, que en euskera recibe estas denominaciones: dunba (Bizkaia, Gipuzkoa), zumba (Álava, las Encartaciones) o zumbo (Álava), pulunpa (en la Montaña navarra), bulunba (Sara-L) y küsküilüa (Zunharreta-Z). También se utilizan cencerros grandes y cuadrados llamados metales y cuartizas (Navarra). Para cencerros grandes se han constatado asimismo los nombres de cañones, esquilones y trucos (Sangüesa, Na vascués-N).

Cencerros, kuskulak, para las ovejas conductoras. Vasconia continental. Fuente: Blot, Jacques. Artzainak. Les bergers basques. Los pastores vascos. San Sebastián, Elkar, 1984.

Ovejas

En el Valle de Carranza (B) los tipos de cencerro más usuales para las ovejas reciben estos nombres: zumba, de forma apucherada con boca pequeña y circular; zumbete, más pequeño que el anterior y sin apenas forma apucherada; campano o cencerro, de forma alargada y boca rectangular de distintos tamaños.

En Triano (B) los cencerros de las ovejas son conocidos como campanos: de forma cilíndrica, con el badajo de cuerno de vaca o cabra. Otro tipo de campano mayor, de boca estrecha y panza abultada, es conocido como dunba o zumba; su uso es menos frecuente. También se conocen esquilas de diversos tamaños, campanillas y cascabeles.

En Zeanuri, Orozko-Gorbea y Anboto-Olaeta (A) entre los cencerros de las ovejas se diferencian los siguientes: asuri-arrana o txiliña, es el más pequeño y lo cuelgan a las corderas; los llamados arran txikerrak, cencerros pequeños; del tamaño siguiente son los gindilak o gindila-arranak, algo mayores que los asuri-arranak; se ponen a las ovejas. Comenzaron a usarlos en el decenio de los años cincuenta; anteriormente todas las ovejas portaban un cencerro de tamaño medio, bitarte-arrana. El más grande y sonoro, con forma de puchero invertido, dunbea, se le pone al carnero capado o a las ovejas de mejor prestancia durante la marcha del rebaño.

En Berriz, Bernagoitia y Garai (B) se conocen dos tipos de cencerros para ovejas; unos pequeños, arran txikiak, para cuando están pastando en el prado, y otros medianos, arran bittarteak o arran nagusiak, con sonido más fuerte, que se emplean cuando el rebaño está en el monte. Se conoce, aunque es menos utilizado, el gran cencerro de cabeza ancha y boca estrecha denominado dunbea.

Ovejas con cencerros. Berriz (B), 1997. Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker  Euskalerria.

En Zamudio (B) utilizan el cencerro propiamente dicho, arrana, con sonido grave y las campanillas, txiliñak, con un sonido muy fino.

En Ernio, Ezkio y Telleriarte (G) los cencerros pequeños se llaman txintxarriak o zintzarri txikiak y los grandes dunbak; los corderos llevan campanillas, kanpanillak.

En Larraun (N), los cencerros pequeños, txintxarrik se ponen a los corderos, axuriak; un cencerro muy grande se denomina polunpa. En el Valle de Erro (N) los cencerros pequeños se llaman chinchas y los grandes clascas. En Ultzama (N) al cencerro de las ovejas le denominan koloxka.

En Eugi (N) se usan los siguientes: oalea, cencerro de tamaño mediano y cilindro metálico; oale motza, más pequeño que el anterior; oalarria, cilindro largo; pulunpa, cencerro con tripa; kuxkula, más pequeño. Éste solían llevarlo las ovejas que no daban leche, antzuek. Lo mismo se constata en Arraioz (N).

En Lezaun (N) se usa la esquila de forma circular; otro con la base casi rectangular y con distinto timbre que el anterior se llama chacla; en la Barranca (N) se le denomina kalasko. Estas esquilas eran las más utilizadas con todo tipo de animales. Las zumbas con forma de puchero se destinaban al ganado ovino.

En Améscoa (N) se han usado estos tipos de esquilas: clascos, de forma más o menos cuadrada; zumbas, ventrudos y con la boca redonda; cencerrillas de chapa delgada y campanillas, de bronce.

En Aoiz (N) las esquilas de mayor tamaño son las realeras u ovejeras; otras menores se llaman chaclas; las más pequeñas son los piquetes. Los cencerros denominados metales y cuartizas son muy grandes y de forma cuadrada; llevan un baño de bronce y cuando se estropean se les vuelve a dar un nuevo baño para que queden relucientes. En Izal (N) la esquila más usada es la realera.

En Roncal (N) se conocen los siguientes tipos de cencerros: esquilas, claquetas, clasquetas, clascos, trucas, cuartizos (de forma cuadrada), cimbales (pequeñas campanas), piquetes y chabetes. Estas esquilas pequeñas llamadas piquetes estaban destinadas a los corderos «del primer año» (Otsagabia-N).

En Izal (N) ovejas y vacas llevan el cuartizo, de forma recta. Otras denominaciones de cencerros menores son truquilla, de igual forma que la truca, piquete y cimbano. En Urraúl Alto (N) llaman truca al cencerro que por su forma abombada se distingue del esquilón; la esquila pequeña es la chacla.

En Sangüesa (N) llevan cuartizos, esquila aplastada, cuadrada, de entre 20 a 25 centímetros; también se han usado realeras, rialeras o raleras, y chaclas. Los carneros llevaban carneleras o carnaleras y a las corderas les ponían piquetes, cencerros muy pequeños de boca cuadrada.

En Navascués (N) los pastores utilizan las siguientes esquilas: piquetes, pequeños y cuadrados para los corderos y ovejas; chaclas, de pequeño tamaño; realeras, de tamaño medio; cuartillos, grandes y redondos, y ovejeras, grandes y cuadradas.

En Apodaca (A), los cencerros pequeños se conocen por esquila, campanilla y cascabel. Esquila es el nombre que dan también a los cencerros pequeños en Urkabustaiz (A); aquí llaman changarro al cencerro estropeado y rajado. En Treviño (A) a los pequeños se les denomina campanillos o medios cencerros. En Berganzo (A) la esquila, que viene a ser un cencerro de tamaño inferior, es propia de los rebaños de cabras y ovejas. En Moreda (A) se conocen la tacla, en forma de bota aplastada; el cencerro grande, denominado asa; la esquila, cencerro pequeño en forma de campana, y los cencerrillos, de pequeño tamaño. Estos últimos «de sonido más claro» son conocidos también en Tierra de Ayala (A).

En Apellániz (A) los cencerros según su tamaño y calidad eran éstos: cencerrilla, campanilla para el ganado; zumba, cencerro grande; campanillos, cencerros pequeños, chincherrico, cascabel[1]. En esta misma localidad llaman puchera al cencerro que es más ancho en su centro que en los extremos; suele llevarlo el carnero padre, macón.

En Sara (L) las ovejas van provistas de cencerro, ardi-gare, que es algo menor que el de los caballos y yeguas. Los corderos llevan cencerros pequeños, llamados bildotx-gare[2]. El cencerro denominado bulunba o punpa tiene forma de puchero de panza abultada y boca redonda más estrecha. Su altura es de 15 a 20 centímetros; lo llevan una o varias ovejas en cada rebaño.

En Zunharreta (Z) utilizan para las ovejas un cencerro de paredes paralelas con una abertura casi rectangular denominado txintzarria o tzintzarri handia; tiene un sonido grave. El mismo se pone a vacas y borregos. Los corderos llevan una esquila más pequeña, txintxa o txintxila, de cobre pardo o de bronce; se les coloca con un lazo de tela. También se ha conocido el uso de un esquilón grande y ventrudo que se estrecha bruscamente en la abertura: se llama küsküilüa; los hay de varios tamaños.

En Liginaga (Z) las ovejas llevan un cencerro de cuerpo abultado y boca estrecha, kuxkullota, o uno en forma de tubo cilíndrico, zintzarria; los corderos llevan txintxila de forma aplanada como metalia, y también el llamado txintxaskoa.

No se ponía cencerro a todos los animales del rebaño; se escogía de entre ellos, según fuera la situación, a los más mansos o a los huidizos, a los animales guía y, en algunos casos, a las ovejas que interesaba identificar por estar preñadas, por ser recién paridas o por otras causas.

El número de ovejas que llevan cencerro o esquila depende de las costumbres del pastor y también de la situación del rebaño; si éste va de cañada o se desplaza en busca de nuevos pastos serán más las ovejas con cencerro y menos si el rebaño está asentado en la majada.

En términos generales los informantes estiman que llevan cencerro una de cada diez ovejas (Ayala, Moreda-A, Bernagoitia, Sollube, Triano-B; Arraioz, Lezaun-N). Esta proporción puede descender en unos casos, como señalan en Berganzo (A), o subir, como en Améscoa (N), donde la mayoría de las ovejas llevan cencerro.

Trashumancia

Como se indicó arriba no todas las ovejas portan ordinariamente cencerro pero ha sido obligado colocárselo a la oveja o carnero que es guía del rebaño que parte hacia el monte o trashuma en busca de pastos. Estas ovejas que lideran el rebaño suelen ser por naturaleza las más bravas y airosas y arrastran a las demás con el sonido de su cencerro (Carranza, Orozko, Zeanuri, Oiz, Anboto-B; Berastegi, Elgoibar-G, Erro, Roncal-N; Ayala, Valdegovía-A).

Anotan los pastores informantes que el gran cencerro, dumba, se coloca siempre a la oveja u ovejas que destacan de las demás por su planta y por su presencia (Orozko, Bernagoitia, Garai, Anboto-B; Ayala-A); tal aspecto saludable suele ofrecer generalmente aquella que no ha parido (Zenarruza-Oiz, Orozko-Gorbea-B) y la machorra (Bernagoitia). También hay quien señala que ha de llevar este cencerro el ga nado de más años y que mejor conoce el terreno por el que ha de transitar (Elgoibar; Ayala).

La práctica de dotar con un cencerro grande, dumba o zumba, al carnero u oveja que marcha al frente del rebaño es común en todo el territorio encuestado (Encartaciones, Aramotz, Oiz-B; Oñati, Hondarribia, Ernio-G; Urkabustaiz, Treviño-A; Larraun-N; Zunharreta-Z). Cuando se enviaban rebaños desde San Martín de Unx (N) hasta la Sierra de Andia, abrían el camino los mansos, mardanos castrados, llevando grandes cencerros de sonido sordo.

Llegado al punto de destino se le quita al animal el cencerro cuya función era precisamente remarcar con su sonido la marcha.

En la gran trashumancia del Pirineo a la Ribera rompían esta marcha chotos o cabras; estas cabras que hacían de guía del rebaño recibían en Navarra el nombre de cabezos; les seguían las ovejas.

En Sangüesa y Navascués (N) llaman cañones a los cencerros grandes en forma de cántaro y de boca estrecha y sonido agudo que colocaban a los chotos o irascos que hacían de guía del rebaño. Los cabezos llevan también cencerros especiales: el truco o truca de cabeza acampanada, fabricado en cobre con badajo de madera, de sonido bajo y el esquilón, cencerro recto de sonido agudo. Los sonidos de ambos cencerros combinaban rítmicamente durante la marcha (Valle de Salazar-Izal, Valle del Roncal, Urraúl Alto, Aoiz, Mélida, Lodosa).

Cabras

Los cencerros destinados a las cabras no tienen características diferentes a las descritas anteriormente de las ovejas. Anotaremos, con todo, algunas especificaciones que se recogen en las encuestas.

En la zona oriental de Navarra las esquilas que se colocan a las cabras son frecuentemente de forma cuadrada; se llaman carnaleras en Navascués e Izal y cuartizos en Urraúl Alto y Roncal; también se les colocaban truquetes, cencerros de tamaño medio (Navascués), o esquilas llamadas vitorianas (Izal, Aoiz-N).

Las cabras que volvían del monte al atardecer entraban en el pueblo haciendo sonar sus cencerros (Pipaón-A, Roncal-N). La cabra doméstica lleva siempre un cencerro ligero que en Bizkaia se llama txilina (Amorebieta, Zeanuri-B) y txintxarria en Gipuzkoa (Telleriarte). La colocación de pequeños cencerros a las cabras se ha constatado también en Apodaca, Berganzo (A); Belatxikieta (B); Ezkio (G); Allo, Eugi, Roncal (N).

Cabras con cencerros. Anboto (B), 1999. Fuente: Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa: José Ignacio García Muñoz.

Comúnmente a los cabritos se les colocaba un collar que lleva cosidos cascabeles. Con esto se logra que no se pierdan (Lanciego-A; Zeanuri-B; Getaria-G; Roncal-N).

En los rebaños de cabras la proporción de animales dotados de cencerro es generalmente mayor que en las ovejas, lo llevan siete de cada diez (Lezaun-N).

Vacas y yeguas

El ganado mayor que pasta libre en el campo o en el monte lleva siempre al cuello una esquila o cencerro que difunde su presencia o la revela. Así ocurre con las vacas de cría, llamadas royas, que se echan al campo (San Martín de Unx-N) y con las vacas de monte, basabeiek, que durante gran parte del año pastan en las laderas de la Sierra del Gorbea (Zeanuri-B). Esto mismo puede decirse de las yeguas y caballos que pacen en los herbazales del monte Aralar o de la Sierra de Badaia.

Generalmente los cencerros que llevan en el monte las vacas y las yeguas son mayores que los que se colocaban a las ovejas si bien en este punto del tamaño no todos los datos registrados son uniformes.

En Berganzo (A) el cencerro destinado a las vacas de monte está fabricado con una chapa de cobre en forma de cono aplastado y que llega a tener hasta 40 cm de largura. En otras localidades consignan que portan un gran esquilón que en Allo (N) llaman zunba; en Ultzama (N), burunda-kanpana; y en Telleriarte (G) y Zeanuri, dunba.

El uso de cencerros grandes para las vacas de monte se constata además en Tierra de Ayala, Apellániz, Apodaca, Bernedo (A); Beasain, Elosua, Ezkio, Oñati (G); Lezaun, Mélida, Roncal, Ultzama (N); Urduliz, Orozko (B).

El cencerro grande y aplastado que llevan las vacas en el monte recibe el nombre de metal o metalea en Izal (Valle de Salazar-N), en Liginaga y en Zunharreta (Z). En esta región de Zuberoa las vacas que suben al monte llevan alternativamente una pequeña esquila de bronce denominada txintxa o el cencerro llamado manex-txintxila.

Vaca con cencerro. Mendibe (BN). Fuente: Michel Duvert, Grupos Etniker Euskalerria.

También se han colocado a las vacas campanillas tal como se consigna en otras localidades como Triano, Urduliz, Zamudio (B); Oñati (G). En Sara (L) a las campanillas de bronce y de forma cónica las llaman panpalinak; en Elosua (G), txiliñak; en Ultzama (N), txintxarriak; en Amorebieta (B), kanpantxilloak; en Larraun (N), kaska-txintxarriak; en Apellániz (A), cencerrillas; en Sangüesa (N), cencerretes.

Los terneros y novillas jóvenes siempre llevan al cuello campanillas de bronce; en Lezaun (N) precisan que una vez que se desvezaban (se destetaban) pasaban a llevar cencerro.

Cuando permanecían en casa se colocaban cencerros a las vacas; en estos casos solían ser más pequeños para que no les molestaran al comer del pesebre (Lezaun; Zamudio); las esquilas que llevaban los bueyes en casa servían para detectar que el animal rumiaba (Valdegovía-A).

En Carranza (B) hasta el comienzo de los años setenta, todas las vacas de la cuadra portaban campanillas de metal. Cuando estaban a punto de parir les colocaban las campanillas más grandes para percatarse del momento del parto.

Caballos y yeguas que pastan en el monte llevan por lo general cencerros similares a los descritos para las vacas. Algunos informantes añaden que el cencerro que se les cuelga a las yeguas es el mayor de todos (Tierra de Ayala); lo mismo dicen de la gran dunba que llevan las yeguas que pastan en Belatxikieta (Amorebieta). En Zeanuri para los caballos y yeguas de monte utilizan un cencerro más alargado que para las vacas, arran luzea; es del tipo de la dunba. A la yegua joven, en cambio, se le coloca un cencerro más pequeño arran txikerra. También en Ezkio se les ponía el gran cencerro, zintzarri aundia y en Ultzama el esquilón tripudo llamado polunpa.

En Izurdiaga (N) a las yeguas que subían a la sierra de Andia les colgaban al cuello los cencerros de mayor tamaño, que emiten un sonido grave, zumbak; con él deambulaban por los pastos y atravesaban la carretera. Cuando este ganado permanecía en el establo de la casa se le cambiaba por otro de menor tamaño, laska.

Yegua con cencerro. Agurain (A). Fuente: Etniker Álava, Grupos Etniker Euskalerria.

En Liginaga (Z) los caballos llevan cencerros iguales que las vacas pero cuando los suben al monte les colocan un cascabel grande, girgila.

A las potras que se destinaban a la cría se les ponía un cencerro a los dos años de nacidas (Lezaun-N). El ganado caballar es muy gregario y dócil por lo que difícilmente se separa del grupo. En Moreda (A), al igual que en Apellániz (A), llevaba cencerro alguna que otra caballería cuando iban en el rebaño de la dula.

También se han colocado esquilas o cencerros a los cerdos que se echaban al pasto o a la bellota del monte. En Ultzama recibe el nombre de txerri-joalea y en Zunharreta (Z) era el mismo cencerro de bronce llamado txintxa el que se ponía a las vacas. No a todos los cerdos colocaban esta esquila, solamente a uno o dos por manada (Lezaun-N; Apellániz-A).


 
  1. Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de Gerardo LÓPEZ DE GUEREÑU. «Apellániz, pasado y presente de un pueblo alavés» in Ohitura, 0 (1981) p. 124.
  2. Los datos referentes a Sara han sido tomados de José Miguel de BARANDIARAN. «Bosquejo etnográfico de Sara (II) y (V)» in AEF, XVIII (1961) p. 138; XXI (1965-1966) pp. 104-105, 136.