Cofradías vinculadas a Santuarios

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Muchos santuarios del área de Vasconia tienen establecidas Cofradías que llevan el nombre del santo titular y a los que se vinculan sus devotos mediante la aportación de ofrendas o limosnas anuales.

A la Cofradía de Ntra. Sra. de Roncesvalles pertenecen vecinos de los valles navarros de Esteribar, de Arce y Oroz-Betelu, de Erro y Espinal, de Aezkoa, y de los pueblos de Valcarlos y Burguete. También vecinos de las localidades encuestadas de Aoiz, Aria y Eugi.

Uno de sus fines principales fue el de atender a los peregrinos que recalaban en Roncesvalles, pero en sus Estatutos se observan cláusulas relacionadas con los cofrades difuntos.

— Se celebra la Eucaristía del día de los Fieles Difuntos, 2 de noviembre, en la Iglesia de la Real Colegiata por los cofrades fallecidos durante el año. A continuación se acude al cementerio del Espíritu Santo (Silo de Garlomagno) para cantar un responso por los cofrades difuntos. La Cofradía, ese día, pone una esquela con los nombres de los cofrades fallecidos en el año.
— La misa conventual del último domingo de cada mes se ofrece por los fallecidos durante ese tiempo.

También otros santuarios tienen su propia Cofradía. En Apodaca (A) se ha constatado que muchos de sus habitantes han pertenecido a las Cofradías que estuvieron erigidas en San Antonio de Legarda, en el Santuario de la Virgen de Urrialdu, de la Virgen de Oro o de la Antigua de Mendiguren. Numerosos habitantes del Valle de Aramayona (A) pertenecieron a la Cofradía de Nuestra Señora de Ibabe establecida en la ermita de su nombre. El Santuario de San Miguel de Aralar (N) tiene también su cofradía en la que están inscritos cofrades de los diversos territorios de Euskalerria. Igualmente en el Santuario de los Santos Antonios de Urkiola (B) ha existido una Cofradía bajo las advocaciones de San Antonio Abad y San Antonio de Padua.

Los reglamentos de todas estas cofradías de Santuarios cuentan con algunos artículos relacionados con los sufragios por los cofrades fallecidos.

Son muchas las asociaciones que en sus estatutos contemplaban los sufragios por los difuntos. En el área investigada se han recogido las siguientes: Cofradía de San Esteban en Salcedo (A). En Berastegi (G), la Cofradía de la Virgen del Pilar y en Sangüesa (N), las de San Agustín o de «La Correa» y la de Ntra. Sra. del Carmen. En esta última aún, actualmente, es costumbre tras la novena del mes de julio cantar una misa por los difuntos de la Cofradía.

Catafalco de la Pía Unión de San Antonio de Padua. Parroquia de San Antón. Bilbao (B).

En la de la Virgen del Pilar de Berastegi, cada familia aportaba cinco pesetas de cuota anual a la parroquia, lo que les daba derecho a la celebración de una misa por el difunto el domingo infraoctava del fallecimiento. Este sufragio se aplicaba también a los vecinos de la localidad que morían en lejanas tierras. Antaño, esta misa denominada Pillareko meza, resultaba muy solemne. La parroquia ponía en manos de todos los hombres asistentes a ella una candela que la mantenían encendida a partir del ofertorio después de la comunión.

En Artajona (N), en la actualidad existen las Cofradías de San Isidro, San Babil y Virgen de Jerusalén. A la muerte de uno de los cofrades ofrecen estipendio para una misa, la de San Isidro para dos. La Cofradía de San Joaquín estuvo establecida desde el año 1888 en la ermita bajo la misma advocación situada en Arive, centro geográfico del Valle de Aezkoa (N). En todas ellas sus constituciones obligaban a celebrar una misa cantada por los cofrades vivos y difuntos y en la última se ayudaba a las familias especialmente en los gastos ocasionados por los funerales.

La Cofradía de la Espina instaurada en Castillo (A), tal como recuerdan los informantes de Mendiola (A), ofrecía hábito y hachas a la familia del cofrade difunto y costeaba los funerales, si los familiares no tenían medios suficientes. Los cofrades estaban obligados a la asistencia a los funerales de sus socios. Para verificarla se pasaba lista y la Cofradía imponía una multa al que no hubiere asistido.

La Adoración Nocturna de Salvatierra (A) y Durango (B) celebraban la Vigilia de Difuntos en noviembre y aplicaban una misa por cada orador que hubiere fallecido. En Artajona (N), si el fallecido pertenece a la Adoración Nocturna, acude al funeral su presidente portando la bandera de la misma. En los Estatutos de los Terciarios de la Orden Tercera de San Francisco de las citadas Villas de Salvatierra y Durango se dispone ofrecer sufragios por los hermanos fallecidos.